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Elecciones catalanas: Pere Navarro y el factor PSC
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Joan Tapia

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Elecciones catalanas: Pere Navarro y el factor PSC

Hoy empieza el debate de política general en el Parlament de Catalunya y es casi seguro que al finalizar el debate Artur Mas convocará elecciones anticipadas.

Hoy empieza el debate de política general en el Parlament de Catalunya y es casi seguro que al finalizar el debate Artur Mas convocará elecciones anticipadas. La versión oficial es que el rechazo al Pacto Fiscal cierra la legislatura. Hay más. Tras gobernar dos años con el apoyo casi exclusivo del PPC, Artur Mas se ha quedado sin mayoría. Al asumir 'el clam' (el clamor) independentista de la manifestación del 11 de septiembre, el apoyo del PPC es ya imposible. Y el de ERC sería difícil porque subiría mucho el listón soberanista.

Artur Mas está pues obligado a anticipar la cita electoral dos años porque no tiene mayoría para aprobar el presupuesto pero es que, además, no le interesa presentarlo porque los recortes del gasto necesarios para satisfacer los objetivos de déficit que marca no ya Madrid, sino Bruselas, serían muy fuertes. Entre tener que prorrogar el presupuesto (por falta de mayoría) tras haber presentado otro que le alienaría muchos sectores o disolver achacando la culpa al gobierno del PP (que no escucha) y al sistema de financiación autonómica (que ahoga a Catalunya), Mas no duda. Y destacados dirigentes de su partido creen que CiU volverá a ganar las elecciones. Y, esta vez, con mayoría absoluta.

A Mas le va mejor la 'agenda nacional' que los recortes presupuestarios pero la opción tampoco está exenta de riesgos. CiU siempre ha ganado con una cierta ambigüedad (el expresident Pujol ha dicho que haciendo “la puta y la Ramoneta”). Por una parte ha captado gran parte del voto moderado que no quiere votar al PP (por catalanismo), y por otra ha seducido al sector principal del nacionalismo. Pero ahora debe afrontar el independentismo. Si lo rehúye o es demasiado vago, los manifestantes del 11 de setiembre pueden votar a ERC (ya pasó en el 2003 tras el apoyo de Pujol a la segunda legislatura de Aznar). Pero si lo abraza puede perder parte de su electorado moderado y enervar a Durán Lleida. Por eso es probable que CiU pida “instrumentos de Estado” y la marcha hacia “el Estado propio” sin asumir explícitamente las tesis independentistas. Salvador Sostres, que conoce bien CDC, decía ayer en El Mundo que Mas ha dicho a los empresarios que no pretende la independencia sino un estatus de “estado libre asociado” como Puerto Rico.

Artur Mas aspira a la mayoría absoluta pero mucho va a depender del PSC. Si Pere Navarro logra definir una propuesta federal en positivo, distinta el independentismo de CiU y del españolismo del PP, puede atraer a amplios sectores y coincidir con una parte sustancial del empresariado. Y Rubalcaba está dispuesto a apoyar.

El gran problema es que no sólo necesita ganar. Si no logra mayoría absoluta quedará en posición delicada. Su campaña soberanista impedirá la reedición de los pactos con el PPC, e incluso con el PSC. Y ERC le exigirá pasos inmediatos hacia la independencia que no solo soliviantarían a los moderados y al empresariado sino que podrían tener peligrosas consecuencias políticas y económicas. Por el contrario, con la mayoría absoluta tendría margen de actuación.   

¿La conseguirá? Mucho depende de lo que haga el PSC. El PPC captará su voto españolista de siempre y parte del voto del miedo (a la independencia). Pero es difícil que crezca porque Rajoy no está en su mejor momento y en Cataluña se cree que ha ninguneado la petición de pacto fiscal del Parlament. Y CiU será el 'pal de paller' de un desunido polo independentista en el que de alguna forma estarán ERC e ICV. Así las cosas y si el PSC queda diluido (a mitad de camino entre el independentismo y el españolismo) la victoria clara de CiU es segura, aunque está por ver el resultado de ERC.

Por el contrario si Pere Navarro logra dibujar una campaña federal en positivo las cosas quizás serían diferentes porque recogería no sólo los votos socialistas clásicos (incluso los de las legislativas, siempre más que los de las autonómicas) sino que puede movilizar a los electores catalanistas e incluso nacionalistas que, sin ser contrarios, recelan de la aventura independentista. Se podría producir incluso una cierta coincidencia entre la propuesta federal del PSC y sectores mayoritarios del empresariado que quieren un nuevo sistema de financiación para Catalunya pero que no hacen del concierto a la vasca cuestión de vida o muerte y que están alarmados por la deriva independentista de CDC.

¿Es posible que Pere Navarro, poco conocido todavía porque no hace ni un año que es secretario del PSC, se logre erigir en una alternativa al inmovilismo del PP y al independentismo de CiU, como pedía ayer en El País su nuevo portavoz parlamentario Xavier Sabaté? No es fácil pero hay datos a favor. El primero es que para el PSC son unas elecciones clave. Una derrota seria le podría acercar a la marginación. Así Navarro insiste en la diferencia con el PP y este fin de semana ha dicho que si tras las próximas elecciones hay una mayoría independentista clara habrá que encontrar las fórmulas legales que permitan celebrar un referéndum. Y ha desenterrado la fórmula maragalliana del “federalismo asimétrico”.

Quizás lo más interesante sea la actitud del PSOE. Ayer en la SER Rubalcaba insistió en que Navarro propone una tercera fórmula, distinta del independentismo de CiU y del españolismo del PP. Y abogó por evolucionar hacia un modelo federal desde un sistema autonómico que ya tiene componentes asimétricos porque Cataluña y Euskadi no son dos CCAA más, como Madrid o Castilla-León. Con todo, lo más novedoso es que abrió el melón de una posible reforma constitucional a través del consenso, la única posible. Y si el PSOE y el PSC empujan en una misma dirección habría un factor nuevo que no existió en los últimos años. 

Hoy empieza el debate de política general en el Parlament de Catalunya y es casi seguro que al finalizar el debate Artur Mas convocará elecciones anticipadas. La versión oficial es que el rechazo al Pacto Fiscal cierra la legislatura. Hay más. Tras gobernar dos años con el apoyo casi exclusivo del PPC, Artur Mas se ha quedado sin mayoría. Al asumir 'el clam' (el clamor) independentista de la manifestación del 11 de septiembre, el apoyo del PPC es ya imposible. Y el de ERC sería difícil porque subiría mucho el listón soberanista.

Alfredo Pérez Rubalcaba