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¿Y si Artur Mas se queda sin mayoría?
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Joan Tapia

Confidencias Catalanas

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¿Y si Artur Mas se queda sin mayoría?

Hace quince días me preguntaba si Rajoy -con su negativa radical a la consulta y a la reforma de la Constitución, pero intentando no tensar la cuerda

Hace quince días me preguntaba si Rajoy -con su negativa radical a la consulta y a la reforma de la Constitución, pero intentando no tensar la cuerda y no subir la tensión, lo contrario de lo que le piden algunos media de Madrid- estaba ganando la batalla catalana. La cuestión de fondo, el encaje (o el no encaje) de Catalunya en España va para largo y es arriesgado pronosticar. Pero la grave situación financiera -la Generalitat no encuentra otro banquero que no sea el Estado para afrontar el déficit y renovar la deuda- y la presión del mundo económico (que sabe que la ruptura es negativa), están inflexionando la actitud de CiU.

Así, Artur Mas -tras conocerse en Semana Santa su entrevista 'discreta' con Rajoy, que incluso llegó a negar en un programa líder de una radio catalana- insistió el pasado miércoles en que la situación financiera es de “emergencia nacional”, instó a sus consellers al diálogo con Madrid y defendió su imperiosa necesidad de lograr, entre otras cosas, la vital suavización del objetivo de déficit para 2013, aunque enfatizó que ello no podía tener como contrapartida la no celebración de la consulta, que sigue siendo la prioridad. Y algunos consellers sostienen en privado que “todo, absolutamente todo” necesita el acuerdo con Madrid.

Sin embargo, poner una vela al diálogo con Rajoy -que quizás esté dispuesto a negociar muchas cosas, pero no la consulta- y otra al pacto con ERC para asegurar la mayoría parlamentaria (CiU tiene 50 diputados en una Cámara de 135) es casi un salto mortal. El objetivo de Madrid es, como mínimo, retrasar la consulta mientras que el de ERC es, por el contrario, acelerarla al máximo. Oriol Junqueras, el líder de ERC, debe de creer que este momento de máxima tensión -irritación por la crisis, mala imagen del PP en Cataluña tras su actitud ante el Estatut, pérdida de prestigio del Gobierno por el paro y el caso Bárcenas, el escándalo Urdangarin y la erosión de la confianza en la Monarquía española- es el mas favorable para celebrar la consulta y pretende presionar a Mas para celebrarla este mismo año.

Si ERC no votara los presupuestos catalanes de2013 -que es lo que se desprende de las duras palabras de Oriol Junqueras el jueves pasado- CiU se quedaría sin mayoría en el Parlamento catalán, por lo que no se pueden descartar unas segundas elecciones anticipadas

Sólo así se entiende que el pasado jueves, en una conferencia de Nueva Economía Forum, y ante dos consellers, Junqueras no vacilara en repetir varias veces, insistentemente y en un tono con el que no quería dejar lugar a dudas, que ERC no votaría nunca unos presupuestos con un objetivo de déficit del 1,5% del PIB, porque ello supondría un recorte de 3.200 millones de euros, añadidos a los del año pasado y sobre una cifra de gasto de unos 22.000 millones. Junqueras insistió en que el dinero existe, porque los catalanes pagan 32.000 millones de impuestos, pero que “no está donde debía estar”. Su actitud es preocupante para CiU por dos motivos. Primero, porque había tenido un encuentro muy reciente con Mas. Segundo, porque el día anterior el president había insinuado que la relajación del 0,7%, objetivo actual, a una tercera parte del déficit que la UE permita a España (parece haber un principio de acuerdo sobre el 1,5% del PIB) era imprescindible.

Pero Junqueras fue tajante. Con un objetivo del 0,7%, el recorte sería de 4.800 millones; con el 1,5%, de 3.200. Y añadió que da lo mismo ahogarse a 4,8 metros bajo el nivel del mar que a 3,2 porque, en ambos casos, mueres. Para más inri, afirmó que quienes presumían (no aclaró a quién se refería, pero apuntaba a sectores de CiU) de que lograr el 1,5% (todavía no conseguido) era una victoria son “aquellos que se venden antes de que les compren”. Y remachó que sólo los locos o los majaderos (utilizó la intraducible expresión catalana “los que se han bebido el entendimiento”) pueden presionar a ERC para votar unos presupuestos con el objetivo del 1,5%.  

Claro que los políticos saben “decir digo donde dije Diego”, pero el tono de Junqueras, y que hablara a las 9:00 de la mañana del día siguiente a la rueda de prensa en la que Mas había querido dejar claro que el diálogo con Madrid no implicaba la renuncia a la consulta, indica que el líder de ERC presiona al máximo. Mi impresión es que sólo el compromiso de una consulta antes de final de año -legal o ilegal, y dijo que era imposible acordarla con Madrid- haría que Junqueras “por patriotismo” votara unos presupuestos que afirma que serían salvajes e “imposibles de cumplir”. Y esto es algo que Mas -y el independentismo de orden- no puede tragar. Además, lo más curioso es que el decreto de prórroga presupuestaria vigente -votado por ERC- ya implica un máximo de gasto acorde no con el 1,5%, el objetivo que Mas y Mas-Colell creen posible conseguir, sino con el más duro 0,7%.

Si finalmente ERC no vota los Presupuestos, Artur Mas se quedaría sin mayoría. Josep Rull, secretario de organización de CDC y estrella ascendente del independentismo tras la obligada retirada de Oriol Pujol, ha dado una primera respuesta: “Sin Presupuestos no hay Gobierno, y sin Gobierno no hay consulta”. Pero Mas, en los últimos días, ha insistido en que la situación de emergencia exige un Gobierno de unión nacional (sin el PPC, que le apoyó la pasada legislatura) pero con ERC y, también, el PSC. Como este tripartito es absolutamente imposible, ¿qué pretende Mas? ¿Quiere que el PSC sustituya a ERC si esta se mantiene intransigente?

En todo caso, Pere Navarro, el nuevo líder del PSC cuya imagen va subiendo, ha puntualizado que un tripartito es imposible salvo un cambio total de rumbo y que, en todo caso, tendría que ser aprobado en referendo por los militantes socialistas (o sea, que tampoco). En ese caso, Mas sólo tendría la opción de una nueva disolución que sería fatal para él y para CiU. Salvo que se sumara a la estrategia rupturista de ERC (no le doy ni un 5% de posibilidades) o salvo, algo que hoy parece absurdo, que alcanzase una nueva especie de entente circunstancial con el PP, alegando que la prioridad es que los hospitales y las escuelas funcionen y que los empleados públicos cobren sus nóminas. Parece imposible, pero hay que destacar que Alicia Sánchez-Camacho ha dicho que está dispuesta a imitar a Pere Navarro, es decir, a romper la disciplina de voto del PP, si no se logra un acuerdo de financiación satisfactorio para Cataluña. Y Sánchez-Camacho sopesa lo que dice y tiene una estrecha relación con Rajoy. 

Hace quince días me preguntaba si Rajoy -con su negativa radical a la consulta y a la reforma de la Constitución, pero intentando no tensar la cuerda y no subir la tensión, lo contrario de lo que le piden algunos media de Madrid- estaba ganando la batalla catalana. La cuestión de fondo, el encaje (o el no encaje) de Catalunya en España va para largo y es arriesgado pronosticar. Pero la grave situación financiera -la Generalitat no encuentra otro banquero que no sea el Estado para afrontar el déficit y renovar la deuda- y la presión del mundo económico (que sabe que la ruptura es negativa), están inflexionando la actitud de CiU.

Artur Mas