Es noticia
Cómo bajar la presión sin pinchar el suflé
  1. España
  2. Confidencias Catalanas
Joan Tapia

Confidencias Catalanas

Por

Cómo bajar la presión sin pinchar el suflé

La cadena humana que quiere cubrir hoy de norte a sur la costa catalana será –salvo que los elementos lo impidieran como le pasó a la

placeholder Funeral por artur mas i barnet, padre del presidente de la generalitat

La cadena humana que quiere cubrir hoy de norte a sur la costa catalana será –salvo que los elementos lo impidieran como le pasó a la Armada Invencible de Felipe II- un éxito. En los últimos años –más tras la sentencia del Constitucional- en Cataluña se ha disparado el sentir soberanista y el independentismo está hipermovilizado. Pero en democracia las decisiones no se toman en función del número y el entusiasmo de los manifestantes sino del voto de los ciudadanos. Por eso el desafío de Jonqueras a Pere Navarro (en Els Matins de TV3) aconsejándole impulsar una cadena federalista (si era capaz), tiene poco sentido. Sólo demuestra que no entiende muy bien los mecanismos democráticos.

Al president Mas le pasó algo similar el año pasado cuando confundió la impresionante (sí, impresionante por numerosa ycívica) manifestación independentista del 11-S con la voluntad popular. En mayo del 68en Francia, hubo una huelga general de un mes –no una manifestación familiar de festivo soleado de finales de verano- exigiendo la retirada de De Gaulle. Un mes después el general ganó las elecciones por mayoría absoluta. La protesta es la protesta, la voluntad popular sólo sale de las urnas.

Pero aunque la cadena a la báltica sea un éxito similar a la manifestación del año pasado, las cosas son algo diferentes. En el 2011 los partidos estaban a favor o en contra. Y los de la tercera vía estaban desaparecidos (casi). Ahora, como el 2011 -lo señalé la pasada semana-, hay partidos que apoyan la cadena y la independencia (CDC, ERC y las CUP) y partidos contrarios que defienden el statu quo -el PPC y Ciutadans- con un respaldo electoral de 750.000 votos que también son ciudadanos catalanes. Pero un elemento novedoso es que resurgen, descoordinados pero con mas ímpetu, aquellos que rechazan tanto el statu quo como la independencia y no quieren oponerse al derecho a decidir que apoyan como principio democrático (aunque no es reconocido en ninguna Constitución se ha ejercercido dos veces en Québec y hay un acuerdo entre Londres y Edimburgo para que se practique en Escocia).

Y en esta tercera sensibilidad -que era la dominante hasta la sentencia del Estatut- coinciden hoy tres fuerzas muy diversas: la Unió Democrática de Durán Lleida, un partido democristiano de centro-derecha que lleva muchos años coaligado con CDC; el PSC que recupera personalidad propia (no sin batallas internas) con la consolidación (lenta) de Pere Navarro y la asunción por el PSOE de un proyecto federal de reforma de la Constitución; y la ICV que lidera Joan Herrera, un partido ecosocialista que quiere dirigir la protesta social con planteamientos menos dogmáticos que IU.

Y esto tiene una consecuencia que marca también la Diada.Parlamentariamente los partidos que apoyan la Cadena Humana no tienen mayoría. Y es que, sin los diputados de Unio Democrática, no hay mayoría soberanista en el Parlament. Y ni el líder de Unió, Durán Lleida, ni el secretario general, Joan Pelegrí, irán a la cadena aunque si lo hará la vicepresidenta del Govern, Joana Ortega, que es de Unio. Cataluña, país milenario, es compleja.

El otro elemento diferente (no marcha atrás pero sícambio significativo) es la inflexión de Artur Mas. A mediados de la semana pasada el president alteró la ecuación política catalana diciendo tres cosas. Una, que no renunciaba a la consulta y que tal como prometió sería convocada en el 2014. Dos, que si no había acuerdo con el gobierno de Madrid –si la consulta no era legal y pactada- no se podría hacer en el 2014. Tres, que los catalanes siempre tendrían el derecho a decidir a través de unas elecciones plebiscitarias pero que su intención era que no fueran adelantadas sino acabar la legislatura. Y a los altos cargos del Govern –en una reunión a puerta cerrada pero de 200 personas- les dijo que él marcaba el calendario porque aunque se quedara sin mayoría –espera que ERC vote los presupuestos del 2014 porque la consulta será convocada- no hay mayoría alternativa. Ninguna moción de censura puede prosperar.

Rajoy y Mas siguen sin entenderse pero han comprendido que el

Algunos dicen que no ha cambiado nada porque el objetivo –en el que insisten mas los dirigentes radicalizados de CDC que el president- sigue siendo la independencia. Y Rajoy no quiere ni siquiera negociar la consulta (el ministro de Exteriores volvió a dejarlo claro ayer). Pero la inflexión de Mas, tras una reunión privada con Rajoy, indica que los dos presidentes han hecho un ejercicio de aproximación y deben haber alcanzado algunos puntos tácitos de entente. Uno, ninguno de los dos renuncia a su posición de fondo: Mas a la consulta, Rajoy a afirmar que es inconstitucional. Dos, pese a ello el auténtico choque de trenes y el subsecuente crujir de dientes, el intento de celebrar una consulta ilegal o las elecciones plebiscitarias adelantadas, no tendrá lugar en el 2014. El referéndum ilegal sería muy difícil de llevar a la práctica y además el enfrentamiento entre dos gobiernos del Reino de España no favorecería ni el afianzamiento de la confianza de los mercados ni la salida de la crisis. Y tanto Mas como Rajoy tienen que colocar deuda y saben que la economía y el empleo condicionarán los futuros resultados electorales.Ni a Mas ni a Rajoy les interesa tirar piedras contra la incipiente recuperación.

Tres, la renuncia de Mas al choque de trenes hasta el 2016 (que no implica que no se mantenga el suflé para satisfacer a las respectivas parroquías) baja la presión política sobre Rajoy. Mas podría obtener un cambio en la actitud del gobierno del PP que debería haber negociado (según la LOFCA pactada por Zapatero y Montilla) un nuevo sistema de financiación que podría implicar cambios a favor de las autonomías que son contribuyentes netos (poner un límite a la solidaridad). No sólo Catalunya sino también Madrid, Baleares y Valencia. Además, como Durán nunca apoyará un referéndum ilegal, Mas se evitaría así la ruptura de la coalición con Unio (un socio conocido y conservador) y tenerlo que sustituir corriendo con otro menos previsible (Oriol Jonqueras es el tercer lider de ERC en poco mas de tres años). Cuarto, Mas tendrá que hacer equilibrios para no perder la confianza del maximalismo independentista que, impaciente, quiere la consulta (o las plebiscitarias) en el 2014. Pero Rajoy deberá afrontar un pacto fiscal que beneficie a Cataluña mientras Mas seguirá proclamando su voluntad independentista (ahí está la reciente y curiosa referencia a Martin Luther King). Los sacrificios serían pues compartidos.

Quinto, así se llegaría al 2016. Mas (gran ventaja) podría renegociar entonces el referendo (a un destacado sindicalista catalán le confesó que la consulta era “sío sí” pero que la pregunta se podía pactar) previsiblemente con un Rajoy, sin mayoría absoluta tras las elecciones del 2015, o con Rubalcaba (u otro socialista) que tampoco la tendría. Y CiU siempre se ha movido bien en ese marco. Pero Rajoy también sacaría ventaja. Sin mayoría absoluta, el PP no se podría oponer a un pacto serio con CiU (recuerden que Aznar en el 96 llegó a afirmar que hablaba catalán en la intimidad) y dispondría de un valioso socio parlamentario. Y es que en el fondo CiU siempre ha preferido pactar con una derecha española debilitada, con presencia limitada en Cataluña, que con los socialistas, que tienen al PSC de aliado permanente, ganan (hasta hace poco) las legislativas y municipales y ya les “robaron” (expresión de Marta Ferrusola) dos veces la Generalitat. Por su parte, el PP tiene puntos comunes con el centro-derecha catalán y en la práctica ha demostrado que prefiere la dura cruz de negociar con el nacionalismo que la insufrible de embarcarse en pactos serios (no digamos ya un gobierno de gran coalición) con el PSOE. CiU les discute el 18% del Pib español y Rubalcaba el 100%.

Claro, el guión descrito no ha sido concretado ni lo será. Pero es lo que debe “flotar” en las cabezas de Mariano Rajoy y Artur Mas cuando han decidido algo muy complicado pero beneficioso para ambos, para Cataluña y para España: bajar sustancialmente la presión política real aunque se mantenga el suflé de consulta sí- consulta no. El “armisticio” generará problemas para ambos pero menores que la “guerra”. En catalán se dice “qui dia passa, any empeny” (quien finaliza un día, empuja el año). Y aunque ninguno de los dos es un visionario quizás ambos intuían que, como dice la encuesta de El País del domingo pasado, tanto los españoles como los catalanes desaprueban –en Cataluña y en España- la actitud cerrada de ambos y su poca flexibilidad para sentarse a negociar. No vaya a ser que los tan desahuciados (por los ejércitos mediáticos respectivos) Alfredo Pérez Rubalcaba y Pere Navarro acabara pareciendo que tienen mas “cintura” y capacidad de diálogo.

placeholder Funeral por artur mas i barnet, padre del presidente de la generalitat

La cadena humana que quiere cubrir hoy de norte a sur la costa catalana será –salvo que los elementos lo impidieran como le pasó a la Armada Invencible de Felipe II- un éxito. En los últimos años –más tras la sentencia del Constitucional- en Cataluña se ha disparado el sentir soberanista y el independentismo está hipermovilizado. Pero en democracia las decisiones no se toman en función del número y el entusiasmo de los manifestantes sino del voto de los ciudadanos. Por eso el desafío de Jonqueras a Pere Navarro (en Els Matins de TV3) aconsejándole impulsar una cadena federalista (si era capaz), tiene poco sentido. Sólo demuestra que no entiende muy bien los mecanismos democráticos.

Cataluña Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) PSC