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Joan Tapia

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Indigesto agosto

El famoso 3% denunciado por Maragall va a complicar la campaña de 'Junts pel Sí'

Foto: De izquierda a derecha: Carme Forcadell, Artur Mas, Raül Romeva y Oriol Junqueras. (Reuters)
De izquierda a derecha: Carme Forcadell, Artur Mas, Raül Romeva y Oriol Junqueras. (Reuters)

Ha acabado agosto y la lista Junts pel Sí (Juntos por el Sí a la independencia), lanzada por Artur Mas con gran pompa como el instrumento necesario para convertir las elecciones autonómicas del 27-S en unas plebiscitarias y poner fin al dominio de España sobre Cataluña, no va por buen camino. Ahora todo el mundo hace símiles históricos y la lista Junts pel Sí –que Miquel Iceta ha dicho que puede convertirse en Junts per tapar el 3% (Unidos para tapar el 3%)- recuerda más bien aquella famosa Armada Invencible que Felipe II montó contra la pérfida Albión y que el rey imperialista justificó luego diciendo que no había enviado sus naves a luchar contra los elementos.

Junts pel Sí ha tenido este agosto un serio problema de coherencia interna. Y ha acabado el mes con la resurrección del 3% que Pasqual Maragall ya definió en el lejano 2005, causando gran indignación en Artur Mas, como “el gran problema de CDC”. Y al entrar septiembre ya se ve claro que el problema no es sólo de coherencia interna, o del embarzoso 3%, sino que la Armada Invencible se enfrenta también a algo similar a la ley de la gravitación universal y puede topar por tanto con aquel dicho –tan castellano- de “quien al cielo escupe en la cara le cae”.

Vamos por partes. Artur Mas tenía un discurso nacionalista y liberal bastante equilibrado. Era escuchado. Oriol Junqueras tenía otro, independentista e izquierdista algo confuso pero con aspiraciones socialdemócratas. Era interesante. Y Raül Romeva y Jordi Sànchez, el presidente de la ANC, eran izquierdistas y nacionalistas respetados y con personalidad. El problema es que cuando se unen pierden su especificidad y se quedan despojados de todo discurso interpretativo y prisioneros de un solo eslogan: Nos vamos de España, Cataluña independiente.

Las declaraciones de Romeva, Jordi Sánchez y Germà Gordó han puesto de relieve la falta de coherencia en la lista independentista de Junts pel Sí

Y claro, como no siempre se puede repetir el eslogan, a la que empiezan a hablar muestran su extrema cacofonía y originan situaciones contradictorias que rozan el ridículo. Así Raül Romeva, que viene de ICV y está lógicamente acomplejado de abrir la lista patrocinada por CDC, ha insistido más de una vez en que Artur Mas no tiene que ser obligatoriamente el president si la lista gana las elecciones. Ha habido especulación de que si la lista se quedaba en 60 diputados y necesitaba 8 más (de las CUP) para la mayoría absoluta y la elección de president podían encontrarse con que Antonio Baños (el número uno de las CUP) pusiera como condición que el candidato no fuera Artur Mas sino alguien con más sensibilidad social. ¿Romeva? Tras quince días de equívocos Romeva tuvo que aclarar en una serie de 25 tuits que había un pacto explícito de CDC y ERC para que el president fuera Mas. Vale, pero en el interregno la lista ya había perdido toneladas de “glamour”, Romeva se había mostrado como alguien estrambótico y con poca habilidad y Artur Mas había tenido que enseñar las cartas. Va de cuarto en una lista unitaria del independentismo porque no le admiten de uno pero es “el capo”. Exceso de politiquería y confusión del más viejo estilo para una lista que quiere hacer un país nuevo, ejemplar y transparente.

El segundo contratiempo lo protagonizó Jordi Sànchez cuando reconoció que tras una Declaración Unilateral de Independencia Cataluña quedaría “provisionalmente” fuera de la UE y tuvo que rectificar con urgencia: cuatro tuits en menos de 24 horas. Y es que los intelectuales no están para pensar sino para repetir las consignas de la superioridad. Cuando lo de Jordi Sànchez se apagaba sale Germà Gordó, el Conseller de Justicia que ha sido toda la legislatura partidario del diálogo con Madrid, y resucita lo de los Países Catalanes. Es entonces Romeva el que aclara que es una opinión individual que no compromete a nada. ¿Pero por qué Gordó, un adicto de la realpolitik, comete este desliz?

La conclusión es que ningún candidato de Junts pel Sí puede hacer un discurso personal sin causar revuelo. Sólo pueden repetir, como loritos enseñados, que Catalunya será independiente dentro de pocos meses. Las jaculatorias convocan creyentes a actos multitudinarios pero cansan. ¿Qué opinan los de Junts pel Sí de los graves asuntos de este verano como Grecia o la ola de inmigrantes que quiere ir a Alemania a través de Macedonia, Serbia y Hungria? ¿Qué consecuencias puede tener la desaceleración de la economía china que ha hecho caer la bolsa española un 8% en agosto? Junts pel Sí no dice nada no sólo porque no le interesa sino porque no está de acuerdo en nada. ¿Cómo confiar en una lista que no sabe/no contesta? Y además carece de liderazgo como demuestra que el líder vaya emboscado en la cuarta posición.

Las tomas de posición del Foment, Felipe González y Angela Merkel indican que el independentismo topa con algo similar a la fuerza de la gravedad

Y encima les ha caído la tormenta del 3%. Culpar al Estado español de los registros –ordenados por un juez de El Vendrell a petición de la Fiscalía Anticorrupción- se puede hacer. Pero el 3% es un “mantra” que se arrastra desde hace diez años y además en este caso la denuncia originaria (contra el alcalde de Torredembarra) fue impulsada por la ERC de ese pueblo de la costa de Tarragona. Y además ahí está la empresa Teyco –propiedad de la familia Sumarroca cuyo patriarca es íntimo de Jordi Pujol y fundador de CDC- y cuyo consejero-delegado es Jordi Sumarroca, un hijo del patriarca y en cuyo domicilio se encontraron anotaciones sobre obras en cuatro municipios catalanes gobernados por CDC (Torredembarra, Figueras, Lloret y San Cugat) y donaciones a la fundación CatDem, vinculada a CDC y a la que hubo que cambiar el nombre de Trias Fargas (por exigencia de la familia) tras el escándalo Millet-Palau de la Musica.

Contra lo que proclamó un gran diario de Madrid, esas anotaciones no son –hoy por hoy- pruebas concluyentes pero sí levantan justificada suspicacia. Es cierto que CDC tiene una gran habilidad para “torear” los procesos juidiciales en el Estado español (ahí está el caso del Palau camino de su sexto año de retraso) pero la resurrección del maragallista 3% es muy molesta para la lista independentista. Para Romeva, para Junqueras, que se resistió hasta el final a la lista “unitaria”, y para Artur Mas que hoy tendrá que dar explicaciones en el Parlament. Presionado no sólo por el PPC y el PSC sino también por gente que hasta hace poco era compañeros de fatigas como los diputados de Unió Democrática.

Estos problemas han amargado el agosto a Junts pel Sí, pero al llegar septiembre surge otro problema que se parece a la ley de la gravitación universal. Y la fuerza de la gravedad está proclamando –lo he escrito ya antes en El Confidencial- que, inclinaciones ideológicas aparte, la independencia de Cataluña es algo muy difícil y que en todo caso los inconvenientes serían muy superiores a las ventajas. Al menos a corto plazo y, como dijo Keynes, “a largo plazo todos muertos”.

El PP se equivoca al hacer electoralismo con el Constitucional. El 87% de los catalanes y el 56% de los españoles cree que Rajoy ha favorecido al 'procés'

A la fuerza de la gravedad habrá que referirse en próximos artículos pero ahí está el documento del Foment, la patronal catalana, en el que se dice que el empresariado está preocupado por la falta de seguridad jurídica que puede derivarse de las elecciones y aboga por un gobierno legal que negocia –palo a Mas y palo a Rajoy- una nueva financiación y un nuevo estatus para Cataluña dentro de España. Y no deja de señalar que mientras la inversión pública en Cataluña debería ser el 19% de la total (un porcentaje equivalente a la aportación al Pib como se pactó en el Estatut), el promedio de los tres últimos años ha sido la mitad (el 10%). ¿La independencia contra el parecer de la gran patronal catalana que teme la salida del euro? Lo dicho, quien escupe al cielo…

La fuerza de la gravedad surge también con la clara posición de Felipe González advirtiendo de que Cataluña puede emprender un camino estéril que no conduzca a ninguna parte. Y Felipe, todos los peros que se le puedan poner aparte, es el líder político que después de Pujol, más elecciones ha ganado en Catalunya. Quizás tenga menos predicamento en las nuevas generaciones pero el felipismo ha sido más fuerte en muchas ciudades catalanas incluso que en las andaluzas. El líder histórico del socialismo español que ganaba siempre las legislativas en Cataluña –de hecho el PSC sólo ha tenido dos líderes auténticos, Felipe González y Pasqual Maragall- no es alguien que se pueda despreciar. Y menos ahora que Pedro Sánchez y Miquel Iceta han acercado posiciones. Por eso el agitprop nacionalista –con un triste artículo de Pilar Rahola en La Vanguardia- ha emprendido una agresiva campaña de descalificación. Y es que pese a que perdió ante Aznar hace 20 años, Felipe sigue influyendo.

El tercer elemento de la gravitación universal –que refuerza las tomas de posición de Foment y de Felipe González- es la canciller Angela Merkel, que ayer dijo desde Alemania que había que respetar la integridad territorial de los Estados. Lo que el independentismo niega continuamente –Jordi Sànchez lo sufrió hace unos días- de que la Unión Europea sería una asignatura complicada para una Cataluña independiente, ha sido confirmado ahora por la jefe de gobierno de la primera economía europea. Y en presencia de Mariano Rajoy.

El independentismo ha topado con su falta de coherencia interna, con el 3% denunciado por Maragall hace diez años y con la fuerza de la gravedad patente en las tomas de posición del Foment, Felipe González y Angela Merkel. En estas condiciones el resultado electoral de Junts pel Sí no parece que pueda ser el apetecido. Veremos lo que dice alguna encuesta este fin de semana, pero el gobierno del PP no ha hecho nada constructivo –salvo reiterar la obviedad de que hay que respetar la ley- para cambiar el clima en una Cataluña en la que más del 40% se declara independentista.

Y tampoco se puede descartar que la campaña del PP puede ayudar a Junts pel Sí. Querer hacer ahora una ley –en campaña electoral- para dar más poder al Tribunal Constitucional parece confesar que se teme una victoria independentista y que se tienen que tomar medidas sancionadoras contra el president que haga una DUI.

Parece absurdo. Primero porque los poderes del Tribunal Constitucional ya están establecidos. Segundo, porque ha habido mucho tiempo –antes de la campaña- para reforzar esos poderes si se creía conveniente. Tercero, porque no es de recibo que una ley española sea presentada al abrirse la campaña electoral catalana por el candidato García Albiol, que no es ni ministro ni diputado. Cuarto, porque reitera el mensaje de que el Tribunal Constitucional está por encima de la voluntad de los catalanes, lo que es cierto pero ya vimos las consecuencias que tuvo cuando la famosa sentencia de junio del 2010. Quinto y último, porque parece un acto de campaña electoral pero no contra el independentismo sino para que el candidato del PP, García Albiol, recupere fuerza frente a Inés Arrimadas de Ciutadans.

No, el PP no acierta al hacer política catalana. La encuesta de la Ser de ayer lo confirmaba. El 56% de los españoles (contra el 13,5%) cree que la política del PP respecto a Cataluña ha fomentado el independentismo. En Cataluña los resultados son más terribles para Rajoy. El 87% cree que su política ha favorecido a los independentistas.

Corolario: Junts pel Sí tiene muchos problemas y funciona mal por lo que no tendrá la victoria que soñaba. Pero el Gobierno de España no ha ofrecido una alternativa atractiva por lo que la lista unitaria tampoco tendrá una derrota concluyente.

Ha acabado agosto y la lista Junts pel Sí (Juntos por el Sí a la independencia), lanzada por Artur Mas con gran pompa como el instrumento necesario para convertir las elecciones autonómicas del 27-S en unas plebiscitarias y poner fin al dominio de España sobre Cataluña, no va por buen camino. Ahora todo el mundo hace símiles históricos y la lista Junts pel Sí –que Miquel Iceta ha dicho que puede convertirse en Junts per tapar el 3% (Unidos para tapar el 3%)- recuerda más bien aquella famosa Armada Invencible que Felipe II montó contra la pérfida Albión y que el rey imperialista justificó luego diciendo que no había enviado sus naves a luchar contra los elementos.

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