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Joan Tapia

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¿Será Cataluña territorio Junqueras?

La última encuesta dice que ERC doblaría en votos y diputados al partido de Artur Mas en unas nuevas elecciones catalanas

Foto: El líder de ERC, Oriol Junqueras. (EFE)
El líder de ERC, Oriol Junqueras. (EFE)

El pasado miércoles, señalaba algunas características de la política catalana, que presentaba distintos panoramas si analizábamos el eje partidos nuevos- partidos tradicionales, o el independentismo-no independentismo, o el más clásico de derecha-izquierda.

Y el domingo, 'El Periódico de Catalunya' publicó una amplia encuesta (1.600 entrevistas en Catalunya), interesante de analizar porque permite profundizar en el cambiante mundo político catalán. Pone de relieve, antes que nada, que la desafección catalana -advertida a los partidos españoles por el 'president' Montilla cuando ya se palpaban las dificultades del Estatut en el Constitucional- sigue siendo muy alta. Pese a los múltiples errores desde el pasado 27-S, si hoy hubiera nuevas elecciones autonómicas, los partidos independentistas seguirían teniendo mayoría absoluta: 70 diputados sobre 135 del total del Parlament, cuando ahora tienen 72, y un porcentaje de voto del 45,4% frente al 47,8% de las 'plebiscitarias' del 27-S. El independentismo, pues, sufre una cierta erosión, pero es muy fuerte y la actitud de poco diálogo y negativa a buscar nuevas soluciones del Gobierno Rajoy solo puede aspirar -como máximo- a enquistar el problema.

Pero ello no quiere decir que el maximalismo no le esté creando problemas al independentismo. Así, el 50,7% de los catalanes (frente al 33,3%) cree que el Parlamento catalán no está legitimado para llevar a cabo la hoja de ruta aprobada de la independencia en 18 meses. Es más, solo el 21,4% cree que la prioridad del Gobierno de la Generalitat debe ser la independencia exprés, mientras que el 34,1% se inclina por el referéndum y el 36,3% cree que el Gobierno de Carles Puigdemont debería olvidarse de la independencia. Son datos inquietantes para el independentismo, pero también para los partidos que no desean romper el Estado, pues la suma de la independencia exprés y el referéndum recoge el apoyo de nada menos que el 55% de los encuestados.

ERC ganaría con claridad las elecciones, pero la mayoría de los catalanes no secunda la hoja de ruta de Junts Pel Sí de la independecia en 18 meses

Quizá la clave de estos datos sea que, aunque el independentismo ha perdido ímpetu, los partidos españoles no son capaces de ofrecer una alternativa que supere la desafección causada por la sentencia del Estatut. Y como consecuencia de esta pérdida de ímpetu de independentismo y del absentismo español en la propuesta de soluciones, una parte de la ciudadanía catalana se refugia en la exigencia de un referéndum. Exigencia a su vez confusa, ya que los que más la reivindican (la coalición de Ada Colau, Podemos en Cataluña y la antiguo ICV) no aclaran cuál sería su posición si el referéndum llegara a realizarse: hacer campaña para quedarse en España (de alguna manera) o para marcharse. Pedir un referéndum sobre la independencia sin explicar la actitud que se adoptaría en el caso de que el referéndum efectivamente se convocara es todo menos maduro.

Y fruto también de este absentismo español, el partido que ganaría unas elecciones catalanas si se celebraran hoy es el más histórico del independentimo, la Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) que hoy dirige Oriol Junqueras, y no la tradicionalmente más moderada CDC, que solo se ha sumado al carro independentista bajo el liderazgo de Artur Mas. En las plebiscitarias de 2015, ambos partidos fueron coaligados bajo la dirección efectiva del líder de CDC pero si ahora se repitieran las elecciones, el primer partido sería ERC con un 25,6% de los votos y 41 escaños, mientras que CDC recibiría solo la mitad de ese apoyo (13,3% y 21 diputados). Casi nadie cree que en unas futuras elecciones catalanas se pudiera repetir la coalición JxS, ya que CDC y ERC fueran separadas a las elecciones españolas del 20-D y volverán a ir cada una por su cuenta el 26-J.

Y en esas elecciones catalanas, entre ERC y CDC se situarían en votos Ciudadanos y el PSC, aunque -por el mayor peso relativo de Girona, Tarragona y Lleida- CDC podría ser la segunda fuerza en diputados.

ERC quiere ganar también las generales del 26-J en Cataluña y pretende recuperar parte de los 400.000 votos de JxS del 27-S que emigraron a Iglesias el 20-D

Así, la operación independencia habría sido un desastre total para Mas, que habría pasado de los 62 diputados de 2010 cuando ganó las elecciones sin mayoría absoluta, a 50 en 2012, a 30 dentro deJxS en 2015 y a los 21 que prevé la encuesta. El gran beneficiario del 'procés' ideado por Mas habría sido -como hasta cierto punto es lógico- Oriol Junqueras, que no es un neoindependentista sino un independentista de toda la vida. Pero el desastre no sería menos grave para Mariano Rajoy, que en vez de tener delante la CDC tradicional cuya seña de identidad era la negociación -famosos fueron los pactos del Majestic entre José María Aznar y Jordi Pujol-, se podría encontrar, en el caso de que volviera a gobernar, con un Gobierno catalán en manos de ERC, un partido cuya sola mención ponía de los nervios a Aznar. Y con un líder, Oriol Junqueras, mucho más decidido que Carod o Puigcercos, a los que se podría aplicar aquello de “perro ladrador, poco mordedor”.

Así, según esta encuesta, Cataluña podría seguir votando de forma diferente en las elecciones catalanas y en las españolas. En las catalanas ganaría ERC (en septiembre de 2015 ya ganó JxS) y en las españolas la coalición de Ada Colau y Podemos, que ganó en fecha tan reciente como el 20-D. De alguna forma y con otros protagonistas, se repetiría la fórmula tradicional de que las catalanas las ganaba la CDC de Pujol y las españolas, el PSC liderado por Felipe González.

Pero Oriol Junqueras y ERC se han propuesto ganar también las elecciones españolas y esa es una de las razones (la principal quizá sea la lucha por el liderazgo) para huir de la coalición con CDC. Argumentan, en medios cercanos a Junqueras, que la clave para ganar el 26-J será ser percibido como un partido claramente de izquierdas como le pasó a En Comú Podem (Podemos y Ada Colau) el pasado 20-D y que con este objetivo la alianza con CDC sería letal. Y según sus estudios poselectorales, nada menos que 400.000 votantes de JxS del 27-S emigraron a ECP el 20-D.

Tras el tripartito, ERC parecía un partido desahuciado y en las catalas de 2010 fue la quinta fuerza. Ahora aspira a todo y a su líder, Junqueras, no le tose nadie

ERC quiere reconquistarlos. Cree que Podemos ha perdido 'glamour', que la alianza con Garzón no le aportará nada en Cataluña, pues la rama catalana de IU ya se apuntó a ECP, y que por lo tanto tienen posibilidades reales de llegar los primeros el 26-J. Quizá sea así, aunque es un cálculo algo aventurado ya que si bien ERC ya adelantó a CDC y quedó en segundo lugar el 20-D con 599.000 votos y nueve diputados, fue superada en nada menos que 328.000 votos por ECP, que obtuvo 12 diputados. Y el tándem Rufián-Tardà, que encabezó la lista, no ha hecho mejor papel en Madrid que Xavier Domènech, el primero de la lista de ECP, que recibió además un muy televisado beso de Pablo Iglesias. En ERC creen que ese beso les beneficia y perjudica a Domènech.

ERC, un partido que al final del tripartito parecía desahuciado y fue la quinta fuerza en las elecciones catalanas de 2010, es hoy el partido que las encuestas dan como ganador en unas nuevas elecciones autonómicas, superando de largo a CDC. Y además quiere disputar la victoria en las españolas a ECP, que las ganó el pasado 20-D. ¡ERC batiendo a CDC en las catalanas y disputando a ECP la victoria en las españolas! Un panorama difícil de imaginar hace pocos meses y que cuesta entender -a no ser por el absentismo de España- en un entorno en el que el independentismo ha perdido ímpetu.

Claro que ni ERC ni ECP deben olvidar a la izquierda más tradicional del PSC, al que la encuesta de 'El Periódico' sitúa en tercera posición en intención de voto tras ERC y Ciudadanos y muy ligeramente por delante de CDC. El experimentado Iceta sabe que en las elecciones españolas siempre les va mejor que en las catalanas y confía en que el relevo de Carme Chacón por Meritxell Batet ayude a ir superando el trauma de los últimos años, causado por la conjunción de la sentencia del Estatut y la reacción de Zapatero ante la crisis.

Sea como sea, atención a ERC. Era un partido asambleario en el que los líderes las pasaban canutas cuando hacían cualquier pacto y tocaban poder, y ahora a Junqueras, que ejerce de vicepresidente y 'conseller' de Economía y negocia “amigablemente” con Guindos, Soraya Sáenz de Santamaria e incluso Montoro, no le tose nadie. ERC cree que supo torear a CDC cuando la lista conjunta y recuperar luego libertad de vuelo. Y ahora también quiere plantar cara al tándem Ada Colau-Pablo Iglesias, al que muchos analistas catalanas vuelven a dar como ganadores el 26-J.

El pasado miércoles, señalaba algunas características de la política catalana, que presentaba distintos panoramas si analizábamos el eje partidos nuevos- partidos tradicionales, o el independentismo-no independentismo, o el más clásico de derecha-izquierda.

Oriol Junqueras Esquerra Republicana de Catalunya (ERC)