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Pablo Pombo

Crónicas desde el frente viral

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Despodemizar al PSOE

Sánchez, con las consultas huecas y el vaciamiento de los órganos democráticos, ha estado a punto de quebrar el latido de la democracia que distingue al cuerpo socialista

Foto: Fotografía de archivo del exsecretario general del PSOE Pedro Sánchez y el líder de Podemos, Pablo Iglesias. (EFE)
Fotografía de archivo del exsecretario general del PSOE Pedro Sánchez y el líder de Podemos, Pablo Iglesias. (EFE)

El mensaje llegó hace poco, como dentro de una botella, intacto a las turbulentas aguas de los días pasados. Y si hizo fortuna no fue por el azar, sino porque contenía el diagnóstico y el antídoto contra el naufragio. “El PSOE se ha podemizado”.

Palabras que angustian la conciencia colectiva de una organización que se sabe en el alambre, todavía.

La operación a corazón abierto salió adelante. Pero la recuperación sigue siendo una incógnita. No se sabe si será completa, aunque está asumido que será larga y compleja.

El cóctel era autodestructivo. Aquella combinación de vacuidad y vanidad, de narcisismo y caudillismo, de populismo y oportunismo, era incompatible con la vida de un partido que nació para otra cosa.

La combinación de vacuidad y vanidad, de narcisismo y caudillismo, de populismo y oportunismo, era incompatible con un partido que nació para otra cosa

Y en la sala de espera de la UVI lo saben. Los más allegados aprenden a vivir el tiempo de una forma espesa. Tratan de acostumbrarse a la sensación de que las próximas semanas serán cruciales y a la omnipresencia de la esperanza, esa fuerza.

Se dicen que si lo más delicado y urgente va bien, quizá pueda pasarse a planta relativamente pronto. Todavía no se atreven a hablar de la rehabilitación. Paso a paso, paciencia.

En los muchos momentos de silencio, retornan al mismo hilo de pensamiento. La idea vuelve, el mensaje se ha hecho inevitable. “El PSOE se ha podemizado”.

Más de uno se enfrenta a sus remordimientos. Se recuerda creyendo que aquellos primeros indicios no podían ser señal de nada bueno, pero también convenciéndose de que lo mejor era no hacer nada. Dejar que corriera el calendario.

Ahora la situación es desgraciadamente distinta. El problema no está en las manchas de la piel sino en los tejidos vitales, en la médula de la organicidad. Es la concepción propia de la democracia lo que está en riesgo.

El problema no está en las manchas de la piel sino en los tejidos vitales, en la médula de la organicidad. Es la concepción de la democracia lo que está en riesgo

Cada cuerpo tiene la suya. Hay partidos que funcionan de arriba hacia abajo y punto, “con una sola voz”, sin más. Uno marca el movimiento de todos.

En otros, no hay órganos entre el líder y las bases. No hay mecanismos de control o de debate. Las decisiones se toman de manera plebiscitaria.

La cultura política de los socialistas es otra. Las decisiones se toman a partir del principio de representación. El flujo sanguíneo sigue los canales de riego dibujados por una concepción muy determinada de la democracia, la misma que define a las democracias occidentales.

Y esa anatomía que viene marcando la vida del PSOE desde sus orígenes, que ha servido para hacer de ese partido la primera fuerza progresista de España y que sigue sirviendo para ser útil al país, está muy lejos de ser irrelevante. Es más esencial que el puño y la rosa, 'La Internacional' y todos los símbolos juntos. Y también más valiosa.

La cultura política de los socialistas es otra. Las decisiones se toman a partir del principio de representación

Lo es porque el modelo organizativo tiene consecuencias ideológicas, porque “dime cómo te organizas y te diré cuál es tu ideología”, y porque si tu cultura organizativa es de tipo plebiscitario, acabarás convirtiéndote en un partido populista y cesarista.

Por eso, el PSOE está como está, podemizado, 'hackeado' en los códigos de su naturaleza, violado genéticamente. Sánchez, con las consultas huecas y el vaciamiento de los órganos democráticos, ha estado a punto de quebrar el latido de la democracia que distingue al cuerpo socialista.

Por eso y por más. Preguntémonos por el 'no es no'. ¿Significa que Rajoy no será presidente o significa que lo será en dos meses y con más fuerza? ¿Es un mensaje duradero, una toma de posición política o estratégica, o es una dosis adulterada con la que enganchar a la militancia satisfaciendo los instintos primarios durante un rato?

Tanto el lenguaje como el pensamiento del PSOE ha sido encarcelado en los barrotes de Twitter. Las ideas fueron sustituidas por el ruido

En sociedades tan conectadas como la nuestra, también puede afirmarse que el modelo de comunicación acaba determinando la ideología. Creo que el debilitamiento ideológico del PSOE no puede comprenderse sin subrayar que tanto el lenguaje como el pensamiento de ese partido ha sido encarcelado en los barrotes de Twitter. Las ideas fueron sustituidas por el ruido, quienes cuentan más seguidores en las redes sociales han sido mucho más escuchados que los que más libros han escrito o han leído.

Es parecido a lo que pasa en Podemos: un pobre intercambio de tuits entre Pablo e Íñigo se revistió de debate ideológico. Acabáramos. También en eso se ha podemizado el PSOE.

Como consecuencia, el discurso socialista ha desembocado en una sucesión inconexa y bastante aburrida de ocurrencias, tan alejado de la observación de la realidad como de una mirada constructiva hacia el futuro.

Cualquiera puede comprender que las viudas de Sánchez vayan llorando por las esquinas tuiteras. Es normal que la resaca de una aventura de verano quepa en 140 caracteres. Lo que cuesta entender es que no se preste más atención al episodio que se está viviendo en la historia grande.

Es tremendo lo que se está viviendo en la historia de amor con una causa, con unos principios y una cultura política única, que siempre compartió el socialismo

Es tremendo lo que se está viviendo en la historia de amor con una causa, con unos principios y una cultura política única, que siempre compartieron los socialistas. Eso es lo que está en la UVI ahora.

En la sala de espera, alguno de los más allegados piensa que la vida no suele dar la posibilidad de elegir el final. Se dice que esta vez la oportunidad está abierta y que no es poca cosa. Existe la vía populista, la negación de la propia naturaleza. Y también la coherente, la reconocible, la del renacimiento. La única que podría permitir la escritura de muchas más páginas: despodemizarse y volver a las esencias. La esperanza, esa fuerza…

Esa fuerza a la que agarrarse cuando uno piensa que aquí al PSOE le pasa lo que a la socialdemocracia en todo el mundo: todo el mundo dice que están en crisis y nadie piensa que han dejado de ser necesarios. No es poca cosa.

El mensaje llegó hace poco, como dentro de una botella, intacto a las turbulentas aguas de los días pasados. Y si hizo fortuna no fue por el azar, sino porque contenía el diagnóstico y el antídoto contra el naufragio. “El PSOE se ha podemizado”.

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