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Pablo Pombo

Crónicas desde el frente viral

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'Impeachment', primera temporada

El escenario continúa abierto y se abrirá más, si después del fracaso en sanidad Trump no consigue el respaldo de su partido en la reforma fiscal

Foto: El presidente de Estados Unidos, Donald Trump. (EFE)
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump. (EFE)

Primera temporada, capítulo 1. Seis de enero. “Los esfuerzos de Rusia para influir en las elecciones norteamericanas de 2016 representan la más reciente expresión del viejo deseo que tiene Moscú de socavar el orden democrático de los Estados Unidos. Sin embargo, en esta ocasión, sus actividades han demostrado un escalada significativa […] Putin y el Gobierno ruso desarrollaron una clara preferencia por Trump”. El informe, ya en manos de la prensa, lleva el membrete de la CIA, el FBI y la NSA.

Faltan 14 días para que el presidente electo jure su cargo en Washington. Los servicios secretos de aquel país acaban de dar, conjuntamente, un paso que no admite retorno. Tienen ante sí el escenario más delicado que han conocido en toda su historia. 'Flashback'.

Principios de diciembre. Bosque del estado de Virginia visto desde el cielo, base militar. Se levanta la barrera de la entrada. Un tipo de mediana edad recorre un pasillo, las coderas en la chaqueta nos hacen pensar en un profesor universitario. Entra en una sala de reuniones, se sienta.

Hace una intervención breve, directa. Rusia dejó de ser el enemigo geoestratégico, pero vuelve a serlo. Su transición hacia el capitalismo no resultó como se deseaba. La convivencia entre los oligarcas económicos y los viejos cuadros del KGB recicló el eterno sueño del imperio ruso. Crimea. Ucrania. Intentos de desestabilizar la Unión Europea. Y, finalmente, el 'hackeo' de las elecciones en Estados Unidos. Pearl Harbour 2.0. El mayor golpe a la soberanía nacional norteamericana desde su entrada en la Segunda Guerra Mundial.

El 'hackeo' de las elecciones en EEUU. Pearl Harbour 2.0. El mayor golpe a la soberanía nacional norteamericana desde su entrada en la IIGM

Bebe agua. Se quita las gafas y prosigue con ellas en la mano, cansado. Caballeros, hemos sido infectados. Es probable que nuestro comandante en jefe sea un infiltrado. Recomiendo restringir toda la información que los servicios envían a la Casa Blanca y un cuidado trabajo de desinformación. La segunda Guerra Fría ha comenzado y hemos perdido la primera batalla.

Empieza a recoger sus papeles. Antes de terminar, escucha su nombre de pila desde el otro lado de la sala. A continuación se oye la voz ligeramente ronca de un hombre a quien no vemos: “No te levantes, por favor, espera”.

Se abre la puerta, entra una mujer entre los 30 y los 40 años. Conecta su ordenador a una gran pantalla. Disminuye la iluminación. Allí van intercalándose las imágenes y los datos, la conexión entre los entornos de Trump y Putin, el complicado sendero financiero. Acaba. Todavía de pie, un poco cegada por la luz del proyector, recibe la pregunta. Pone las manos sobre la mesa y sin bajar la mirada, responde. Vamos a necesitar más tiempo para demostrarlo, vivimos en el siglo XXI, nada deja menos huellas que el dinero.

Cierre de 'flashback'. Mano sobre una Biblia, Trump jura el cargo. Fin.

Foto: Un mural de Donald Trump y Vladimir Putin en Serbia. (Reuters)

Capítulo 2. Marzo. La opinión pública americana ya considera que Rusia 'hackeó' sus elecciones, el proceso de demonización del adversario histórico ya forma parte del clima social.

Por primera vez en la historia, un presidente de los Estados Unidos ataca a sus propios servicios secretos. El conflicto estalla abiertamente y el desmentido de la inteligencia nacional no se hace esperar. Es lo que puede leerse en el titular del periódico doblado que lleva un congresista en sus manos. Recorre el pasillo, se encuentra con sus compañeros republicanos y acuerdan tumbar la propuesta estrella de Trump sobre sanidad.

Foto: La bandera de la CIA es desplegada durante una conferencia sobre seguridad nacional en Washington, el 27 de octubre de 2015 (Reuters)

El presidente está aislado. Han pasado dos meses y las encuestas son severas: 36% de aprobación popular y 57% de desaprobación. Lo nunca visto. Volvemos a la sala de Virginia. Mismos personajes.

Ella comparte sus últimos avances. Todavía no tenemos la pistola humeante que pruebe tajantemente la colaboración activa entre el equipo de Trump y Moscú, la semilla del escándalo que lo precipite todo. Pero hay evidencias que merecen ser tenidas en cuenta. El yerno del presidente ha mantenido reuniones con el embajador ruso y con el director de un banco público de aquel país. Dos de esos contactos con el entorno de Putin, informa, se celebraron en diciembre, en la mismísima Torre Trump de Nueva York. Muestra las fotos.

El hombre de las gafas espera. Y cuando es preguntado por su opinión, aguarda todavía un poco más. Quizás haya llegado el momento de ir a cobrarse esa pieza, dice. Está en su círculo íntimo y dentro de unos días será designado asesor de alto nivel de la Casa Blanca. Es el momento. Su sola entrada en el Comité de Inteligencia del Senado, el solo hecho de tener que responder sobre su relación con Rusia, servirá para que la opinión pública perciba el dibujo con mayor claridad.

La estrategia de ir cerrando poco a poco el círculo funciona. Prosigue. Subir la temperatura ahora allanará el segundo paso. Crear una comisión especial en el Parlamento que investigue la conexión rusa es el próximo hito estratégico. Es la plataforma imprescindible para llegar al gran público.

Si vuelve a quedarse solo, o si tiene que rebajar sus pretensiones hasta quedarse en nada, quedará atado para buena parte de la legislatura

No va a ser fácil seguir acumulando las condiciones para el 'impeachment', y menos por traición. Pero el escenario continúa abierto y se abrirá más, si después del fracaso en sanidad Trump no consigue el respaldo de su partido en la reforma fiscal. Si vuelve a quedarse solo, o si tiene que rebajar sus pretensiones hasta quedarse en nada, quedará atado de pies y manos para buena parte de la legislatura. La clave política está en esa brecha, en impedir la reconciliación. Al fin y al cabo, el 'impeachment' solo pueden activarlo los republicanos.

La voz ronca se hace escuchar, aunque seguimos sin ver a quien habla. Correcto. Adelante a lo del yerno. Y ahora, pasemos al otro teatro de operaciones. Ninguna guerra se gana solamente desde la defensa. ¿Cómo va la ofensiva? Fundido a negro. Títulos de crédito. Basado en hechos probables. Fin del segundo capítulo.

Primera temporada, capítulo 1. Seis de enero. “Los esfuerzos de Rusia para influir en las elecciones norteamericanas de 2016 representan la más reciente expresión del viejo deseo que tiene Moscú de socavar el orden democrático de los Estados Unidos. Sin embargo, en esta ocasión, sus actividades han demostrado un escalada significativa […] Putin y el Gobierno ruso desarrollaron una clara preferencia por Trump”. El informe, ya en manos de la prensa, lleva el membrete de la CIA, el FBI y la NSA.

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