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Magia y conejos en la chistera
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Leopoldo Abadía

Desde San Quirico

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Magia y conejos en la chistera

Hace unas semanas nos organizaron un fin de semana fenomenal de descanso y conferencia en Tenerife. Parece difícil pensar que existan fines de semana de descanso

Hace unas semanas nos organizaron un fin de semana fenomenal de descanso y conferencia en Tenerife. Parece difícil pensar que existan fines de semana de descanso y conferencia y que sean fenomenales. Pero sí, existen.

 

Como fui con mi mujer, el plan era verdaderamente atractivo. Nos prepararon un programa de actos durante dos días – incluida visita al Teide nocturna para contemplar estrellas y cenar en el Parador que hay allí – con muchas horas para hacer la siesta, que es lo que me apetece hacer los fines de semana. Y añadieron un “extraordinario final” tras la cena de gala.

Eso del extraordinario final siempre crea curiosidad. Te esperas unos fuegos de artificio y una conexión con alguna estación espacial de la NASA, por aquello de que lo extraordinario suele ser sofisticado. Y reconozco que, en cuanto desvelaron la sorpresa, ésta superó cualquier expectativa: anunciaron un show privado del gran mago Juan Tamariz. Ya se ve lo simplón que soy.

Fue un momento muy feliz porque en mi casa siempre hemos jugado a eso de “a quién invitaríamos a cenar a casa” y Tamariz alterna el primer puesto – según el día - con Raphael. No sé muy bien cuál es el criterio que siguen mis hijos para decidir quién es merecedor de un plato caliente en nuestra mesa. Por la cantidad de gente excelente que ha pasado por ella – la mayoría anónimos y no mediáticos – los criterios son de una exigencia sublime.

El caso, y volviendo al tema, es que, tras realizar su gran show sobre el escenario, Tamariz se acercó a nuestra mesa para realizar unos juegos de cartas frente a nuestras narices y a escasos palmos de nuestro ojos. Impresionante. Cómo mantener la atención, la ilusión, la vigilancia de todos… y hacer magia.

Y me acordé de algo que comenté ya en otro artículo para El Confidencial respecto a la famosa caricatura realizada por López-Aguilar en el Congreso de los Diputados, en el día del Debate sobre el Estado de la Nación. Una caricatura en la que el presidente Zapatero sacaba innumerables conejos de una chistera, con el fin de provocar aquello que hace que la oposición siga oponiéndose (y no opositando, que es lo que debe hacer) y el presidente salga, una vez más, airoso, ovacionado por su grupo y haciendo mutis por el foro con cara de “Muchachos, otra vez lo conseguí”

Y pensé que si las cosas son así, esta política no vale. Que no puede ser que nos dediquemos a tener unos representantes que sólo intentan salvar su puesto para golpear más fuerte que el de enfrente.  Esos que van haciendo magia barata para seguir en sus cargos o para aspirar a ellos. Obviando el servicio al país y olvidándose de trabajar.

Me han contado - no sé si es exacto - que Juan Tamariz pasa cerca de un año perfeccionando un solo truco de magia. Un año de trabajo para un pequeño truco que, además de hacernos reír, nos deja boquiabiertos. Un año de trabajo para cumplir un objetivo concreto: entretener e ilusionarnos, implicarnos en un juego y dejarnos boquiabiertos una y otra vez. Trabajar para ilusionar.

Dos tipos de magia muy distinta. La magia excelente de Tamariz, surgida de su eterna chistera y al ritmo de su “tan-ta-ta-chaaan” y arrancando el aplauso de todo el mundo. Y otro tipo de magia, de chistera de segunda mano, de “tan-char-la-taaan” que arranca el aplauso de los propios y los insultos de los ajenos.  Y es curioso porque si analizas cada uno de los grupos políticos, uno observa que se repite este mismo efecto en todos y cada uno de ellos. Y uno se pregunta que cuál es el objetivo de estos señores.

Llegado a este punto, me parece una osadía representar una sesión tan importante del Congreso – todas los son – con un dibujo sobre magos y chisteras. Y, discurriendo, llego a estas cuestiones:

- No sé a qué están jugando. Pero están jugando.

- Se distraen mutuamente y eso no es bueno para nadie.

- Pierden un tiempo enorme en intentar demostrar quién tiene más chanchullos.

- Hacen verdaderos esfuerzos, a base de trajecitos, avioncitos y pildoritas, por levantar la cortina de humo más alta

- Demuestran, día tras día, que no son conscientes de la situación

- Creo que hasta el más iletrado puede ver que nuestra clase política dejó de preocuparse por el país hace tiempo y convirtieron cada legislatura en una continua campaña electoral. Ahora tienen la excusa de las elecciones europeas pero, ¿y luego?

Para entretenernos con vodeviles de este estilo prefiero ver y asombrarme con gente como Juan Tamariz, que de vodevilero tiene poco y de trabajador lo tiene todo. Y a él, sólo a él, como ciudadano y espectador que soy, sí que le pido que saque conejos de la chistera una y otra vez.

Y si un día, a Tamariz le da por empezar a sacar leyes por arte de magia, algunos creerán que le podrán decir “Mago! A tus magias!”. O lo que es lo mismo: “Zapatero! A tus zapatos!”

Hace unas semanas nos organizaron un fin de semana fenomenal de descanso y conferencia en Tenerife. Parece difícil pensar que existan fines de semana de descanso y conferencia y que sean fenomenales. Pero sí, existen.