Es noticia
Tú, a financiar
  1. España
  2. Desde San Quirico
Leopoldo Abadía

Desde San Quirico

Por

Tú, a financiar

Cada vez se ven más claras las cosas. Parece que en este país no ha pasado nada en los últimos 20 años y, de repente, el

Cada vez se ven más claras las cosas. Parece que en este país no ha pasado nada en los últimos 20 años y, de repente, el futuro ya ha llegado: tenemos financiación autonómica. Se ha convertido en el tema de moda, aquello por lo que todos discuten, aplauden, se quejan, opinan, barruntan, rumorean, (des) califican, valoran y elevan a categoría de arte financiero.

Con los tiempos que corren, no me extraña que ocurra eso. Estamos en un momento en el que todo lo que sea hablar de dinero provoca una aún más inusitada atención global, entiendo global a que lo que parece afectar a los extremeños les afecta a los cántabros, a los catalanes y a los ceutís. Todos dispuestos a opinar en un sentido u otro sobre la financiación. Y con la boina puesta por si acaso.

Pero es que ha surgido un problema. Hasta la fecha – llevamos sólo 7 días “financiados autonómicamente” - nadie – y cuando digo nadie quiero decir eso: nadie – sabe exactamente qué significa Financiación Autonómica. Y cuando hablo de nadie, no sólo me refiero a los ciudadanos de a pie que no entendemos ni jota, sino que da la sensación de que los “actores” (siempre me ha interesado la acepción de esta palabra en casos como este) que han intervenido en la elaboración de este magnífico proyecto no tienen ni idea de lo que hablan.

Nos sueltan frases como “es una plan básico de solidaridad” Catalunya acepta la financiación para España” “los descontentos se abstienen pero no comparten” etc. Y nadie sabe de qué va el tema, si “estos” significa que nosotros – el pueblo – seremos más ricos o seremos más pobres, o seremos mejores que otros o estaremos situados en un escalón menor en la escala de regiones, o de adónde nos lleva esa escala o si tendremos que pagar o menos. Y creo que, si ese es el resultado, el problema es mucho mayor.

Nos guiamos por las reglas de un sistema basado en saber quién es mejor que el de al lado para hacer méritos frente a “Papá Gobierno”. Y si somos buenos, vendrá el ratoncito Pérez y nos dejará una monedita bajo la almohada. La idea no es mala si las cosas fueran así. Pero de sobras sabemos que no es así:

- Por imperativo autonómico, el que da mas, tiene que recibir mas.

- Y el que reciba más deberá apoyar al Gobierno central en el Congreso.

- Y si apoya al Gobierno central en el Congreso, recibirá más.

- Y por tradición sistémica el que dé menos, recibirá menos.

- Y si da menos, menos se le oirá.

- Y dará lo mismo las dimensiones, las riquezas, la igualdad de todos: será un mero ajuste de cuentas

- La justicia no va por esos derroteros: no es dar a cada uno lo que se merced sino tratar a cada uno de forma distinta.

En una de mis aventuras televisivas con Buenafuente, nos pusimos a explicar la financiación autonómica haciendo un símil de las 17 regiones con mis 12 hijos (sólo tengo 12 así que no era un ejemplo perfecto). Llegamos a la conclusión de que de la misma forma que no se puede aplicara aquello de “café para todos” hay que tener presente que “de donde no hay no se puede sacar“. Y, al leer que con la nueva financiación, por primera vez en la historia de la democracia española, España se tendrá que endeudar para poder hacer frente a ello, me di cuenta que lo que este Gobierno ha hecho es dar el café que no tenemos a diestro y siniestro, sin precisión alguna y anunciarlo a bombo y platillo.

Ya no sé ni por qué se hace así. Si porque quien gobierna quiere perpetuarse… o si lo que quiere es desmontar lo que hay para montar un chiringuito a medida. El caso es que - y esto no se puede decir muy alto - quizá el modelo autonómico actual realmente esté ya desfasado y sea el momento de revisar todas las bases y, de una vez por todas, basarse en criterios reales y no en compraventa de votos y apoyos que es lo que, en definitiva, se ha convertido este circo.

Me da la sensación, cada vez que reviso el tema, que el abismo entre lo que los políticos dicen y hacen y lo que la sociedad quiere y demanda es cada vez mayor. Y no solo eso: la gente, nosotros, estamos luchando como jabatos para sacar este partido de futbol adelante. Y los que gobiernan y opositan parece estar jugando, simplemente, a badminton. El que no se entera es porque no quiere. Y mejor salir con cara de triunfadores, sonreír indefinidamente, soltar frases totalmente inconexas y asegurar los votos de la mejor manear. Y mientras unos dicen “A ver tú, a capear el temporal” otros dicen “A ver tú, a financiar. Que algo caerá”

Cada vez se ven más claras las cosas. Parece que en este país no ha pasado nada en los últimos 20 años y, de repente, el futuro ya ha llegado: tenemos financiación autonómica. Se ha convertido en el tema de moda, aquello por lo que todos discuten, aplauden, se quejan, opinan, barruntan, rumorean, (des) califican, valoran y elevan a categoría de arte financiero.