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Self-brainstorming
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Leopoldo Abadía

Desde San Quirico

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Self-brainstorming

A mí, lo del brainstorming nunca me gusto. Me parecía una perdida de tiempo eso de reunirse alrededor de una mesa y decir lo que se

A mí, lo del brainstorming nunca me gusto. Me parecía una perdida de tiempo eso de reunirse alrededor de una mesa y decir lo que se te ocurriera.

Pero como estos días tengo mucho tiempo libre, se me ocurrió hacer brainstorming solo. O sea,  que el storm, o sea, la tormenta, iba a venir de un solo brain, el mío.

Lo primero que hice fue poner nombre al invento, por si tengo que registrarlo. Y le puse el self delante y me quedo un nombre que, si hay suerte, lo pongo de moda y pronto lo empiezan a utilizar esos señores que hablan tan serios.

Lo segundo fue establecer las reglas del juego. En realidad, solo me salió una:

Que podría escribir lo que me diera la gana y que si decía tonterías, allá yo. O sea, libertad absoluta. Siempre he pensado que la libertad, si no va acompañada de responsabilidad, ni es libertad ni es nada. Bueno, si que es algo: un cuento. Pero esta vez me salte la norma y decidí ir a la libertad sin responsabilidad. Lo que algunos llamarían libertinaje.

Cuando el pobre Zapatero vivía en la Moncloa, me metía frecuentemente con él. Le llamaba ex Presidente en funciones y decía que Rubalcaba era el autentico Presidente...Ganas de molestar.

Ahora que Zapatero toma café con Aznar y discursea con Cañizares en busca de una nueva identidad que no acaba de encontrar, pero que si sigue insistiendo igual encuentra, aunque lo dudo, necesito alguien con quien meterme. Lo encontré en seguida. Incluso, durante una época, lo simultanee con Zapatero. Todos habréis adivinado de quien estoy hablando: de las entidades financieras, cuyos motivos para hacer daño al prójimo no quiero juzgar, pero que lo hacen, seguro. Y, además, el daño que hizo Zapatero fue un daño "de pueblo", porque el era de pueblo, y no me refiero a la ciudad de León, que es toda una ciudad, sino a que este mozo es de pueblo "por dentro" y eso no se va con los años.

O sea, parto de la base de que si arreglamos el problema de las entidades financieras esta arreglado todo. Bueno, todo no, porque en España hay que arreglar otra cosa, pero de esa otra cosa hoy no quiero hablar, porque me distraigo.

En pleno SBS, siglas que puse a mi invento, escribí lo siguiente:

1. Como los bancos se guardan las perricas y no sueltan un clavo, igual habría que pensar en hacer un banco publico entre todos. O sea, entre los 47 millones de españoles. Que cada uno pusiera lo que quisiera, naturalmente sacándolo de los bancos donde lo tenemos ahora.

2. Al sacar el dinero de los bancos, alguno se hundiría. Pues que pena. Ni rescate ni nada. Como decía una tata aragonesa que vivió con nosotros mas de 70 años, "que sea lo que Dios quiera: a matar a la mujer vamos". (Frase que nunca supe que quería decir, pero que me parece muy contundente.)

3. Luego, buscaríamos una persona que supiera mucho de banca y que fuera muy muy muy honrada. Y cuyo historial fuese muy muy muy inmaculado. Y que no hubiera trabajado en ninguna de esas entidades financieras cuyos nombres todos tenemos en la punta de la lengua.

4. A esta persona no le pondríamos ningún sueldo. Le permitiríamos que contratase gente buena en todos los sentidos, que les pusiese unos sueldos decentes, y punto. Porque el encargo seria muy importante: hacer un banco del que nos pudiéramos fiar y no un banco dirigido por señores que, cuando en un alarde de responsabilidad social se rebajan el sueldo, el sueldo que queda levanta ampollas entre la ciudadanía.

PD I

1. He puesto arriba que el Presidente del banco publico debe ser muy muy muy honrado. Por falta de espacio no he añadido tres o cuatro "muys". Porque, Dios mío, con la gentuza que se ve suelta por ahí, lo del "muy" no hay que darlo por supuesto.

2. El principio de subsidiariedad dice que lo que puede hacer una persona no lo haga una familia; que lo que pueda hacer una familia no lo haga la comunidad de vecinos; y así sucesivamente hasta llegar a un punto en el que lo que no pueda hacer yo (por ejemplo, mandar tropas a Afganistán) lo haga el Estado.

3. Siempre me ha apasionado el principio de subsidiariedad. O sea, prefiero un banco privado que un banco publico. Lo que pasa es que, cuando veo el comportamiento de muchos personajillos, me desmoralizo. Pero, fiel a mis convicciones, se me ocurre un banco que no es publico. Es privado, porque será mío y de otros ignorantes como yo. Ignorantes que, sin embargo, distinguimos lo que esta bien de lo que esta mal, aunque la falta absoluta de honestidad de algunos pajarracos se disfrace con palabras ininteligibles.

PD II (Muy importante)

La semana pasada dije que estaba muy blando. Lo sigo estando. Mi mujer va avanzando en la Clínica Universidad de Navarra, gracias a unos cuidados exquisitamente competentes y cariñosos, y, fundamentalmente, gracias a que muchos de vosotros estáis rezando por ella.

¡Muchísimas gracias por todo!

A mí, lo del brainstorming nunca me gusto. Me parecía una perdida de tiempo eso de reunirse alrededor de una mesa y decir lo que se te ocurriera.