Es noticia
Como si fuéramos unos señores
  1. España
  2. Desde San Quirico
Leopoldo Abadía

Desde San Quirico

Por

Como si fuéramos unos señores

Pasan muchas cosas. Con esto de Internet, me entero de todo cuando sucede, después de que suceda y, con frecuencia, mucho antes de que suceda.

Pasan muchas cosas. Con esto de Internet, me entero de todo cuando sucede, después de que suceda y, con frecuencia, mucho antes de que suceda.

Hay cosas que me gustan y otras que no me gustan. Y supongo que a los demás les pasa lo mismo. Y también supongo que, cuando digo cosas o las escribo, algunos piensan que nunca han oído sabiduría semejante, y otros, que, para escuchar o leer bobadas, mejor quedarse en casa o no leerme.

A mí, esto de la libertad me gusta mucho. Sobre todo, me gusta cuando no molestas personalmente a los demás. Por eso me divertía mucho la ex Presidenta de la Comunidad de Madrid  y actual empleada de Turespaña, Esperanza Aguirre, que decía lo que a mí me parecían verdades como puños con su sonrisa de chulapona madrileña.

Me gusta mucho la libertad y me gusta mucho lo de no molestar. No me gusta lo que contribuya a fastidiar al prójimo.

Cuando escribo este artículo, están reunidos Rajoy y Mas. Me gusta que hablen, que se fumen un puro, que se tomen un whisky y que uno (el que sea) le diga al otro:  "¿Qué hacemos para salir de esta queriéndonos mucho y sin perder mucho prestigio?"

Porque pienso que a España y a esa parte de España que es Cataluña (hoy es así, mañana Dios dirá), les interesa mucho quererse, aunque solo sea por la vecindad y porque, te guste o no te guste,  hemos hecho muchas cosas juntos durante muchos años.

No me hacen ninguna gracia los titulares de La Vanguardia, no por los titulares en sí, porque cada periódico pone lo que le parece que va a vender más, sino por el "tonillo": 

"Mas lleva a la Moncloa la demanda del Parlament de un pacto fiscal". 

"Rajoy avanza en el Congreso su rechazo al concierto económico de Cataluña".

"El desacuerdo abre la vía a la probable convocatoria de elecciones"

Es decir, uno quiere una cosa y dice en las páginas interiores que no se moverá. El otro dice en la portada que él, tampoco. Y, además, ya sabemos lo que haremos cuando no lleguemos a un acuerdo.

Y, para estropear más las cosas, La Razón dice que "Artur Mas acude a La Moncloa con aires de ruptura".

Pero, ¿tan difícil es hablar sin mentarle la madre al otro? ¿O es que los dos quieren emular a la chulapona madrileña de la que he hablado antes, sin darse cuenta de que no pueden, porque uno es de Pontevedra y el otro de Barcelona y no tienen la gracia que tiene ella?

Oigo cosas que no acabo de entender. Supongo que es por mi culpa, pero he hablado con otras personas y tampoco lo entienden. Supongo que es por su culpa.

Por ejemplo, quiero que me digan qué es el pacto fiscal, porque no sé si todos los que hablan de pacto fiscal hablan de lo mismo, incluidos los empresarios que almorzaron con Artur Mas en Via Veneto.

(Quizá pacto fiscal es el sistema que tienen en el País Vasco y en Navarra,  pero me gustaría que me lo dijesen claro.)

Otra cosa en la que me armo lío es lo de la balanza fiscal. Creo que es la diferencia entre lo que Cataluña paga y lo que recibe. Supongo que, en el fondo, y simplificando mucho, los que vivimos en Cataluña pensamos que el dinero se lo queda Madrid, o, peor aún, se lo manda a los andaluces. Que, según Durán i Lleida, "se pasan el día en el bar" con nuestro dinero.

O sea, algo parecido a lo que le pasa a la señora Mekel con los españoles.

Y pienso que no sería muy difícil que Montoro y Mas-Colell se reunieran, hicieran unas cuentas sencillas y nos dijeran  lo que se le debe a Cataluña. Con  la cantidad concreta encima de la mesa, podríamos saber la dimensión del problema en euros. El problema es que no hay dinero, pero eso lo entendería muy bien Mas, porque lo dijo hace muy poco. Cuando no hay dinero, pero hay buena voluntad por las dos partes, al final se llega a un acuerdo en plazos e intereses.

Una tercera cosa que no he hecho, pero que voy a hacer, porque es una vergüenza: leer la constitución.

De verdad, ¡no la he leído!

Sé que fue un trabajo importante, en el que todos cedieron un poco, aunque a algunos seguro que les costó. 

Pero no me la he leído. Y oigo hablar del artículo 155, que parece que habla de la posibilidad de intervenir una autonomía y oigo a un militar que habla de la unidad de España, y no sé si lo que firmaron los padres de la constitución, entre los que había dos catalanes, uno de los cuales vive y sigue teniendo la cabeza clarísima, era eso o era otra cosa.

O sea, que me la voy a leer, porque si hay que cambiarla porque se ha quedado obsoleta, quiero saber por qué, cómo y cuándo. Y preferiría modificarla con un procedimiento " normal" y no esperar a que venga la señora Merkel y tengamos que cambiarla aprisa y corriendo.

O sea, por favor, basta de chuladicas y vamos a hacer las cosas como si fuéramos unos señores.

Que lo fuimos, no hace muchos años. Yo, aún me acuerdo.

P.S.

Al acabar este artículo leo en El País el resumen de la reunión de Rajoy y Mas en la Moncloa. Tenía razón La Vanguardia. Nada.

Pues mantengo el artículo, sin quitarle ni una coma.

Pasan muchas cosas. Con esto de Internet, me entero de todo cuando sucede, después de que suceda y, con frecuencia, mucho antes de que suceda.