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Leopoldo Abadía

Desde San Quirico

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Los Príncipes de Asturias van al Liceo y los abuchean. Esto sucede en Barcelona, "archivo de la cortesía", según D. Quijote. En el Liceo, que

Los Príncipes de Asturias van al Liceo y los abuchean.

Esto sucede en Barcelona, "archivo de la cortesía", según D. Quijote. En el Liceo, que es -¿era?- un sitio culto, delicado, elegante.

Siguen las finuras: en 2014, para celebrar el día en que los partidarios de Felipe V ganaron a los del Archiduque de Austria, se organizan actos. Uno de ellos tiene el título 'España contra Cataluña: una mirada histórica (1714-2014.)' El archivo de la cortesía seguirá deteriorándose.

La cosa empeora: en Madrid, los que algunos califican como “los mejores alumnos”, o sea, los que han obtenido el Premio Nacional de Fin de Carrera, toman carrerilla y, en un gesto de grosería, le arrancan el diploma de la mano al ministro Wert y se van corriendo sin saludarle, para que se vea que no están de acuerdo con él.

Vuelvo a Barcelona. Llego a tiempo para la presentación de Neymar en el Nou Camp. Mucha gente. Todos felices. Es un chavalico. También está muy contento. Coge el balón y le da 70 toques antes de dejarlo caer al suelo. Si no hubiera anochecido, aún seguiría, y, además, sonriendo, sin darle importancia. A mí eso me admira, porque un día, en el Colegio del Salvador, en Zaragoza, le di tres toques a un balón antes de que se me cayera al suelo, y acabé agotado.

Este chico ha venido de Brasil con sus amigos, su guardaespaldas y su novia actual en un avión privado y se ha vuelto al día siguiente. No ha traído a su hijo porque se ha quedado con su madre, otra novia que tuvo antes el mozo, que, en esto de las novias, es un ejemplo de precocidad.

Me voy a Girona. El Príncipe de Asturias, allí. En algún periódico leí cuánto cobra, pero se me ha olvidado. Recuerdo que me pareció poco. Se lo gana. Porque, con toda esta cuadrilla de zafios que se han soltado de repente por España, cuando se levanta por la mañana, debe pensar: “¿Adónde tengo que ir hoy? ¿Me abuchearán o alguno me dará la mano sonriente, como antes marcaba la buena educación?”.

También le silban. El alcalde pronuncia un discurso de los que llaman 'soberanista', pero parece, por lo que leo, que lo hace con una cierta corrección, lo cual, en los tiempos que corren, es de agradecer.

Alguna vez me han preguntado qué persona ha influido más en mi vida. Pregunta muy difícil, porque soy incapaz de decir que gracias a D. XX soy lo que soy. Yo siempre he creído que somos lo que somos gracias a nosotros y gracias a mucha gente que, a nuestro alrededor, nos ha ayudado con su manera de ser y su modo de vivir, frecuentemente sin conocernos ni enterarse de que nos estaba ayudando.

Estás agradecido a tu padre porque, con su vida, te enseñó a trabajar mucho y muy bien. Y a tu madre porque, también con su vida, te enseñó a querer. Y a un profesor del colegio para el que los alumnos eran lo principal de su vida y se quedaba trabajando horas y horas, sin mirar el reloj ni leer el convenio colectivo de Enseñanza Pública. Y a aquel actor de Hollywood de los años 40 que, cuando le preguntaron por qué tenía tan buena fama en su vida privada, contestó: “Porque mis pecados sólo se los cuento a mi confesor”.

Busco modelos para mis nietos. Mi primera impresión es que el 'mercado de modelos' está difícil.

Pero luego me doy cuenta de que hay que saber dónde buscarlos, y me voy por la calle Mandri, esa calle que en un libro llamé 'Capitalism Street', porque está llena de capitalistas: el relojero, los del bar donde desayuno, el zapatero, la ferretería, la pescadería… Personas que se han jugado su capital. Que lo defienden trabajando de sol a sol e intentando trabajar muy bien.

Ya he encontrado modelos. Ahí están. En la calle Mandri. A partir de ahora, le llamaré 'Model Street'. Ahora sólo me falta hablar con mis nietos y decirles que ahí están los modelos.

Y que el grosero del Liceo que ha silbado al Príncipe es un ceporro.

Y que el que pretende sembrar el odio entre Cataluña y el resto de España es un impresentable, aunque presuma de historiador.

Y que Neymar es un chavalico majo que, por ahora, no es un modelo para la juventud. Y que si mis nietos piensan que triunfar en la vida es venir en avión privado con sus amiguetes y la novia y dejar al hijo en Brasil con la exnovia-madre del niño, alguien les tiene que decir que eso no es triunfar. Y por si acaso no se lo dice nadie, se lo diré yo. Yo, que estoy deseando que venga Neymar, que ayude a que Messi sea el mejor jugador del mundo, que diga bona tarda a tothom”, y, sobre todo, que meta goles, a ver si así se me olvida el disgusto que tengo con el Zaragoza, que no sólo ha bajado a segunda división, sino que lo ha hecho con estrépito.

Y a mis nietos les diré también que, si un día son los mejores estudiantes de España, que, por el camino que van, dudo que lo sean, cuando vaya a darles el diploma el que sea, Wert, el que le suceda o incluso Zapatero, que el pobre nunca ha sido santo de mi devoción, le tendrán que saludar con respeto y no pegarse la chulada de salir corriendo y presumir de macho (ellas también), porque le han hecho un corte de mangas simbólico a ese señor.

Modelos, por favor, modelos, en el sentido de “punto de referencia para imitar”. Y nosotros, los mayores, que nos creemos que no necesitamos esos modelos, por lo menos, no molestar. No vaya a ser que algún chaval quiera ser como yo cuando sea mayor y yo sea un auténtico desalmado.

Los Príncipes de Asturias van al Liceo y los abuchean.