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Rompiendo papeles
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Leopoldo Abadía

Desde San Quirico

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Rompiendo papeles

Estoy intentando poner orden en mis papeles. Tengo muchas carpetas -cientos- de todo lo que he hecho en mi vida: clases, consultas en empresas...

Estoy intentando poner orden en mis papeles. Tengo muchas carpetas -cientos- de todo lo que he hecho en mi vida: clases, consultas en empresas...

Como no me caben en casa, he alquilado un trastero. El peligro del trastero es que se te olvida lo que tienes allí. De vez en cuando, traigo cosas a casa y las paso por la trituradora. Al principio, repasaba papel por papel antes de destruirlo. Pero me daba pena y no rompía ninguno. Ahora me he ido al otro lado y rompo todo. Total, cuando yo me muera, nadie va a leer la cantidad de papel que utilicé en mi vida.

El otro día encontré una carpeta con el título "Estructuras en acción". Y recordé que a este tema le dediqué muchas horas y tuve un curso en el Máster del IESE, con muchas clases. Y llegué a saber algo de cómo se reparte el trabajo en una empresa a las personas que trabajan allí, de que eso se suele hacer en función de lo que quieres conseguir -la "estrategia", la llamaba yo entonces-, de cómo se podía animar a las personas para que centraran sus esfuerzos en la dirección de la estrategia, de cómo se les podía ayudar en su formación, de su remuneración... De todas esas cosas.

Miré la carpeta con atención y un poco de nostalgia, porque cuando uno le echa muchas horas a algo, acaba cogiéndole cariño. Ya sé que coger cariño a "Estructuras en acción" puede sorprender a muchos, pero yo soy así.

Y la hojeé, y encontré unos apuntes sobre descentralización-centralización. Y como ahora estamos en plena discusión de "tú me quieres centralizar, yo te quiero racionalizar", los leí y empecé a recordar cosas.

Recordé que a mí siempre me gustó la descentralización, en primer lugar, porque varias cabezas pensantes tienen más ideas que una sola. En segundo lugar, porque, al estar más cerca de lo que pasa, el descentralizado se lo sabe mejor.

Recordé que la descentralización funcionaba muy bien cuando el estilo -yo, que entonces era un poco resabidillo, porque era muy joven, le llamaba "la filosofía"- era el mismo, y eso enriquecía a la empresa, porque las cabezas pensantes pensaban, y lo que es mejor, actuaban, de cara a conseguir la estrategia.

Recordé más cosas, como la empresa de mi amigo Alberto, en la que las unidades descentralizadas tenían autonomía para endeudarse, contribuyendo al fondo común.

Y recordé, y ya basta de recuerdos, que una organización así era muy fuerte.

Y comparé con mi España, en la que las unidades descentralizadas van cada una por su lado y hacen que mi Patria sea extremadamente débil y que nos tengamos que gastar dinero para hablar de la "Marca España", organizando eventos con cocineros sensacionales, 'bailaores' de flamenco increíbles y viajes y más viajes de señores importantes que van diciendo por ahí lo guapos que somos, en vez de decir lo serios que somos.

Y en este ir por su cuenta, cada una de las unidades descentralizadas, llamadas comunidades autónomas, inventan argumentos, inventan la historia -véase, a título de ejemplo, las páginas 125 a 128 de la novela Victus, de Albert Sánchez Piñol-, inventan héroes que, en el momento de la batalla decisiva, se escaparon cobardemente, y cosas así.

Y, al final, esta gente quiere dinero. Y son capaces de inventar la historia mundial y, si hace falta, la geografía mundial, como excusa para pedir más perras.

Yo pensaba que las casualidades no existían. Pero existen. Cuando estoy escribiendo este artículo, me entra un correo. Sé quién me lo manda -un amigo al que quiero mucho- pero no sé quién es el autor. Quiere la independencia de Cataluña y sólo da argumentos económicos. El que me lo manda dice que los datos pueden ser verdad o no, pero que hacen reflexionar. En confianza, yo, cuando no sé si un dato es cierto o no, no reflexiono sobre él, porque bastante tengo con reflexionar sobre los datos ciertos.

Para rematar, en el último párrafo dice que, para Cataluña, España es un mal negocio a nivel cultural, pero, sobre todo, a nivel económico.

Al llegar a esta conclusión, pierdo el cariño hacia mi carpeta de "Estructuras en acción" y rompo los papeles, porque en mis apuntes no decía que todo era cuestión de perras.

Estoy intentando poner orden en mis papeles. Tengo muchas carpetas -cientos- de todo lo que he hecho en mi vida: clases, consultas en empresas...