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Leopoldo Abadía

Desde San Quirico

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Bestialidad

Se acumulan las noticias. Alguna, terrible. El asesinato de la presidenta de la Diputación de León, un mazazo para todo lo que represente respeto a la

Se acumulan las noticias. Alguna, terrible. El asesinato de la presidenta de la Diputación de León, un mazazo para todo lo que represente respeto a la vida, respeto a convivir como personas y no como bestias... Los tuits insultantes, despreciables. Inimaginables en personas normales.

No hace mucho, me encontré con un taxista. Como hablando consigo mismo, me dice que él y su mujer procuran educar bien a su hijo de 9 años y me pregunta en qué momento se estropean los hijos.

No sé si he puesto este ejemplo en algún otro artículo. Pero sí que es una pregunta que me planteo muchas veces. ¿Qué les ha ocurrido a las asesinas de León para pasar de ser señoras normales a asesinas, con tiro de gracia incluido? ¿Qué les ha pasado a los tuiteros para transmutarse de personas normales a groseros bestializados?

Algo les ha pasado. Con mi vieja manía de que todo lo que hago es responsabilidad mía, no digo que el entorno es el culpable o que la sociedad está podrida. Ni me quejo: ¿a dónde vamos a llegar? Porque la responsabilidad de lo que le pasa a cada uno es suya y sólo suya. Y de lo que me pasa a mí, mía y sólo mía. Pero hay algo en la sociedad, algo malvado, demoníaco, que no me da la gana de aceptar.

Leo que en Harvard unos descerebrados -soy incapaz de llamarles de otra manera- hacen una misa satánica, en burla y desprecio de la otra, de la de verdad. El presidente de Harvard, que a la misma hora va a ir a una celebración eucarística de desagravio, dice que no puede prohibir la cosa esa por respeto a la libertad de expresión.

Cuando un futbolista se mete con la señora madre del árbitro, este le expulsa y lo hace constar en el acta. El Comité de Competición no mira con benevolencia al jugador, pensando que ha dicho lo que ha dicho en nombre de su libertad de expresión. Lo ha dicho porque es un ceneque y le caen dos partidos.

Sembrar odio es algo muy grave, y se está sembrando. Matar a una persona es algo horroroso. Animar a los asesinos a base de tuits no es libertad de expresión, es libertad de rebuzno, con perdón de los burros, que siempre me han parecido animales dignos de copiar, por su serenidad, su trabajo constante, sus orejeras para dar vueltas a la noria sin ver los frutos de su trabajo...

España está colocando bien y con facilidad la deuda pública. Los inversores se fían más de nosotros y nos prestan dinero para que paguemos los vencimientos de la deuda antigua a su debido tiempo (no reducimos ni un céntimo la deuda, sino que la refinanciamos, o sea, damos una patada al balón y lo echamos más lejos, que bastantes preocupaciones tenemos hoy como para pensar en pagar lo que nos han prestado).

No hago más que repetir que falta formación. En lo económico, más o menos vamos entendiendo lo que pasa (digo "más o menos"). En lo otro, en lo de ser personas decentes, nos falta y nos cuesta más.

Es más fácil estudiar algo que ser algo. Estudiando, se aprenden cosas. Para ser buenas personas, el esfuerzo debe ser muchísimo mayor. En algunas ocasiones da la impresión de que algunos han llegado tarde. Y de que, en el camino, algo les ha pasado que les ha dejado moralmente lisiados para toda su vida.

Mí amigo el taxista estaba vigilante, cariñosamente vigilante, por si en los hijos aparecían los primeros síntomas de salvajismo. Porque sí esos brotes se aplastan cuando todavía no han arraigado, no pasa nada. Si se dejan crecer, cuesta más esfuerzo; si se llega a la bestialidad, física o tuitera, cuesta màs.

Pero siempre se puede salir adelante. Hasta el asesino, que se pasará unos años en la cárcel y saldrá y se irá a vivir a su casa, ante las protestas de los vecinos, que tendrán que aguantar la vecindad. Pero esa persona puede salir cambiada. Difícil, pero puede ser.

Lo que pasa es que para cambiar, tengo que parar un momento, reconocer que soy un bestia, decidir que no lo quiero ser y, en consecuencia, ver qué tengo que hacer y a quién me tengo que agarrar para, poco a poco, llegar a ser una persona medio normal.

¡Otro trabajo apasionante!

Se acumulan las noticias. Alguna, terrible. El asesinato de la presidenta de la Diputación de León, un mazazo para todo lo que represente respeto a la vida, respeto a convivir como personas y no como bestias... Los tuits insultantes, despreciables. Inimaginables en personas normales.

Responsabilidad Deuda León