Es noticia
El Cielo, el infierno, Escocia y Spanair
  1. España
  2. Desde San Quirico
Leopoldo Abadía

Desde San Quirico

Por

El Cielo, el infierno, Escocia y Spanair

Como, mientras escribo, están empezando a votar en Escocia, no digo nada del resultado. Saldrá que NO, pero ya lo comentaré otro día. Van muchos españoles

Foto:

Como, mientras escribo, están empezando a votar en Escocia, no digo nada del resultado. Saldrá que NO, pero ya lo comentaré otro día. Van muchos españoles allí, a verlo de cerca. No sé qué van a ver, pero si les apetece, que vayan. (No me refiero a los periodistas, por supuesto. Esos debenir.)

Cuando no hablan de Escocia, otros hablan de la Iglesia católica. Por cierto, el Papa ha dicho hace muy pocos días que“hoy en día hay más testigos, más mártires en la Iglesia que en los primeros siglos”.Escalofriante. Y nosotros, tan tranquilos.

Hay quien habla de la Iglesia, dando consejos y calificando de“mamotreto”un libro escrito por unos cardenales cuyo contenido no coincide con lo que piensa un periodista en la página 2 del ejemplar del diario que acabo de leer. Unas páginas más adelante, otro periodista habla dela calle del Infierno,que era un asco, y que tenía un nombre muy adecuado, por la pinta de la callecita, según aparece en la foto que acompaña el artículo. (Me imagino hacer intercambio de tarjetas al comienzo de una reunión y que en la tuya, debajo de“Asesor financiero”, ponga “Infierno, 4, 2º A”. Eso desconcertaría al que la recibiera, pensando que se había equivocado de interlocutor.)

Gracias a Dios, hicieron obras importantes en el barrio y esa calle desapareció. El articulista, de pasada, dice que ese tema –el infierno– está muy relacionado con“el otromundo inventado e impuesto por la Iglesia católica”.Luego insiste en“este concepto religioso y de potente connotación sádica”.

Y aquí me tenéis, hecho un lío, entre la independencia de Escocia, la de Cataluña, los cardenales que se equivocan y el infierno que no existe.

Porque creo que, además, existe el Premio si te has portado bien. Eso que algunos llamamos Cielo, y que también tiene connotaciones falsas (nubecitas blancas, túnicas de color de rosa y yo, tocando la lira, y aburriéndome, durante toda la eternidad)

Supongo que, si no existe, no existe para nadie, ni para mí, sean cuales sean lasceporrecesque haga.Ceporrecesque hoy se ven con mucha frecuencia y a las que hay que dar otro nombre. A elegir: crímenes, canalladas, estafas masivas, guerras con el objetivo de enriquecerse a lo bestia pisoteando montones de muertos…

Mi padre era comerciante. Con frecuencia, cuando tenía que tomar una decisión, decía:“Como soy comerciante…”

Yo soy hijo de comerciante y, en estas cosas en las que te juegas todo a una carta (si existe el infierno, la hemos fastidiado, a pesar de lo que diga un periodista; y si no existe, me moriré habiendo intentado ser buena gente y los demás me recordarán con cierto cariño), en estas cosas, digo, me quedo con el mínimo riesgo y juego a que existe, por si acaso y a pesar de la connotación sádica.

Porque creo que, además, existe el Premio si te has portado bien. Eso que algunos llamamos Cielo, y que también tiene connotaciones falsas (nubecitas blancas, túnicas de color de rosa y yo, tocando la lira, y aburriéndome, durante toda la eternidad).

Mientras nos ocupamos de estas cosas, el BCE empieza, por enésima vez, a prestar dinero barato para que los bancos den créditos a las pymes. Es una buena noticia que también he decidido creer, a otro nivel, claro, porque una cosa es el Cielo y el infierno, y otra, el comportamiento de los bancos, que eso sí que tiene connotaciones sádicas.

Dicen que los bancos españoles van a pedir 12.500 millones. Acostumbrado a las cifras que se manejan ahora, no me parece mucho, peromenos da una piedra, que dicen en Aragón.

Mientras nos ocupamos de estas cosas, el BCE empieza, por enésima vez, a prestar dinero barato para que los bancos den créditos a las pymes. Es una buena noticia que también he decidido creer

A los bancos les cogerá desentrenados en esto de dar créditos normales a empresas normales, dirigidas por personas normales y con planes de negocio normales. Pero quizá los empleados más antiguos se acuerden todavía y expliquen a los recién llegados lo que se hacía en tiempos pretéritos.

Como hablamos de la primera fase, y en la segunda, en diciembre, el BCE volverá a prestar 24.000 millones, esto va a ser Jauja. Bueno, Jauja Jauja no, pero sí unempujoncicopara que las empresas se animen. Y quizá, contratarán personas y bajará el número de desempleados, que, hoy en España, es EL problema.

Vuelven a pedirnos reformas estructurales.

Pueden ser –no lo sé– reformas estructurales enel mundoreal(examen del número de autonomías Francia ya ha empezado a estudiar la reducción del número de regiones y, como aquí hacemos lo que hagan los escoceses, también podemos hacer lo que hagan losfranceses), examen a fondo, pero que muy a fondo, de las cuentas del Gobierno central, de cada autonomía, de cada diputación, de cada ayuntamiento, etc.

También pueden ser reformas estructurales enel mundo virtual con repercusiones directas, y con frecuencia, dolorosas, en el mundo real.Este tipo de reformas son las que llevan en la cabeza nuestros gobernantes y que, a veces, les hacen determinar las prioridades con un método que, caritativamente, se podría llamar“al buen tuntún”.

Han condenado al consejo deSpanaira pagar 11 millones de euros por no haber hecho suspensión de pagos cuando parece que debían hacerla. Estos pobres mozos, a los que, además, han inhabilitado para ocupar cargos de dirección de empresas por dos años en España, hicieron lo que pudieron, con una compañía en quiebra, con la idea (no suya, claro) de potenciar el Prat con la aerolínea de bandera de la nueva nación catalana.

Estos chicos sólo tuvieron un fallo: creérselo, en un alarde de buena voluntad. Ya sé que tenían sueldos majos, ya lo sé. Pero me parece que no fueron ellos los máximos culpables, sinoel mundo virtualque tenían en la cabeza los cerebros pensantes de la Generalitat, que, unos cientos de millones de euros más tarde, decidieron dejar caer definitivamente lo que ya estaba caído cuando se lo quedaron.

Unaceporrezmás. Esta, de menos calibre que las que he descrito arriba. Se queda simplemente, en eso:ceporrez.

Estos ceporros, que no se preocupen por la existencia del infierno. Por estas cosas, no se va allí. Quizás irán al estupidorio, concepto pseudoteológico que acuñó mi mujer, y que no ha sido aceptado por la Iglesia en ningún mamotreto, pero que ella y yo vemos muy claro. Algunos irán al Cielo por buenos. Otros, al infierno por malos. Y otros, al estupidorio, donde el tormento será escucharse unos a otros por toda la eternidad.

Horroroso.

Como, mientras escribo, están empezando a votar en Escocia, no digo nada del resultado. Saldrá que NO, pero ya lo comentaré otro día. Van muchos españoles allí, a verlo de cerca. No sé qué van a ver, pero si les apetece, que vayan. (No me refiero a los periodistas, por supuesto. Esos debenir.)

Irán Sueldos