Prefiero no saber

Me llama mi amigo el conspiranoico. Hoy está que se sale y, como siempre, ataca: "Pero tío, ¿no te das cuenta del contubernio mafioso? ¿Te sigues creyendo que la Caja de Ahorros de San Quirico es una caja normal, de las de antes? ¿No sabes que es una delegación de la Banca Lombard Odier? ¿No sabes que en Cataluña esto se dirige desde Llavaneras?".

Aquí le corto, porque en Llavaneras vive un amigo mío, jubilado, hombre íntegro, no vaya a ser que el conspiranoico acabe involucrándole en la trama.

Y, además, prefiero no hacerle caso. Él fue el que me recomendó un libro sobre el Club Bilderberg, que dejé en la página 82, y otro sobre los masones, que cerré a la mitad, porque cuando salía a la calle me parecía que el que no era masón era 'bilderbergiano', y a mí me gusta pasear por San Quirico y por Barcelona, y por Granada, que es donde escribo este artículo, con paz, despacito, sin mirar por encima del hombro, no vaya a ser que un mafioso de Llavaneras me siga con malas intenciones.

La Caja de Ahorros de San Quirico, que ha hecho toda clase de fechorías, es de muy poca entidad como para que Lombard Odier, banco del que nunca había oído hablar hasta ahora, pero que debe ser importante, se fije en ella. Y además, lo de la presunción de inocencia me gusta y no sé por qué hemos de pensar que todos los bancos suizos guardan millones de euros robados por personajes y que tener dinero allí sea feo. Me he enterado de que se puede tener el dinero en un banco suizo legalmente. Yo no lo tengo por falta de materia prima, pero si pudiera, tendría una cuenta en un banco de esos, que tiene más glamour que la Caja de Ingenieros.

No tengo ningún miedo a la tercera recesión europea porque estoy convencido de que no hemos salido nunca de la primera. Ya sé que técnicamente sí, pero de verdad, de verdad de la buena, no.

Mario tiene problemas en su BCE. Ha puesto en marcha medidas de estímulo mientras Angela le mira con el ceño fruncido. Y fruncen también el ceño otros que trabajan con él y que, como ven que se está volviendo expansionista, piensan que "este no es mi Mario, que me lo han 'cambiao'".

Se le ocurrió decir hace poco que no descartaba comprar deuda pública, como ha hecho durante años la Reserva Federal Americana (Fed). Comprar deuda pública es fabricar dinero y prestárselo al Estado. Se supone que ese dinero irá destinado a inversiones importantes que crearán muchos puestos de trabajo, atacando así el único problema que tenemos y que, en nuestro caso, se llama 5.427.900 personas sin empleo, según la EPA de 30 de septiembre.

En el BCE, Angela está representada por Jens Weidmann, presidente del Bundesbank. Como la jefa es la jefa, a este señor tampoco le gusta que el BCE compre activos respaldados por valores, a los que llaman ABS, como si fueran un sistema antibloqueo de frenos, porque les da miedo eso, que bloqueen el freno, nos metamos en la compra de paquetitos y ya la hemos liado otra vez. Además, el BCE no puede prestar dinero a los Estados, aunque todos sabemos lo bien que les llega el dinero a través del famoso carry trade de los bancos, que tiene la ventaja de que, salvo accidentes, seguro que cobran la deuda, aunque el pobre desgraciado que montó una pyme se quede sin crédito. Es que no sé por qué a la gente le da por las pymes...

Mientras tanto, los que hablan van descubriendo poco a poco la sopa de ajo, como dicen en mi tierra cuando alguien se entera de algo que sabe todo el mundo desde hace mucho tiempo.

Uno de estos que mandan en Europa ha dicho que uno de los problemas es el colapso del crédito. Siempre que se refieren a este tema hablan de él como de algo que pertenece al paisaje, que no depende de decisiones concretas de personas concretas. Una cosa que está ahí, como la catedral de Jaén. La visité ayer por primera vez y descubrí que es una maravilla. Algo de lo que se han enterado antes los miles y miles y miles de personas que la han visitado desde 1556, año en que se inauguró. (O sea, soy un buen ejemplo de lo de la sopa de ajo.)

A mí me parece que la situación económica de Europa (España está en Europa) no es ni mala ni buena. Se puede definir como "aquí me caigo, aquí me levanto".

Y tan malo es decir que esto se hunde como decir que "España es un gran país, una de las economías más importantes del mundo, uno de los países con mayor renta per cápita y con un sistema de bienestar como no tiene nadie”. Mariano dixit.

Ha dicho, además, que hemos de ser optimistas. Yo también lo creo. Pero la frase del párrafo que he copiado no sé si es optimismo o fruto de una mente calenturienta, animada por un par de gin-tonics, con más gin que tonic.

Me parece más acertado lo que dijo a continuación, que la tasa de paro es insoportable. Mientras tanto, el servicio de estudios del BBVA dice que el paro estructural es de 3 millones y medio de personas.

Poniéndome negativo, entiendo que eso quiere decir que, hagamos lo que hagamos, somos una familia que tiene que dar de comer a tres millones y medio de parientes que no podrán encontrar empleo nunca. Esto exigirá destinar una cantidad fija y muy importante al subsidio de paro, que será un gasto fijo para siempre. Cuando teníamos la tienda en Zaragoza, a mí padre le preocupaban los gastos fijos, lo que él llamaba "lo que me cuesta levantar la persiana cada día".

Si me pongo positivo, entiendo que Mariano tiene un objetivo muy claro: pasar de 5.427.900 personas a 3.500.000 en un plazo que él habría de fijar (por ejemplo, entre lo que falta de esta legislatura y la siguiente, no más) y de cuyo avance nos informaría la EPA cada tres meses.

Admitiendo que es verdad lo de los 3 millones y medio de parados "estructurales", que me parece que sí es verdad, aunque yo pensaba que era más, Mariano, a hacer reformas de la estructura del Estado, por favor. Que yo pienso que esto de las autonomías es una máquina de tirar dinero por la ventana. Ya sé que te puede costar el puesto. Pero más te lo pueden costar –te lo están costando– todas las cosas feas que pasan a tu alrededor. Si hay que ir a Llavaneras, se va. Si hay que investigar la Caja de Ahorros de San Quirico, se investiga. Si alguien decide desobedecer, en nombre de lo que él llama su patria, se le dice que obedezca. Y como eres educado, si alguien te escribe reclamándote 23 cosas, de las que 22 son económicas, contéstale, hombre, pero dile que cada vez hay menos dinero.

Por lo del paro estructural.