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Yo también he tenido un sueño
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Leopoldo Abadía

Desde San Quirico

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Yo también he tenido un sueño

Al igual que Martin Luther King, yo también he tenido un sueño sobre la gente que gobierna el país: honrados, que piensen en la patria, que gasten con cabeza y, por encima de todo, que digan la verdad

Foto: El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. (Reuters)
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. (Reuters)

Filipinas es un país al que le tengo un cariño especial. Allí está enterrado un hermano de mi abuelo. Era Agustino Recoleto. Estuvo unos años y le mataron, muy jovencico.Mientras vivía, mi abuelo fue a Filipinas a hacer el servicio militar, voluntario. No creo que hubiera muchos que quisieran ir allí, pero era la única manera que tenía de ver a su hermano.Las cartas de los dos, una delicia. Mi abuelo escribe diciendo que quizá se quede. Si se llega a quedar, a estas alturas yo sería filipino, casado con una filipina y con muchos filipinitos en casa.

El Papa estuvo en Filipinas en el mes de enero. Como siempre, hay que leer lo que dice. Hay cosas largas y profundas (el documento de 11 de abril convocando el Año de la Misericordia, por ejemplo) y otras, máslight de forma, aunque muyheavyde fondo.

Ha hablado de la familia y ha dicho cosas que me parecen interesantes. Las que más me han gustado son:

1.Que es precisamente la familia la que introduce la fraternidad en el mundo.

2. Que no es posible una familia sin soñar.

3. Que cuando en una familia se pierde la capacidad de soñar, los chicos no crecen, el amor no crece, la vida se debilita y se apaga.

Aquí me he quedado. Porque tengo una manía –otra–, que consiste en extrapolar. O sea, en decirme a mí mismo que si entiendo lo que pasa en una familia y lo engordo, entiendo lo que pasa en la sociedad.

Y se me ocurre decir:

4. Que no es posible una sociedad sin soñar.

5. Que cuando en una sociedad se pierde la capacidad de soñar, los que componen esa sociedad no crecen; el amor no crece, la vida se debilita y se apaga.

El 4 de abril de 1968, mi mujer y yo estábamos en Estados Unidos. Fue el día que asesinaron a Martin Luther King, que unos años antes había dicho:“¡Hoy tengo un sueño!”

Animen a todos, chavales y no chavales, a ser buena gente. O, por lo menos, gente que lucha por ser buena gente

Vivíamos en Estados Unidos el 22 de noviembre de 1963, cuando mataron a John F. Kennedy, el que hizo soñar a los americanos con Camelot y, a la vez, les dijo que no se preguntasen qué podía hacer su país por ellos, sino ellos por su país.

(Paréntesis. En 1980, mi mujer y yo viajamos a Portugal el día del accidente mortal de aviación de Francisco Sa Carneiro, entonces jefe del Gobierno portugués. A la vuelta aEspaña, nuestros hijos nos recomendaron no viajar y, en caso de que viajáramos, que no se enterase el FBI, por si ataban cabos y pensaban que podíamos ser un matrimonio peligroso, que ya era la tercera vez que ocurría algo serio estando nosotros por allí cerca).

El Papa, recomendando soñar. Mi abuelo, soñando con quedarse en Filipinas. King, teniendo un sueño. Kennedy, animando a sus compatriotas a trabajar por el sueño.

Época de elecciones.Nada de lo que haya dicho ningún político –repito, NADA,NINGUNO–es capaz de ilusionar a nadie. Repito, a NADIE. Los veo en bicicleta, leo las listas –los de siempre,me dice una amiga–. Veo sus vidas. Uno/a, casándose. Otro/a, descasándose. Otro/a, largándose. Otro/a, dedicándose alpoliamor,cosa que está ahora de moda, por lo que dicen, y que en Zaragoza, hace muchos años, sellamaba de otra manera, porque los aragoneses siempre hemos sido claros y bruticos.

Aquí no sueña ni su padre. Sueñan con seguir agarrados al asiento o conseguirlo. No aporta NADA NINGUNO. Vienen las elecciones municipales. Y las promesas. En Barcelona, la Diagonal sin coches, un gran centro cultural debajo de la plaza Cataluña, pisos turísticos más controlados, autobuses eléctricos… En el pueblo al lado de San Quirico, prudencia en las promesas. Más cerca del sueño que de lo concreto. En realidad, ni sueño ni concreto:“Con coraje hacia el futuro”, “Pensar en positivo”…

Lo del sueño es muy serio y aquí nadie ofrece nada que ilusione a nadie.

He sido defensor –lo sigo siendo–de la austeridad unida al crecimiento. Pero a la suma le faltaba un sumando: el secreto es austeridad + crecimiento + soñar.

Raúl Castro ha ido a ver al Papa. Él y su hermano Fidel no deben ser muy de fiar, pero ahora, que ya sonviejecicos,igual vuelven a ser los buenos alumnos de los jesuitas que fueron, por aquello de que siempre queda algo. A la salida de su entrevista en el Vaticano, Raúl ha dicho que, como el Papa siga así, él volverá a rezar.“Lo digo en serio”,ha añadido.

¿No será que piensa volver a soñar, que ya va siendo hora? ¿No será que ha ido a darle las gracias al Papa porque, gracias a su mediación, él y Cuba y los cubanos, que son los verdaderamente importantes, pueden empezar a soñar y no solo a preocuparse de sobrevivir?

Soñar. Yo también tengo derecho. Me pasa lo que a King. He tenido un sueño. Un sueño en el que los que gobiernen mi país:

1. Sean honrados.

2. Piensen en mi patria,no en su partidillo político.

3. Sean serios en la gestión, gastando con la cabeza (austeridad).

4. Animen a los bancos, en teoría saneados, a ayudar a las empresas a trabajar en lo que constituye su trabajo y no a embarcarse en maravillas financieras, domiciliadas todas ellas en la misma dirección de Delaware.

5. Digan la verdad.

6. Sueñen, con sueños reales, basados en unas cuentas serias. Lo contrario, en catalán, se llama“ser somiatruites”,o sea,“persona visionaria o que se ilusiona fácilmente con cosas imposibles o extrañas”.

7. Animen a los chavales jóvenes a ser ciudadanos del mundo, con oportunidades en todas las ciudades y pueblos del mundo, no solo en San Quirico y alrededores.

8. Animen a todos, chavales y no tan chavales, a pensar que los únicos responsables de su éxito o e su fracaso, son ellos. En algún libro escribí que la canción“Tú, solo tú”debería ser de estudio obligatorio en los colegios.

9. Animen a todos, chavales y no chavales, a ser buena gente. O, por lo menos, gente que lucha por ser buena gente.

10. Que se vea que ellos luchan por ser buena gente. Porque si en uno de mis periódicos veo la foto de un mozo de estos que mandan –no tan mozo–con su nueva moza –no tan moza–y pienso que este es el responsable de cosas muy serias que afectan a mis nietos, le pido que se calle y que, cuanto antes, se vaya.

Me ha salido un decálogo porque he decidido parar. Tenía cuerda para rato.

Cuando en una familia se pierde la capacidad de soñar, los chicos no crecen, el amor no crece, la vida se debilita y se apaga

Cuando trabajaba en la tienda de mi familia en Zaragoza hace muchos años, venían los representantes comerciales a enseñarnos el muestrario. De aquella época me ha quedado examinar lo que se me ofrece como si fuera un muestrario.

Mariano me ofrece seguir como hasta ahora, obedeciendo a Ángela, lo que me gusta mucho. Le falla su partido. Jaula de grillos es un calificativo amable. Jaula de grillos todos honrados es una falsedad. Y de sueño, nada. Comprendo tu posición, Mariano. Quizá yo haría lo mismo: obedecer y tapar agujeros, con esa cuadrilla que tienes alrededor y que no hace más que fabricarlos. Y si te digo que sueñes y que nos ilusiones, seguramente dirás:“¡Para soñar y para ilusionar estoy yo!”.

De los demás, no tengo mucha idea. Sé que todos obedecerán a Ángela. Eso me tranquiliza. Aunque no haga falta remarcarlo, cuando digo todos, quiero decir TODOS, los que sonríen y los que parece que siempre están enfadados, buscando venganza contra los malos.

Pero ninguno, ninguno, capaz de soñar. Y ya ha dicho el Papa lo que pasa cuando se pierde la capacidad de soñar y –añado yo–el vuelo, que podía ser de águila, se convierte en ridículos saltos de gallina.

Ahora me explico por qué apago la tele cuando empieza la información sobre las campañas electorales.

Filipinas es un país al que le tengo un cariño especial. Allí está enterrado un hermano de mi abuelo. Era Agustino Recoleto. Estuvo unos años y le mataron, muy jovencico.Mientras vivía, mi abuelo fue a Filipinas a hacer el servicio militar, voluntario. No creo que hubiera muchos que quisieran ir allí, pero era la única manera que tenía de ver a su hermano.Las cartas de los dos, una delicia. Mi abuelo escribe diciendo que quizá se quede. Si se llega a quedar, a estas alturas yo sería filipino, casado con una filipina y con muchos filipinitos en casa.