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Alexis 2.0
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Leopoldo Abadía

Desde San Quirico

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Alexis 2.0

El Alexis 2.0 debe reunir una serie de características entre las que se encuentran no mentir, no torear a los ciudadanos y saber que en las negociaciones siempre se avanza a pasitos cortos

Foto: Un camarero escucha la intervención televisiva de Alexis Tsipras. (Reuters)
Un camarero escucha la intervención televisiva de Alexis Tsipras. (Reuters)

En 1936 yo tenía 3 años. De ahí deduzco –soy ingeniero–que algunos de los que chillan, regurgitan e insultan ahora, tenían entonces unos menos 40, porque aún faltaba esa cantidad de años para que sus padres quisieran tenerlos por el procedimiento normal o encargando que los fabricasen por algún otro procedimiento.

En cualquier caso, se pusieron en medio de la sociedad. Crecieron, estudiaron, incluso fueron al extranjero con una beca Erasmus.

Y, seguramente, al verse en el espejo, aprendieron el significado de una palabra que nunca he utilizado porque no me gusta, pero que ahora la utilizo, porque siempre hay una primera vez.

"Casposa" es la palabra. En el sentido de "lleno de caspa", o sea, "lleno de escamillas blancuzcas que se forman en el cuero cabelludo", y también en el sentido de sucio y también en el sentido de anticuado, de gente que, adanistas ellos, han descubiertono la pólvora, que ya lo dije la semana pasada, sino el pedernal. Y cuando han visto que, frotando dos piedras, salía chispa, han ido a la tele, a la radio, a la prensa, y se han presentado a los pobres periodistas diciéndoles que ellos son unos pioneros, unos adelantadosque si hubieran estado presentes habrían descubierto América del Norte, del Centro y del Sur, y, en el viaje, Inglaterra y Portugal, además de Cabo Verde y las Seychelles. Y, como prueba, aquí tienen ustedes el pedernal.

Digo "pobres periodistas" porque pienso que hay que tener mucho estómago para escuchar sin parpadear y sin que te entre la risa a estos muchachos, que, llenos de fervor patriótico (quizá piensan que su patria es la URSS, que dejó de existir hace muchos años), dicen unas cosas que hacen que te plantees de dónde viene este chico, a dónde va y por qué no hay nadie que le diga que ya ha cubierto la cuota de estupideces que se le otorgó cuando nació o fue fabricado.

No me gustan los que insultan. Yo no quiero odiar a los griegos, aunque piense que mejor estarían fuera de la Unión Europea y nos dejarían más tranquilos

La cuota de estupideces se cubre con una cierta facilidad. Se empieza diciendo unas cuantas al día, luego se acelera y, al final, se consigue una velocidad de crucero que permite ser lo que se llama "productor constante de estupidez" (PCE).

Si lo miras bien, PCEs hay bastantes, porque quien más quien menosdecimos bastantes tonterías al cabo de nuestra vida. A mis 81 años, de vez en cuando echo la vista atrás y pienso que me podía haber callado en aquella ocasión y en aquella otra, y en aquella otra y... O sea, que callado habría estado mucho más majo y no habría contribuido a la cuota de la que he hablado antes.

Pero...

Con mucha frecuencia, con muchísima frecuencia, los PCEs se sienten insatisfechos diciendo solo Es (tupideces) y necesitan complementar su contribución a la sociedad, echando odio a kilos. Se convierten en PCECO, productores constantes de estupidez con odio. Peligrosos. Repugnantes.

Y se ponen a actuar, porque estos mocetes piensan que no es verdad que del dicho al hecho hay mucho trecho y consideran que el dicho sin el hecho no vale nada. (En eso, estoy totalmente de acuerdo con ellos.)

Pero, cuando actúan, les pasa algo. Se les cruza algún cable, les salta algún chip, soplan un poco y, como no están acostumbrados, se les sube a la cabeza... Y pasa lo que pasa: una se desnuda en una capilla porque es una reliquia franquista (la capilla), otro amenaza: "¡Arderán como en el 36!", otro insulta gravementea mi queridísima Irene Villa (ese sí que me ha hecho daño), otro quiere meter judíos en el cenicero de su coche...

(A la de la capilla yo le aconsejaría que se pasease desnuda por los pantanos españoles, porque como reliquias franquistas, son de lo mejor. Además, con el calor que está haciendo, no se enfriaría.)

Y yo me pregunto: ¿son estúpidos porque el odio los obnubila? ¿Odian porque la estupidez les envuelve cual tsunami?

(Repaso el párrafo anterior. Lo de la "obnubilación" y lo de la "envoltura cual" me ha salido muy bien. Espero recibir felicitaciones.)

¿Interesa que los griegos se queden en Europa? A ellos, sí. A nosotros, también, por lo de la cuna de la civilización y argumentos similares

Año de elecciones. Año perdido, dije en una entrevista el otro día. No para algunos, que han conseguido o esperan conseguir un puesto, o varios, para comer ellos y sus familias.

Por si faltaba algo, elecciones en el Barcelona, en las que estoy oyendo de todo, hasta la afirmación de un candidato en el sentido de que prefiere la independencia de Cataluña a salir elegido. Este chico se ha equivocado de colegio electoral y se ha presentado a presidente del Barça en lugar de presidente de la Generalitat, que, por lo que parece, es lo suyo.

El año perdido va avanzando y ya solo faltan las elecciones catalanas y las generales. Y como la globalización nos afecta, no hacemos más que mirar a Atenas, donde habrá un referéndum o no lo habrá, porque Alexis es un especialista en decir que donde dije digo, dije lo que me daba la gana, que para eso soy un demócrata nacido en el país donde nació la democracia.

La actuación de Alexis, muy pintoresca. Tiene un programa político. Cuando se demuestra palpablemente que no lo puede cumplir, convoca un referéndum. Así, si votan a favor de sus propuestas, se considera reforzado. Si sale que no, no hace lo que prometió, porque el pueblo no quiere. Pero se olvida de que ese pueblo le eligió hace unos meses para que llevara a la práctica un programa político que les gustó.

(Por cierto, estoy quejoso con Ada, la alcaldesa de Barcelona, porque ha permitido un desalojo sin convocar referéndum, paso necesario, según la doctrina Alexis, para saltarte el programa con el que se te eligió. Con tantas elecciones, habría sido un poco difícil encontrar fecha, pero, con un poco de buena voluntad, habríamos encajado el referéndum en un fin de semana libre.)

Si nos vamos al otro lado de la mesa de las negociaciones, me parece que los que mandan en Europa (no insisto en que es Ángela, para que no digáis que me repito), los que mandan en Europa, decía, parten de los siguientes principios:

1. Esto es un club que tiene unas reglas. Ustedlas toma o las deja. Si usted quisiera jugar en el Barça, tendría que ponerse la camiseta que dijera Nike, no la que dijera Adidas, aunque a usted le gustara más esta última, porque le sienta mejor al color de sus ojos. Y, además, tendría que decir que Qatar, en cuanto a derechos humanos, tampoco es de lo peorcito.

¿Que no le gusta? Fiche por el Zaragoza.

2. Seguramente, todos hemos contado algún cuento que otro para entrar en el Club. Como teníamos amigos (usted también), hemos maquillado nuestras cuentas ayudados (no gratis, claro) por esos amigos, algunos de cuyos directivos, en concreto Mario, ocupan algún puesto importante en este lío, que llamamos negociación.

3. Usted, Grecia, más que contar algún cuento, mintió descaradamente y le aceptamos la mentira, a pesar de que alguno de nosotros lo sabía y se lo calló.

4. Usted, Grecia, es poca cosa en términos económicos. Hasta su deuda es pequeña. Mire la de España. Un billón. Eso es una deuda y no lo de usted.

5. De ahí se deduce que, si no la paga, que no la pagará, nos molestará, pero no pasará nada. Y, por supuesto, si necesita usted alguna vez algún euro, se lo tendrá que pedir a alguna oenegé que se dedique a patrocinar países en mal estado, no a mí.

6. Y si quiere pedir dinero a Rusia o a China, pídaselo. Yo no diré nada, pero si tengo que dar informes, no podré evitar darlos malos, muy malos.

También tiene que haber unos europeos 2.0, que saben, y se lo dicen a Alexis 2.0, que las negociaciones deben ser secretas para los que no participamos

Más o menos, las cosas van por ahí. Unos con fuerza. Otros, sin ninguna fuerza. ¿Que interesa que se queden en Europa? A ellos, sí. A nosotros, también, por lo de la cuna de la civilización y argumentos similares.

O sea, Alexis, que para hacerlo peor tendrías que haberte entrenado duramente. Que de lo torpe que he visto en Europa –y tengo algún ejemplo muy cercano–eres un number one. Y que tienes dos salidas: o te vas, que sería lo más adecuado, o te enteras.

Y si no quieres irte y por aquello de no hacer más todavía el ridículo decides quedarte, cambia. Ponte como nuevo nombre Alexis 2.0. Y agradécemelo, porque Leopoldo 2.0 fue el nombre que me puso mi amigo Andrés, el médico que me operó cuando me rompí la cadera, al enseñarme la radiografía de lo que me había hecho.

El Alexis 2.0 reúne las siguientes características:

1. No miente.

2. No torea (hoy sí, mañana no, pasado mañana quizá, lo que dije ayer lo desdigo hoy, etc).

3. Se entera –¡por fin!–de que con maximalismos NUNCA se ha ganado una negociación. SIEMPRE se avanza a pasitos cortos. Hoy doy un pasito, mañana otro... y al cabo de unos meses he conseguido más que cuando empecé a bofetadas.

4. Se entera –¡por fin!–de que hay que hacerse amigo de la gente,tomar copichuelas con ellos, preguntarles por el hijo que no hace más que suspender... quererles.

5. Y esto no es un truco. Es el modo normal de ir por la vida, aunque a algunos les gusta entrar en las reuniones como los malos entraban en el saloon, en las películas del oeste.

También tiene que haber unos europeos 2.0, que saben, y se lo dicen a Alexis 2.0, que las negociaciones deben ser secretas y que los que no participamos en ellas no tenemos que enterarnos, aunque a todos nos guste el cotilleo. Y que en las negociaciones es fundamental la discreción, aunque ahora no esté de moda. Y que, cuando se llega a un acuerdo, las dos partes salen sonrientes, echándose piropos mutuamente.

Vuelvo al principio. No me gustan los que insultan, los que critican, los que echan odio. Yo no quiero odiar a los griegos, aunque piense que mejor estarían fuera de la Unión Europea y nos dejarían más tranquilos. Porque ir a Grecia es una de mis muchísimas asignaturas pendientes y quiero ver el Partenón, la Acrópolis y lo que me echen con mucho cariño. Y quiero ir a un chiringuito griego en una isla y comer tranquilamente. Y si aparecen unos y nos bailan el sirtaki a mi mujer y a mí, lo agradeceré, me emocionaré y hasta se me caerá una lagrimica, que ahora tengo el corazón muy blando.

No me importará pensar si son legalmente europeos o les cae bien Putin. Lo que quiero es que las cuestiones económicas se arreglenhablando y que los que gozan insultando, desnudándose y odiando se vayan a un paraíso fiscal, pagados por todos los europeos, con la condición de que no vuelvan más.

Y que nadie me diga que esto sería un exilio. No pasaría de ser un acto de legítima defensa.

P.S.

Ya sé que el asunto de la capilla-reliquia franquista y los insultos a Irene y a los judíos pasó hace tiempo. Pero tenía ganas de decirlo, porque lo que lleva detrás ese asunto –la estupidez odiosa o el odio estúpido–sigue vigente.

En 1936 yo tenía 3 años. De ahí deduzco –soy ingeniero–que algunos de los que chillan, regurgitan e insultan ahora, tenían entonces unos menos 40, porque aún faltaba esa cantidad de años para que sus padres quisieran tenerlos por el procedimiento normal o encargando que los fabricasen por algún otro procedimiento.

Alexis Tsipras