Es noticia
El listón y el complejo
  1. España
  2. Desde San Quirico
Leopoldo Abadía

Desde San Quirico

Por

El listón y el complejo

Que Pedro Sánchez tiene complejo, es clarísimo. Que ha bajado el listón, es clarísimo. Que es inferior a Pablo, no lo sé, porque no les conozco

Foto: El líder del PSOE, Pedro Sánchez (d), y el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias. (EFE)
El líder del PSOE, Pedro Sánchez (d), y el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias. (EFE)

Veo salir a Pedro y Pablo -no son los apóstoles, son los otros- de una reunión. No sé dónde se ha celebrado. Pedro va sin corbata. Pablo, también, porque no debe tener y porque si quieres ser proletario, hay que ser proletario hasta el final.

Pienso mal, lo que no quiere decir que acierte. Pedro ha bajado el listón y se ha quitado la corbata para que Pablo no piense que Pedro, socialista él y de izquierdas él, se ha pasado a esos que llevan corbata y que, como tales, son representantes de lo peor que puede imaginarse en una sociedad democrática -palabra de uso obligatorio para medrar en la actualidad-, libre, igualitaria y fraternal (y solidaria, por supuesto).

Mi promoción de la Escuela de Ingenieros de Industrias Textiles en Tarrasa, antes de que se llamara Terrassa, era fenomenal. Han pasado los años -muchos- y seguimos reuniéndonos y sintonizando como si nos hubiéramos visto ayer. Miguel Ángel era, y, gracias a Dios, sigue siendo, un personaje muy peculiar, tan listo como buena persona, pero peculiar, lo mismo -quizás un poco más- que todos los demás. Esteban, otro peculiar, listo y buena persona. Miguel Ángel, para reírse un poco, le decía: "Esteban: tú no tienes complejo de inferioridad, tú eres inferior". Todos nos reíamos, el primero Esteban, porque de sobra conocíamos su nivel humano y profesional.

Me acuerdo de eso al ver a Pedro descorbatado. Que tiene complejo, es clarísimo. Que ha bajado el listón, es clarísimo. Que es inferior a Pablo, no lo sé, porque no les conozco. A Pedro me lo presentaron en una cena del Premio Planeta, pero solo nos dijimos eso de "encantado". Pablo no estaba y no pude saludarle.

Quiero ser natural, no como Pedro, artificial de alto nivel cuando va a ver al Rey y falsamente pobretón cuando se reúne con un falso pobretón

Pero Pablo, te aseguro que si un día me encuentro contigo, excepto en la gala de los Goya, y, por una rarísima casualidad, no llevo corbata, te diré: "Perdona un momento, que ahora vuelvo". Iré corriendo a una tienda y compraré la corbata más cara que tengan y, si puedo, me acercaré a mi casa a coger el pasador de oro con mis iniciales que me regalaron mis hijos Gonzalo y Anna, y me pondré elegante. Mejor dicho, me pondré natural, sin complejo de inferioridad, primero porque no lo he tenido nunca y no voy a empezar a tenerlo a mi edad; y segundo, porque quiero ser natural, no como Pedro, artificial de alto nivel cuando va a ver al Rey y falsamente pobretón cuando se reúne con un falso pobretón, o falsamente elegante cuando el falso pobretón "respeta a la industria del cine" y se viste bien, ay, que me escacho de risa.

Me da la risa porque el pobre Pedro pensaba que, como iba Pablo, había que ir sin corbata. Y va Pablo, en una pirueta, alquila el esmoquin, se pone una pajarita de esas que llevan goma detrás y aparece en los Goya.

Estamos en plenas negociaciones, mientras una persona importante me pregunta si me he enterado de que ahora viene lo bueno, una recesión seria. ¡Pero si no habíamos salido de la otra!

No habíamos salido, pero estábamos en el buen camino hasta ahora, momento en el que en España empieza el guiñol. Ignoramos y despreciamos lo que pasa por ahí, porque queremos un Estado federal, un choque social y el paraíso terrenal, tres medidas con las que volveremos a asombrar al mundo. Nuestro complejo de inferioridad nos lleva a eso.

Mientras tanto, en nuestras ciudades, los alcaldes se ocupan de cosas fundamentales, o sea:

1. Donde esté un buen mantero, que se quiten los comerciantes, que piensan que hacen algo útil y en realidad son unos capitalistas. No digo 'capitalistas malvados', porque todos los capitalistas, es decir, los que se juegan su dinero y luchan contra viento y marea para sacar adelante su negocio y, de paso, a los tres empleados que tienen, todos son una especie a extirpar.

2. Donde haya un buen titiritero que intente corromper a los niños, y al que solo se le puede acusar de apología del terrorismo porque dijo algo de ETA y no se le acusa del peor terrorismo que hay, que es intentar cargarse moralmente a unos cuantos críos que ahora ya han aprendido qué es violar, abortar y sodomizar; donde haya un buen titiritero de esos y una autoridad diga "hombre, no es para tanto", sé perfectamente qué tipo de España quiere esa autoridad. Por supuesto, todo en el sagrado nombre de la sacratísima libertad de expresión y de la no menos muy sagrada inspiración artístico (¡?)-creativa (¡?), por las que puedo insultar a la madre de todo el que tenga la desgracia de cruzarse en mi camino.

Alguien me dijo no hace mucho que en España no necesitábamos un salvapatrias. ¡Claro que lo necesitamos! Y si, en vez de uno, fueran cuatro, y si esos cuatro no fueran Mariano, Pedro, Albert y Pablo, sino personas que reunieran nueve condiciones, otro gallo nos cantaría, porque el que nos canta ahora es viejo reviejido, sin una sola idea original, excepto el odio, que, poco a poco, algún mozo de esos quiere sembrar a manos llenas.

¡Necesitamos un salvapatrias! Y si fueran cuatro y no Mariano, Pedro, Albert y Pablo, sino personas que reunieran nueve condiciones, otro gallo nos cantaría

Como es natural, después de haberme desfogado, pongo las nueve condiciones. Las pongo, como dicen los cursis que nos ahogan, "desde el cansancio". Desde un cansancio fruto de ver cómo unos cuantos ineptos se quieren quedar con España, porque les apetece juguetear sin tener la mínima idea de qué hacer con mi Patria. Mi Patria y la de muchísimos otros, que ven cómo reina la desfachatez 'desparpajosa', adjetivo que me acabo de inventar y que lo pongo porque me ha salido del alma.

Las nueve condiciones de esas personas que busco son:

1. Una vida ejemplar. Personas que sean un ejemplo de honradez, de limpieza de vida, de virtudes humanas, de quienes los chavales puedan decir: “Yo quiero ser así de mayor”.

2. Ideas claras sobre lo que quieren para España. (No manteros, no titiriteros. Sí empresas, sí trabajo, sí honradez, no desigualdades aberrantes...).

3. Preocupación por tener un buen equipo, formado por líderes 'más pequeños', pero líderes a su vez, dentro de sus responsabilidades.

4. Obsesión por aglutinar bien a los miembros de su equipo, ayudándoles, no criticando nunca a ninguno de sus componentes, hablando siempre muy bien de ellos y siendo nobles con todos. Yendo siempre de cara.

5. Saber escuchar, para facilitar que todos puedan expresarse con libertad. No hace falta ganar siempre las discusiones. Eso es la humildad, que debe ir compensada con la fortaleza para defender la filosofía que se quiere implantar, lo que antes he llamado "el tipo de España".

6. Ser exigentes, no permitiendo nunca las improvisaciones brillantes, que intentan ocultar falta de preparación y de estudio de los temas.

7. Preocupación/obsesión por formar líderes. El líder 'fabricante de líderes' deja una herencia increíble.

8. No se debe confundir el liderazgo con el autoritarismo ni el populismo, ni el sentirse llamado (no se sabe por quién) a una misión superior.

9. Para acabar: una persona que gestione bien, puede no ser un líder.

Mientras escribo esto, escucho un tango, cantado por Cacho Castaña, que se titula 'Septiembre del 88'. Me paro y tomo nota. Escribe una carta a un amigo que, desesperado por la situación en Argentina, se fue a Italia. Cacho le dice que no vuelva, que todo está mal, que todo está triste, que la nación "se muere de pena por tanta mentira, de tanta promesa por nadie cumplida".

Pero, cuando está escribiendo, se le vuelca el mate sobre la carta y vuelve a empezar.

Ha cambiado de tono. Le dice a su amigo que "aquí la cosa sigue igual. Pero, de una manera u otra, vamos a salir adelante". Y le dice que "si acaso te encuentras con otro emigrante, decíle que vuelva, que pronto seremos mejores que antes. Que todo fue culpa de cuatro atorrantes, que solo lograron que el pueblo no cante. Volvé cuando quieras, que juntos podremos salir adelante".

Allí les llaman atorrantes. El DRAE dice que 'atorrante' es "desfachatado, desvergonzado"; yo he dicho que hay "desfachatez desparpajosa". Total, lo mismo.

Pero volvé, decíle a ese que quiere tirar la toalla, que no admito que 46 millones de personas estén bailando a la música desafinada de cuatro atorrantes.

P.S.

1. Se me olvidaba. Si me encuentro con el Rey, si me recibe en audiencia, le hablaré de usted. En mi casa me educaron bien.

2. Y de los dos trajes que tengo, uno azul oscuro y otro negro, me pondré el que esté mejor planchado.

3. Y me pondré corbata, claro.

4. Y el pasador de oro.

5. Porque me educaron bien.

6. Ya lo he dicho dos veces, pero lo repito.

7. Me educaron bien.

Veo salir a Pedro y Pablo -no son los apóstoles, son los otros- de una reunión. No sé dónde se ha celebrado. Pedro va sin corbata. Pablo, también, porque no debe tener y porque si quieres ser proletario, hay que ser proletario hasta el final.

Pedro Sánchez Mariano Rajoy