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Leopoldo Abadía

Desde San Quirico

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España, el país más fuerte del mundo

"Estoy convencido de que España es el país más fuerte del mundo. Lleva siglos queriéndose destruir y no lo ha conseguido. El día que deje de intentarlo, volverá a estar en la vanguardia"

Foto: 'Caganers' de Pablo Iglesias, Pedro Sánchez, Mariano Rajoy y Albert Rivera. (Reuters)
'Caganers' de Pablo Iglesias, Pedro Sánchez, Mariano Rajoy y Albert Rivera. (Reuters)

Unos amigos míos tenían un negocio en el mismo lugar donde vivían. La casa, en el campo, era muy bonita. Detrás había una arboleda y, al fondo, estaba lo que ellos llamaban "la fábrica", que era un taller pequeño, muy apañado. El ambiente era buenísimo. No he dicho "el ambiente de trabajo", porque trabajar trabajar, más bien poco.

Pero de aquello vivían varias familias, y vivían bien, no a un altísimo nivel, pero sí a un nivel aceptable. Mi padre no se lo acababa de explicar. Un día me dijo: "Este es el mejor negocio del mundo. No pegan ni golpe y viven bien". Mientras me lo decía, oímos a lo lejos al que hacía de gerente, que aullaba imitando una sirena y gritaba: "¡Ya ha sonado la sirena! ¡se acabó la jornada laboral!".

Como eran las 11 y media de la mañana y mi padre sabía que no empezaban antes de las nueve, sonrió y me dijo: "¿Ves cómo tengo razón?".

Me voy 200 años atrás, a Alemania. Me encuentro con el canciller Otto von Bismarck, bigotudo, con un casco que tiene un pincho encima y a quien le llamaron "el canciller de hierro" "por su determinación y mano dura". O sea, por ser un poco bruto.

Recojo unas manifestaciones suyas sobre España: "Estoy firmemente convencido de que España es el país más fuerte del mundo. Lleva siglos queriéndose destruir y todavía no lo ha conseguido. El día que deje de intentarlo, volverá a estar en la vanguardia del mundo".

¿Qué pasa en un país tan majo como el nuestro que se quiere destruir desde hace tanto tiempo?

Bismarck nació en 1815 y murió en 1898. Durante esa época, en España reinaron Fernando VII, Isabel II, Amadeo de Saboya, Alfonso XII y Alfonso XIII, cada uno con sus gobiernos, que los podría copiar de Wikipedia como he copiado la lista de reyes, pero la lista ocuparía mucho espacio y los descendientes de alguno se podrían molestar, por atribuirles los males que describe Otto, que sería bruto, pero no tonto.

Al llegar aquí, se me ocurre preguntarme: ¿qué pasa en un país tan majo como el nuestro que se quiere destruir desde hace tanto tiempo?

Ahora me voy al IESE, años setenta. Algo sucedió, que no me gustó. No me acuerdo qué fue, con lo que se demuestra que tenía muy poca importancia, pero en aquel momento yo estaba con un calentón. Me encontré con Lorenzo, otro profesor, un hombre de gran nivel personal y profesional. Le conté lo que me había pasado y le grité: "¡¡Esto se hunde!!". Lorenzo me miró sonriente/displicente, y dijo: "No sabes la cantidad de esfuerzos que hay que hacer para que algo se hunda".

Lo he pensado muchas veces y lo vuelvo a pensar ahora, cuando oigo a gente por la calle decirme: "Pero ¿se ha dado usted cuenta de cómo juegan estos con nosotros?".

(Cuando la gente habla de 'estos', no te dice quiénes son, y hablamos tranquilamente de 'estos', sin darnos cuenta de que, quizá, sus 'estos' no son mis 'estos').

Pero sí, da la impresión de que Otto tenía razón, y de que tenía razón Lorenzo y de que si mi padre acertaba, es que tenemos un país capaz de aguantar a 'estos'.

Y para que no haya dudas, llamo 'estos' a Mariano, Pedro, Albert, Pablo; a los que hacen como que gobiernan Cataluña; a unos cuantos parlamentarios o 'parlamentaris'; a Otegi, que quiere ser lendakari; a todo hijo de vecino que se ha dedicado a la política como medio para cobrar un sueldo según me dijo el otro día uno de los que salen "en los papeles"; en fin, a eso que han dado en llamar "la clase política", que ni es política ni es clase.

No es política, porque, según el DRAE, política es "arte, doctrina u opinión referente al gobierno de los estados". Da también otra definición: "Cortesía y buen modo de portarse".

Quizá tienen 'opinión', pero no arte ni doctrina ni cortesía ni buen modo de portarse

Cojo a estos mozos, les pongo encima las dos definiciones y no casan. Quizá tienen 'opinión', pero no arte ni doctrina ni cortesía ni buen modo de portarse. Muchos de ellos me parecen lo que dice el diccionario en otro vocablo: "Dicho de una persona: grosera o tosca en sus modales". No os digo a qué vocablo pertenece esta definición, para que, si os interesa, os entretengáis buscándolo.

Pero no nos distraigamos e intentemos contestarnos a una pregunta: "¿Por qué no se hunde España?". O si lo queréis plantear de otra manera, "¿cuándo se hundirá España?". Para lo que habría que contestar otra pregunta: "¿Cuándo podremos decir que se ha hundido?".

Empiezo por esta última, utilizando el método de siempre, el que me dicen que no sirve, pero como a mí me sirve, lo utilizo. El método consiste en preguntarme lo mismo sobre una familia y luego engordarlo hasta llegar al Estado.

Dejadme que me vaya otra vez al IESE. Sigo en los años setenta. Viene un hombre joven a hacerme lo que entonces, quizá también ahora, se llamaba una "consulta breve". Consistía en lo que se podía resolver en una comida de trabajo. Normalmente, la persona que venía quería saber tu opinión sobre una decisión que iba a tomar, para tener las ideas más claras. Le invité a comer. Quería consultarme un tema familiar. No se entendía con su hermano, con quien trabajaba. La primera frase me dejó helado: "Yo odio a mi hermano". Estuve a punto de decir: "No perdamos el tiempo. Esto no tiene solución. Adiós".

Como uno tiene una cierta educación, le hice algunas preguntas, hablé un poco con él y pensé en los pobres padres de aquel chico, que algo habían hecho mal, muy mal. Nos despedimos. Me dio las gracias. No sé por qué. La comida que nos sirvieron en el IESE unas camareras majísimas y muy 'maternales' era casera y estaba muy rica, pero no como para echar cohetes. Y yo me había limitado a aguantar.

No le pregunté por la situación económica de la empresa, que era muy buena, ni de la familia, que también lo era. Era una familia hundida.

Me voy a España. Leo mis dos periódicos. Veo una noticia que me suena a escándalo farisaico, o sea, ese que consiste en rasgarse las vestiduras ante algo que ya se sabía hace tiempo. La deuda pública ha sobrepasado el 100% del PIB. Yo, que no soy un entendido, ya lo sabía. Siempre he hecho los cálculos con el PIB en un billón y la deuda, en otro billón. Llevo meses diciendo en las conferencias que esta situación es la misma que si alguien con un sueldo de 30.000 euros debe 30.000 euros. Pues ahora, es como si debiera 32.000. Es igual.

Por tanto, no hay ninguna novedad. Este billón de euros que debe España es uno de los billones que, sumados a otros, dan los 200 trillones de dólares de deuda mundial.

Ya que lo hemos descubierto hoy, sería bueno que los que he calificado como 'estos', aprovechando la campaña electoral en la que estamos metidos desde hace muchos meses, se hicieran en público cuatro preguntas: a) ¿por qué tenemos esta deuda?, b) ¿por qué sube y no baja?, c) ¿cuándo pensamos devolverla?, d) ¿cuánto pagamos de intereses al año?

Me gustaría que se las hiciesen en televisión horario 'prime time' y no en una entrevista con un periodista australiano que salga en la hoja dominical de una parroquia de Melbourne.

No vale decir dos cosas: a) que la culpa es de los anteriores; b) que todo viene de la corrupción, los paraísos fiscales y la economía sumergida

Para ayudarles, les pongo mis contestaciones. Son solo una sugerencia, pero me parece que las cosas van por ahí.

Aunque todo está ligado, o sea, que la culpa de esa deuda la tendrán Suárez, Calvo Sotelo, Aznar, Zapatero y Rajoy, no vale decir dos cosas: a) que la culpa es de los anteriores, aunque en algún caso sea verdad; b) que todo viene de la corrupción, los paraísos fiscales y la economía sumergida, aunque también pueda ser verdad.

Mis sugerencias son muy simplonas:

I. Modelo de Estado.

1. Si yo fuera uno de 'estos', en mi primera intervención televisiva, diría que, no sé por qué, olfateo que hay que darle un repasillo a cómo está organizada España. Como de este tema ya he hablado suficientemente en El Confidencial, no vuelvo a decir lo de las 17 nacioncitas, etc. Pero que no se nos olvide.

II. Europa.

2. Somos europeos y no nos ha ido ni nos va demasiado mal. Pero Europa es un club que tiene unas reglas, como las tiene, por ejemplo, el fútbol. Al Zaragoza le gustaría poder saltárselas y pegar al balón con el pie y con la mano, porque así tendríamos más facilidades para ganar partidos, sumar puntos y subir a Primera. Puestos a pedir, preferiría que los otros equipos no pudieran hacer lo mismo.

3. Como somos europeos, fuimos a Maastricht, en Holanda, y allí nos comprometimos a que la diferencia entre gastos anuales e ingresos anuales no superaría el 3% del PIB. O sea, trabajando con el PIB de un billón, estamos hablando de 30.000 millones. Como en 2011 el déficit era de 91.000, el Gobierno de España acordó con la UE llegar a 2015 con un déficit de 42.000 millones, para acabar en 2016 con los 30.000 acordados.

4. En 2015, el déficit se ha quedado en 50.000 millones y la UE amenaza con ponernos una multa, creo que de 2.000 millones, que con estas cifras mareantes que se manejan, me parece sin importancia.

5. Hemos negociado, y, como ya se sabía, nos han dado más plazo.

6. La reducción del déficit en una familia se hace a) aumentando ingresos; b) reduciendo gastos; c) vendiendo algo; d) endeudándose, si todas las medidas anteriores no han sido suficientes.

7. En el caso del Estado, lo mismo. a) Aumentar los ingresos es aumentar los impuestos, a no ser que la economía vaya para arriba y con los mismos tipos se recaude más; b) reduciendo gastos, lo cual está íntimamente relacionado con las prioridades que se marque el gobernante: a más prioridades locas, más déficit, más impuestos, más malestar social; c) vender algo, que en el caso del Estado se llama privatizar, o sea, cambiar una cosa por euros, porque si tengo hambre no me puedo comer la cosa, pero si la cambio por euros, podré comer; d) endeudándose, con lo que llegamos al 100% del PIB. O nos pasamos.

8. Menos mal que, como nos hemos portado bien y el BCE está echando dinero, los intereses que pagamos, que ayudan a subir el déficit, son manejables. 33.000 millones es la última cifra que yo tengo, con lo que me saldría que pagamos un 3,3% sobre el billón de deuda, aunque me parece que esa cifra ha bajado.

¿Será que no saben? ¿Será que no quieren? No sé lo que será, pero parece que ninguno de estos es capaz de hacerlo. Si no son capaces, no me interesa ninguno

El 26 de junio tengo que votar.

Pero antes QUIERO:

Que 'estos', en un cuarto de hora, en intervenciones individuales, en televisión horario 'prime time', nos expliquen esto así de simple, de modo que lo entendamos todos.

Pretendo que, cuando alguno de 'estos' nos diga que no quiere pagar la deuda o que quiere distinguir la legítima de la ilegítima o que quiere gastar no sé cuántos miles de millones para gasto social, hasta el más ignorante piense que si le dice algo así a su mujer para las cuentas de su familia, le echan de casa.

El presentador de televisión presentará y se callará. Al cabo de un cuarto de hora, como se hacía en el programa '59 segundos', el micro desaparecerá, la imagen desaparecerá y el presentador dirá: "Se ha acabado la intervención de XX sobre el tema del déficit y la deuda". Mañana vendrá XX para lo mismo. Y pasado XX. Y el otro, XX. (Se entiende que cada XX es distinta de la anterior). La semana próxima, ronda de intervenciones sobre el tema XX. (Otra XX). Buenas noches, señores".

Y en cuatro o cinco semanas, a tema por semana, se acabó la campaña electoral.

¡Es tan sencillo todo!

¿Y por qué no lo hacen así?

Si veo y oigo a cada uno decir lo que piensa sobre los temas fundamentales, podré comparar, discurrir y votar. Hoy soy incapaz de hacer ninguna de las tres

¿Será que no saben? ¿Será que no quieren? ¿Será que la carga ideológica no les permite discurrir? ¿Será que es más cómodo echar la culpa a entes supraterrenales (el gran capital, la lucha de clases, la Revolución francesa traducida al español...) que hablar a la gente normal de forma normal? ¿Será...? Pues no sé lo que será, pero parece que ninguno de estos es capaz de hacerlo. Y si no son capaces, no me interesa ninguno.

Faltan más cosas, pero no me caben aquí ahora.

Ya he resuelto la primera entrevista televisiva.

Sigo sin contestar la pregunta sobre el hundimiento, pero pienso que si veo y oigo a cada uno decir lo que piensa sobre los cuatro, cinco, o a lo sumo seis, temas fundamentales, podré comparar, discurrir y votar. Hoy, en confianza, viéndoles y oyéndoles, soy incapaz de hacer ninguna de las tres cosas.

Esa es la campaña electoral que quiero. Baratísima. Y así, no tendré que molestarme en tirar a la papelera los sobres que me llenan el buzón ni me molestarán las banderolas y carteles con las fotos de los hijos de los candidatos, porque con tanto Photoshop, parecen eso: sus hijos. Alguno/a, sus nietos.

Y yo tendría datos para contestar a la pregunta: ¿qué hay que hacer para hundir España?

Y, en consecuencia, por primera vez en mucho tiempo, votaría con la cabeza en lugar de con las vísceras.

Seguiremos con las entrevistas. Porque, como consiga tener las ideas claras, a mí no me tose nadie.

Unos amigos míos tenían un negocio en el mismo lugar donde vivían. La casa, en el campo, era muy bonita. Detrás había una arboleda y, al fondo, estaba lo que ellos llamaban "la fábrica", que era un taller pequeño, muy apañado. El ambiente era buenísimo. No he dicho "el ambiente de trabajo", porque trabajar trabajar, más bien poco.

PIB Banco Central Europeo (BCE)