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Las uñas y el guitarrero
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Leopoldo Abadía

Desde San Quirico

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Las uñas y el guitarrero

Me hace gracia la expresión, que me va a ayudar en estas semanas que me quedan hasta las elecciones para ver las uñas de Mariano, Pablo, Pedro y Albert

Foto: Elecciones españa 26J
Elecciones españa 26J

He redescubierto un amigo. Nos vimos por última vez en el colegio y ahora, por esas cosas que pasan en la vida, nos hemos encontrado. Ponerse al día después de 70 años tiene mérito y exige horas. Ya llevamos unas cuantas comidas y lo que nos falta. Hablamos de todo. Tiene la cabeza clarísima. Hemos seguido trayectorias muy distintas, como es normal. Y, como es normal, nos interesan las mismas cosas, coincidimos en algunas, no coincidimos en otras y nos reímos recordando cuando éramos chavalicos, viendo fotos de la Zaragoza de entonces, cuando en Mola, 1 estaba nuestro colegio y en Mola, 3, el de las chicas que nos gustaban. Yo me casé con una de aquellas chicas y ėl, no, porque se fue a Madrid a trabajar.

Hablamos de política y de economía, que prácticamente es lo mismo. Le digo que en España sobran autonomías, momento en que me corta y me dice que ėl piensa igual desde hace años, con lo que, de una tacada, multiplico por dos (1 x 2) el número de personas de esta bendita nación nuestra que pensamos que este modelo de Estado es insostenible, o sea, que no lo aguanta ni su padre. Y si, además, dice mi amigo, muchos de los que viven del modelo y unos cuantos de los que pretenden vivir, no tienen uñas para guitarrero, esto pinta muy mal.

Nunca había oído lo de las uñas y el guitarrero. Mi amigo, que, por su trabajo profesional, viajó mucho, me dice que, en Argentina, eso quiere decir que alguien no posee las condiciones necesarias para llevar a cabo lo que se propone. Me hace gracia la expresión, que me va a ayudar en estas semanas que me quedan hasta las elecciones para ver las uñas de Mariano, Pablo, Pedro y Albert.

Cuando daba clases en el IESE, y tenía que evaluar a los chicos del Máster al final de curso, hacía dos juicios. El primero, de síntesis, sin mirar papeles. Pensaba en el alumno y me lo imaginaba trabajando en una empresa en la que yo tuviera algo que ver. Recordaba cómo era, cómo había intervenido en clase, cómo habíamos tomado juntos café, cómo discurría. Todo, por mi parte, de memoria. Y le calificaba. Después, empezaba el análisis. Repasaba mis notas, lo que había escrito sobre él después de las clases, sus exámenes. Y le calificaba. Luego hacía un promedio, dando normalmente más peso a la síntesis que al análisis, y en algunos casos al revés, según me pareciera.

Intento hacer lo mismo con estos chicos. A primera vista, me encuentro con que:

1. Ninguno se sienta delante de una pizarra y explica, en 20 minutos, la situación actual de la empresa (España) que ha dirigido o aspira a dirigir.

2. Todos hacen maniobras de distracción, como cuando en el campamento de Castillejos jugábamos a guerras. (Digo "jugábamos" porque si no hay peligro de que te maten, no te lo acabas de tomar en serio). Mariano, con Jordi Évole; Pablo, con Susanna Griso; el otro, con no sé quién; el otro, con otro no sé quién, distinto del anterior. Muy majos, con muy buenos presentadores, pero, en confianza, no me importa nada que uno sepa hacer muy bien huevos fritos en la cocina de Bertín porque hasta ahí llego yo.

Ninguno se sienta delante de una pizarra y explica, en 20 minutos, la situación actual de la empresa (España) que ha dirigido o aspira a dirigir

3. Siguen las maniobras de distracción. Pablo va a leer ahora un libro de Pedro J. sobre la Revolución Francesa, porque dice que va contra él. Yo leí ese libro hace dos años (se me quemó con el piso, en Junio de 2014) y después, al ver a esos mozos con esos atuendos, esas mozas con esas ansias de niños en comuna y educación revolcante, pensé que Pablo y sus amigos se habían leído el libro y estaban copiando. Pues, según Pablo, es al revés.

4. Vienen fogonazos. Mariano va a bajar los impuestos. Pedro los va a subir. Pablo, aunque está en Francia estudiando el libro de Pedro J., ya se pronunció. Va a gastar miles de millones más, que, aunque dice que los pagarán los ricos, al final acabarán pagando "los de siempre".

5. A niveles más bajos, la delirancia (palabro que no creo que exista, pero que me deja muy tranquilo), aflora las estupideces que todos llevamos dentro, que algunos tratamos de taponar y esconder y otros exhiben con gran entusiasmo. Desde la alcaldesa que desprecia a la guardia urbana y a los mossos d'esquadra hasta el ex alcalde que les paga el alquiler a los okupas; desde el míster España que es gay, a la exmiss España que es lesbiana y que hacen que me pregunte por qué no se presenta el gay a miss España y la lesbiana a míster, con lo que no habrá problemas de qué lavabos usar. Desde la inversión brasileña en 450.000 preservativos para que retocen amigablemente 10.500 mozos y mozas, que van a volver agotados de tanto juego olímpico y tanto retozo. (450.000 dividido por 10.500 igual a 45. Todo en 16 días, lo cual llega a 2,81 retozos por día. Solo de pensarlo me canso. ¡Pobres chicos! No van a batir ni una marca.

Como sigo leyendo mis dos periódicos, y no avanzo, he decidido dar un paso adelante. Me he reunido con el alcalde de San Quirico y con el director de San Quirico TV. Les he propuesto un programa en el que, lleno de originalidad (no se le ha ocurrido todavía a nadie), voy a hacer entrevistas a Mariano, Pedro, Pablo y Albert.

No quiero hacerlo en la fonda, para que los vecinos no se pongan detrás del entrevistado para saludar. Tampoco lo haremos en el centro cívico, donde suele haber niños jugando, para que no haya que pixelar las caras de los críos, con lo que la entrevista perdería espontaneidad. Lo haremos en el despacho del alcalde y quitaremos la foto de Carles y las banderas para que nadie diga que interferimos en las elecciones españolas.

Al principio pensé no mandar a Mariano y los demás las preguntas que les voy a hacer, pero, ante la posibilidad de que, en mi programa, no queden bien, se las voy a enviar, para que se las preparen. Son cuatro. Las pongo a continuación.

1. Hágame, por favor, un diagnóstico de la situación actual.

(Si no me hablan del déficit, la deuda, el número de personas sin empleo, el sistema de pensiones, el modelo de Estado y nuestra pertenencia a Europa, haré, sonriente y cariñoso, mi primer juicio de síntesis: suspendido).

2. Qué piensa hacer usted con los impuestos. ¿Subirlos, bajarlos, o qué?

Pregunta trampa a Mariano, que los quiere bajar. Es posible que alguien le haya convencido de que sería conveniente seguir la 'supply-side theory', que, como todo español sabe, quiere decir que "lowering tax rates may generate more government revenue than would otherwise be expected at the lower tax rate because moving off of a prohibitively high tax system could generate more economic activity, which would lead to increased opportunities for tax revenues". (A los de Harvard, cuando nos ponemos, no nos aguanta nadie).

Por supuesto, Mariano no lo dirá así, porque si lo dice, varios millones de españoles, además de quedarse de piedra, se pueden partir de risa.

Pero algo tendrá que explicar, porque si tenemos que reducir el déficit, no porque la Unión Europea nos lo exija, sino porque nos lo exigimos nosotros mismos porque para eso somos mayorcitos y cuando firmamos algo, es para cumplirlo, lo normal será decir que quizá subiremos los impuestos, quizá haremos recortes de gastos y quizá, si no llega, nos endeudaremos un poquico más.

Y me gustará que diga que, como estamos creciendo, con unos impuestos más bajos, el Estado ingresará lo mismo, lo cual no es supply-side, pero es más fácil de explicar. También me gustará que diga que va a luchar con uñas y dientes para que algunos políticos no hagan tonterías y destinen "diners en proyects que no son prioritaris, com infraestructures, que tenen uns altos costos de manteniment, i que mai serán rendibles", como dice un político catalán sensato, especie que también existe en Cataluña, aunque, a veces, los otros hagan más ruido.

3. Qué va usted a hacer con la deuda.

Pregunta trampa para Pablo, porque me parece que, hace tiempo, quizá contagiado por su amigo Alexis, hablaba de la deuda legítima y la ilegítima, cosa que me hizo mucha ilusión, porque, si gana, consideraré los impuestos de San Quirico como deuda ilegítima y no voy a pagar ni la tasa de reciclaje.

4. Qué va usted a hacer para reducir el número de personas sin empleo.

Suspenderé al que no me diga que va a hacer dos cosas: favorecer todo lo que pueda a la empresa privada; invertir mucho en formación

Pregunta trampa para todos. Suspenderé al que no me diga que va a hacer dos cosas: a) favorecer todo lo que pueda a la empresa privada; b) invertir mucho, pero que mucho, en formación, para que las personas que trabajan aprendan lo necesario para los nuevos puestos de trabajo que se están cargando los antiguos a toda velocidad, como muy bien dije yo en un artículo en El Confidencial que se titulaba "The technology-driven displacement". (El paso por Harvard me marcó definitivamente).

Aquí se acabará la entrevista. Hay más temas, alguno muy importante, pero prefiero dejarlos para una segunda ronda después de las elecciones.

Han pasado unos días. Me llama el alcalde de San Quirico. Voy a verle a su despacho. Me recibe, majo como siempre, mientras se fuma, con la ventana abierta, el tercer puro del día. Dice que la entrevista por la TV local está teniendo muy buena acogida por los anunciantes y que alguna tele española y otra de la Cataluña Norte ya le han pedido conexión. Que esto tiene la ventaja del dinero que entrará, que nos vendrá muy bien, y el inconveniente de que igual aparecen muchos turistas, cosa que no nos haría ninguna gracia, porque aquí, los que estamos, estamos fenomenal.

Sin ir más lejos, al acabar la entrevista con el alcalde, me encuentro a mi vecino Claudio. Me dice que ya tiene cinco gallinas ponedoras y que mis nietos ya pueden ir a por huevos cuando quieran.

Y eso, con turistas, se acabó.

He redescubierto un amigo. Nos vimos por última vez en el colegio y ahora, por esas cosas que pasan en la vida, nos hemos encontrado. Ponerse al día después de 70 años tiene mérito y exige horas. Ya llevamos unas cuantas comidas y lo que nos falta. Hablamos de todo. Tiene la cabeza clarísima. Hemos seguido trayectorias muy distintas, como es normal. Y, como es normal, nos interesan las mismas cosas, coincidimos en algunas, no coincidimos en otras y nos reímos recordando cuando éramos chavalicos, viendo fotos de la Zaragoza de entonces, cuando en Mola, 1 estaba nuestro colegio y en Mola, 3, el de las chicas que nos gustaban. Yo me casé con una de aquellas chicas y ėl, no, porque se fue a Madrid a trabajar.

Mariano Rajoy Pedro Sánchez
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