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Leopoldo Abadía

Desde San Quirico

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Europa, Europa, Europa

Algo había que hacer para evitar que cada cierto tiempo los europeos nos liáramos a bofetadas y que, en su lugar, alguna vez llegáramos a construir los Estados Unidos de Europa

Foto: Vista de la bandera de la Unión Europea atada con una cuerda.
Vista de la bandera de la Unión Europea atada con una cuerda.

Leo que "fe es tener un pie en el suelo, un pie en el aire y una sensación de mareo en el estómago”. Y, como siempre me pasa, admiro a los que tienen fe, sea como virtud teologal, sea como fe en sí mismos, en sus capacidades, en sus ganas de trabajar, en ese proyecto que les ilusiona, que hace que muchos les crean y estén dispuestos a seguirles.

Esas personas hacen mucha falta ahora, como han hecho mucha falta siempre, aunque me parece que en estos momentos les necesitamos un poquico más.

Repaso las cosas que voy escribiendo y no sé si me he pasado por el otro lado. Siempre he dicho —y lo sigo diciendo— que las cuentas tienen que cuadrar. Cuando alguien me ha hablado del balance de su empresa, muchas veces le he preguntado en broma si lo de la derecha (el pasivo) coincidía con lo de la izquierda (el activo). Y luego he repetido continuamente que no se podía estirar el brazo más que la manga y que de donde no hay, no se puede sacar.

Y me he metido despiadadamente con el político que ignoraba el déficit y que por eso lo hacía crecer a lo loco y con el otro político —quizás era el mismo— al que le encantaba la deuda y no le importaba nada que en los Presupuestos apareciera una partida —los intereses— que a cualquier persona normal, incluida su madre, le habría impedido vivir tranquila durante muchos días.

He defendido todo eso, lo defiendo y lo defenderé siempre. Y el día que no lo defienda, que alguien escriba un comentario en este periódico preguntando si se me fue la olla.

Veo las declaraciones de Mario Draghi, que ya no se acuerda de cuando trabajaba en Goldman Sachs, hogar de acogida de tantos personajes que, pobres, no tendrían dónde caerse muertos si no fuera por la labor social que hace con ellos esa bendita institución...

Corto, porque esta frase me ha salido tan bien que prefiero dejarla así y no estropearla.

Sigo. Había empezado a decir que Mario, hace unos días, recomendó recuperar "el espíritu De Gasperi".

Como hago siempre, pregunto a mis nietos quién era De Gasperi y ponen cara de palo; no tienen ni idea de quién fue y no se entusiasman con la tarea de recuperar su espíritu.

Pero otros sí que sabemos quién era De Gasperi, y Schuman, y Adenauer, y Monnet, y todos aquellos que un día —todavía no han pasado 100 años— pensaron que algo había que hacer para evitar que cada cierto tiempo los europeos nos liáramos a bofetadas y que, en su lugar, alguna vez llegáramos a construir los Estados Unidos de Europa.

Nadie dijo que fuera un trabajo fácil. Nadie dijo que fuera corto, que se hiciera en un plis plas. Nadie dijo que no habría que hacer cesiones. Pero ya se veía que lo otro —naciones yendo cada una a lo suyo, o esperando a que viniera un 'chalao' y se pusiera a limpiar étnicamente su país y, si podía, otros países cercanos, o pensando qué bien se vive en mi pueblo porque aquí no molesta nadie y todos nos conocemos—, lo otro, digo, podía estar muy bien hace unos años (lo del 'chalao' no, por supuesto), cuando bastante hacíamos con pensar en nosotros mismos.

Sí que es verdad que antes, algunos habían pensado en grande. Carlos V, venga a viajar por su Imperio, gastando el dinero que no tenía; Felipe II, sin conseguir dormir porque siempre había sol en sus dominios, y bastantes otros que sin saber, como mis nietos, quién era De Gasperi, empezaban a olfatear que el mundo no se acababa en Tordesillas.

Los De Gasperi, Schuman, etc. han sido sucedidos por los Rajoy, Hollande, Merkel, Renzi, que, empujados por gente como yo, que siempre estamos amenazando con suspensiones de pagos y cracs de los bancos si no sois serios, se olvidan de De Gasperi, viajan más que Carlos V, se reúnen mucho y... no pueden evitar que uno de ellos, previo referéndum, se largue. Y tampoco pueden evitar que la señora Le Pen, digna hija de su padre, y alguno otro más, a cuyo padre no conocí, aseguren muy serios que, si ganan ellos, también se largan.

Como el proyecto de construir Europa tiene sus ventajas y sus inconvenientes, necesitamos personas como aquellas que tuvieron la idea y se pusieron a trabajar.

Personas que sean capaces de pensar y decir que quieren "constituir una solidaridad de la razón y del sentimiento, de la fraternidad y de la justicia, e insuflar a la unidad europea el espíritu heroico de la libertad y del sacrificio, que ha sido siempre el de la decisión en los grandes momentos de la historia".

El que quiera irse, que se vaya. Pero que antes alguien diga la verdad y haga las cuentas honradamente

Y el que quiera irse, que se vaya. Si Cameron metió la pata, aprendamos para cuando otro quiera meterla también. Y si Cataluña quiere irse de España y, como consecuencia, de la Unión Europea, que se vaya. Pero que antes alguien diga la verdad y haga las cuentas honradamente. En Cataluña, el espíritu De Gasperi será sustituido por el espíritu Oriol Junqueras/Ada Colau/Carles Puigdemont. Como son personas, todos ellos tienen espíritu, pero no sé si es comparable con el de aquel.

Y sobre todo, si cualquier decisión está basada en mentiras, que alguien diga: "¡Eso es falso!". Y que lo diga antes de la votación, del referéndum, de la consulta o como quieran llamarle, porque es muy cómodo mentir y luego decir con cara sonriente: "Je, je, os engañé".

P.S.

1. Aclaración innecesaria: la frase entrecomillada sobre la solidaridad de la razón y el sentimiento etc. NO está sacada de los discursos pre-terceras elecciones de Rajoy, Sánchez, Iglesias, Rivera.

2. Cuando digo que "el que quiera irse, que se vaya", añado: NO QUIERO QUE SE VAYA NADIE. NO ME HA GUSTADO NADA EL BREXIT.

3. Añado otra cosa: NO QUIERO QUE ENTREN LOS QUE NO TIENEN QUE ENTRAR, por ejemplo, Turquía.

4. Me parecerá muy bien que los Estados Unidos de Europa se hagan amigos de Turquía y de Rusia y de Corea del Norte. Pero una cosa es tener amigos y otra, invitarles a vivir en tu casa.

5. Quiero que Europa tenga un UN GOBIERNO FUERTE, UN PRESIDENTE FUERTE Y UN PARLAMENTO FUERTE, no formado por los jubilados por cualquier razón en sus países respectivos.

6. Porque tendrán que 'lidiar' con un presidente fuerte en Estados Unidos (Donald Trump, según me aseguró ayer un amigo recién llegado de allí), un Gobierno fuerte, un Congreso fuerte en el que hay unos senadores fuertes, etc. Y con otros que no serán como la Madre Angélica, la que tenía un pie en el suelo y un pie en el aire.

7. O sea, Brexit = más Europa y a más velocidad. Por el camino se tienen que ir quedando muchos politiquillos y manteniéndose e incorporándose politicazos, estadistas, que sepan quién era De Gasperi.

8. ¡Qué poco futuro político tienen mis nietos!

Leo que "fe es tener un pie en el suelo, un pie en el aire y una sensación de mareo en el estómago”. Y, como siempre me pasa, admiro a los que tienen fe, sea como virtud teologal, sea como fe en sí mismos, en sus capacidades, en sus ganas de trabajar, en ese proyecto que les ilusiona, que hace que muchos les crean y estén dispuestos a seguirles.

Mario Draghi Unión Europea Brexit