Es noticia
A pesar de
  1. España
  2. Desde San Quirico
Leopoldo Abadía

Desde San Quirico

Por

A pesar de

El informe semanal que edita 'Estudios de Política Exterior' dice que "el siglo XXI está siendo, en comparación, el más pacífico que haya conocido la historia"

Foto: Unos niños afganos hacen volar unas cometas durante el Día Internacional de la Paz en Kabul. (EFE)
Unos niños afganos hacen volar unas cometas durante el Día Internacional de la Paz en Kabul. (EFE)

Siempre me ha gustado la política exterior. Quizá por la manía que tengo de que hay que pensar en grande, aunque me cueste y me resulte más fácil meterme con el alcalde de San Quirico o con el presidente de la caja de ahorros de ese pueblo.

La política exterior me descansa. Enterarme de las veleidades de Putin, a quien parece que le cae mejor Donald que Hillary, me preocupa en teoría, pero me deja tranquilo en la práctica, porque no puedo hacer nada para que a Vladimir le guste más la señora Clinton.

Por eso recibo con agradecimiento el informe semanal que edita 'Estudios de Política Exterior'. Me lo ha mandado mi amigo Juan Carlos, que sabe lo que me gusta. Debe pensar, además, que, con estos envíos, me levanta el punto de mira y me afloja la boina, que, tal y como están las cosas en España, se me está apretando cada día más, corriendo el peligro de pensar que más allá de los Pirineos por el norte o más allá de Cáceres y Badajoz por el oeste, no hay nada en el mundo que merezca la pena.

El comentario de Juan Carlos, acompañando el informe, es un poco desmoralizante. Se limita a decir: "Uffff...".

Ignoro el uffff y lo leo. Los artículos, muy interesantes, van desde lo que el informe llama "italianización de la UE" hasta "la intacta impunidad de Pyongyang" o la obligada espera del TTIP, pasando por Siria y la segunda guerra fría, los crímenes de Estado en Manila, etc. Temas que hacen que esta semana yo pueda dejar tranquilos, por elevación, a los que pretenden mandar en España.

Solo llevamos 16 años de siglo, pero, incluso así, la afirmación me deja a cuadros y me hace pensar en lo bestias que han debido ser los siglos anteriores

En el informe hay un apartado, "Apuntes". Ahí me encuentro con una noticia que me sorprende. Dice que "el siglo XXI está siendo, en comparación, el más pacífico que haya conocido la historia". Es verdad que solo llevamos 16 años de siglo, pero, incluso así, la afirmación me deja a cuadros y me hace pensar en lo bestias que han debido ser los siglos anteriores, incluido el siglo XX, que es el que conozco mejor.

El artículo profundiza y dice que esto es así aun contando los 3.000 muertos de las Torres Gemelas y todas las cosas que leemos a diario o que vemos en cualquier telediario de cualquier cadena, donde no aparece una buena noticia ni a tiros. Mejor dicho, a tiros aparecen demasiadas, que hacen que uno dude de que estemos pasando la buena racha de que habla el informe.

Sigo leyendo. Como para quitar importancia a lo que me desconcierta, me encuentro con que la violencia está fundamentalmente concentrada en Oriente Próximo, África y el Sureste asiático. O sea, lejos. Que la mitad de los 430.000 homicidios anuales tienen lugar en 'solo' 25 países, principalmente latinoamericanos. Lejos.

No sé si soy un maniático, pero no me quedo nada tranquilo. Oigo decir al Papa que están matando más cristianos que nunca. Que ni Nerón ni Diocleciano ni ninguno de aquellos chicos tan majos se cargaron tanta gente. No hago más que ver noticias de tipos que matan a su mujer o que, aprovechando las facilidades, compran un fusil, se van a un colegio o a una isla donde se reúnen las juventudes de un partido y no dejan ni uno.

Veo otra cosa, que me preocupa. Sucede en España: la propaganda política basada en el ataque personal, en la división de la sociedad —buenos los míos, malos todos los demás—, la crítica constante —muchas veces apoyada en falsedades— crea un clima que no me gusta.

Clima que no 'se contabiliza' como violencia, pero que va existiendo. Me lo encuentro con demasiada frecuencia. Y supongo que los del informe lo ignoran, porque, comparado con los 430.000 homicidios, no es nada.

Lo último que hago cuando preparo una conferencia o escribo un artículo es poner el título. Me resulta más fácil. Así, siempre es coherente con el contenido

Me piden que dé una conferencia en una convención sectorial. Hablo con el responsable para concretar sus objetivos y ver cómo puedo ayudarles. Me dice que solo tienen un objetivo: el optimismo. Que diga lo que quiera, con tal de que salgan más optimistas de lo que entraron.

Como siempre, tendré que hablar de actitud personal. No les daré datos macro como los del informe de política exterior, porque decir que este siglo es el más pacífico de todos los siglos no les ayudará nada cuando levanten la persiana el día siguiente. Estos señores viven aquí y están metidos en nuestro ambiente. Y ahí es donde tienen que ser optimistas.

Como siempre, lo último que hago cuando preparo una conferencia o escribo un artículo es poner el título. Me resulta más fácil. De este modo, siempre es coherente con el contenido.

Me parece que la conferencia se va a titular "A pesar de". Y, como me gusta, este artículo también se va a titular así.

Porque:

A pesar de las cosas que se oyen.

A pesar de las cosas que se ven.

A pesar de que algunos se empeñan en convencernos de que hay aberraciones que no son solo buenas, sino recomendables.

A pesar del entorno, a veces sofocante.

Y otros varios 'a pesar de', no podemos olvidar que estamos viviendo en el siglo más pacífico de la historia.

Al llegar aquí, me he puesto a leer 'La Vanguardia' de hoy por segunda vez, dispuesto a ver solo las cosas positivas y a salir optimista, con ganas de hacer muchas cosas buenas y de 'arrasar', en el buen sentido.

No se preocupen por las noticias malas. Porque las noticias políticas, con frecuencia, son malas y cuando son buenas, no nos las creemos

Veo que:

Obama carga contra los 'muros'.

El Papa dice que "solo la paz es santa".

El Rey llama desde la ONU al sentido del deber de los políticos.

Y lo que más me gusta. En su artículo, Antón Costas dice que "parece como si la economía se hubiera decidido a tirar por su cuenta, al margen de la política".

Ya tengo el esquema de la conferencia y mis objetivos, que coinciden con lo que los organizadores esperan de mí.

Resumen: que no se preocupen por las noticias malas. Porque las noticias políticas, con frecuencia, son malas y cuando son buenas, no nos las creemos.

Por ejemplo: le preguntan a Luis de Guindos por el exministro Soria. Dice que, mientras hablábamos de Soria, él conseguía evitar una multa de 5.000 millones a España por el incumplimiento del compromiso de déficit. Pues tiene razón. Supongo que lo de Soria ha sido una metedura de pata de Luis, pero con los 5.000 millones la ha sacado. Digo esto en un programa de radio y el presentador pone una cara como para pedirle perdón. No se ha creído nada, a pesar de mi buena voluntad.

Noticias macro y trabajo micro. Y cuanto más pacífico sea el trabajo micro, mejores las estadísticas que maneja el informe. Aquí, uso la palabra 'pacífico' como centrada en lo que es el trabajo, que ya es bastante.

En España y fuera de España, hay muchas, muchísimas personas que trabajan en serio

A los asistentes a mi conferencia les diré que eso es el optimismo. Que ya sé que pasan miles de cosas desagradables. Que ya sé que, en España, llevamos meses y meses perdiendo el tiempo. Que ya sé que, fuera de España, también se pierde el tiempo en cosas fundamentales. (Por cierto, ¿dónde están los miles y miles de refugiados que, de repente, han desaparecido?).

Pero, en España y fuera de España, hay muchas, muchísimas personas que trabajan en serio. Estoy seguro de que los que asistan a mi conferencia son de esos.

Es posible que, cuando acabe de hablar, solo les haya quedado claro lo de "tirar por su cuenta", como dice Antón Costas.

Igual con eso han amortizado el esfuerzo de escucharme.

Siempre me ha gustado la política exterior. Quizá por la manía que tengo de que hay que pensar en grande, aunque me cueste y me resulte más fácil meterme con el alcalde de San Quirico o con el presidente de la caja de ahorros de ese pueblo.

Política exterior