Una foto antigua

No hace mucho, mis hijos me regalaron una foto entrañable, totalmente inesperada. La fecha, abril de 1917. Los fotografiados, alumnos de distintos colegios, que se examinaban en el Instituto de Zaragoza.

Foto entrañable, porque en la cuarta fila está mi padre, entonces un crío de 16 años, y en la quinta, el que 41 años más tarde sería mi suegro, Fausto Jordana de Pozas.

La foto no se acaba ahí. Hay más personajes: Luis Buñuel, Ramón J. Sender. Está también Eduardo Baeza, el gobernador de Barcelona durante la huelga de tranvías de 1951, en la que muchos nos lo pasamos muy bien, sin coger el tranvía y sin saber, ignorantes, que hacíamos una huelga contra Franco.

Ya lo he puesto en mi currículo, para que quede constancia de que no estuve en París en mayo de 1968, ni en la Caputxinada de Barcelona de marzo de 1966, ni corrí delante de los grises ni tiré adoquines a las fuerzas de orden público, pero tampoco soy un cualquiera. Fui huelguista.

La foto me ha ilusionado y me ha hecho pensar. Al principio me dio por lo negativo: de estos no queda nadie, eso nos pasará a nosotros dentro de cuatro días, no merece la pena tomarse las cosas demasiado en serio, porque total, ¿pa qué? (Cuando me pongo blando, me salen las baturradas). Cosas así.

Todos dejamos rastro. No solo Buñuel o Sender. Mi padre, también. Y mi suegro. Y todos los de la foto, famosos y menos famosos, los más numerosos

Pero luego volví a la realidad: ¡claro que vale la pena! Porque todos, todos, TODOS, dejamos rastro. No solo Luis Buñuel, con sus películas, ni Sender con su 'Réquiem por un campesino español'. Mi padre, también. Y mi suegro. Y todos los de la foto, famosos y los menos famosos, que son los más numerosos.

Ha ganado Pedro Sánchez. No les ha gustado a todos. En primer lugar, a Susana y a Patxi. Y a algún articulista que dice que los votantes se han equivocado. Y a otro que asegura que lo de Sánchez es como lo de la revolución rusa de 1917, traducida al español: "¡Todo el poder para los soviets! ¡Nada para los viejos popes como Felipe González ni para los barones!".

Vuelvo a mirar la foto. No queda nadie. Quedan los hijos y los nietos Abadía-Jordana. Y el trabajo bien hecho de Palá Mediano, el notario de mi familia. Y el del veterinario Respaldiza.

Todos tuvieron sus altibajos. Alguna vez ganaron alguna elección y muchas veces las perdieron.

Hay otros importantes, quizá más, que se creyeron lo del trabajo bien empezado. Hay que imitar a esos, que no son genios y que, sin embargo, dejan huella

He pensado muchas veces —creo que lo he escrito en algún sitio, quizás en El Confidencial— que lo fundamental es intentar trabajar bien. Que si se trabaja bien, con frecuencia el resultado es bueno. Pero que, también con frecuencia, las cosas no salen bien, aun habiendo puesto todos los sentidos (otra baturrada).

Y eso hay que enseñárselo a nuestros hijos y a nuestros nietos y, si hay ocasión, a nuestros biznietos, que, con tanta tele y tanto tuit y tanto de tanto, se pueden sentir fracasados si no juegan como Messi, si no ganan elecciones como Trump o no suben al Everest y bajan, todo ello en 26 horas, como Kilian Jornet, que además lo hace sin oxígeno, sin 'sherpas' y sin cuerdas.

A mis nietos les enseño la foto y les hablo de sus bisabuelos, y de Buñuel y de Sender. Pero tengo que inventar algo para que sepan que esos no son los únicos importantes: que en esa foto hay otros importantes, quizá más, que se creyeron lo del trabajo bien empezado, bien desarrollado y bien acabado, y que hay que imitar a esos, que no son genios, que son normalitos y que, sin embargo, dejan huella.

Se murió Nicky Hayden. Leo que no tenía el talento natural de Pedrosa, Viñales o Lorenzo, pero que era muy buena persona, muy fiel a la marca para la que corría, con una responsabilidad extraordinaria en el trabajo.

No había oído hablar nunca de Nicky. Pero, por lo que veo, este chico ha dejado huella.

Como los desconocidos de la foto.