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Se busca a Ruiz Mateos en Mallorca
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Matías Vallés

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Se busca a Ruiz Mateos en Mallorca

Treinta años después del desmantelamiento de Rumasa, José María Ruiz Mateos puede convertirse en el primer hotelero mallorquín detenido, si insiste en desobedecer las convocatorias del

Treinta años después del desmantelamiento de Rumasa, José María Ruiz Mateos puede convertirse en el primer hotelero mallorquín detenido, si insiste en desobedecer las convocatorias del juzgado de Instrucción que investiga sus sombrías adquisiciones de establecimientos isleños. El jovial empresario se ha aferrado a todas las entradas de un vademécum de patologías, para soslayar su declaración en una de las querellas que han seguido al impago de sus deudas. Sus hijos han declarado en ocasiones precedentes en Mallorca, delegando la gestión en el 'pater familias'.

Ruiz Mateos, se busca. Los hoteleros mallorquines se dividieron durante la década pasada entre quienes sucumbieron a los cantos de sirena del empresario jerezano, y quienes comprendieron de inmediato que el creativo sistema de pagarés conduciría a un final desolador. Con el matiz adicional de que los vendedores de establecimientos a la nueva Rumasa actuaban con un trasfondo ideológico. Aunque las ideas no deben confundirse con el dinero, los vendedores estaban orgullosos de contribuir a la rehabilitación del empresario. Cobrando, claro, y en cuanto el flujo se interrumpió tuvieron que desenfundar sus armas legales. Las acciones penales duran ya dos años. En el momento de la euforia, uno de los querellantes afirmaba sin titubear que "yo de Ruiz Mateos me fío por completo".

Los hoteleros previsores se frotan hoy las manos y se reúnen a manteles para burlarse de los incautos. Alguno de los vendedores hubiera preferido hacerse socialista, antes que entregar su hotel a quien lo dejó a medio pagar. La sabiduría oriental afirma que la segunda vez que tropiezas con la misma piedra, la piedra ya no tiene la culpa. O algo así. Los damnificados mallorquines por cantidades sustanciosas pueden quejarse de que los MSM o 'mainstream media' o medios de comunicación de masas no les advirtieron de las trampas que ocultaba Nueva Rumasa. Por supuesto, las páginas de publicidad que pagó el singular jerezano no tienen nada que ver con el clamoroso silencio mediático.

Además de media docena de hoteles con un número considerable de camas, Ruiz Mateos también adquirió 'El Caserío', la mítica quesería menorquina. Negoció asimismo la compra –o lo que sea, vista la naturaleza de las operaciones– de la Policlínica Miramar, una de las clínicas privadas más significadas de Palma, donde antaño fuera intervenido Juan Carlos de Borbón. Ahora mismo, una juez cavila el procedimiento para conseguir que el empresario declare. Mallorca es la isla que sentó a Urdangarin ante la justicia, pero el hombre que se enfrentó a Boyer milita en ligas superiores.Los hoteleros previsores se frotan hoy las manos y se reúnen a manteles para burlarse de los incautos. Alguno de los vendedores hubiera preferido hacerse socialista, antes que entregar su hotel a quien lo dejó a medio pagar.

Treinta años después del desmantelamiento de Rumasa, José María Ruiz Mateos puede convertirse en el primer hotelero mallorquín detenido, si insiste en desobedecer las convocatorias del juzgado de Instrucción que investiga sus sombrías adquisiciones de establecimientos isleños. El jovial empresario se ha aferrado a todas las entradas de un vademécum de patologías, para soslayar su declaración en una de las querellas que han seguido al impago de sus deudas. Sus hijos han declarado en ocasiones precedentes en Mallorca, delegando la gestión en el 'pater familias'.

José María Ruiz-Mateos