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Felipe y Letizia deciden en Mallorca quién manda en la pareja
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Matías Vallés

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Felipe y Letizia deciden en Mallorca quién manda en la pareja

En todas las parejas reales hay una víctima, no siempre del mismo sexo. Sería cruel especificar públicamente quién ha sido la sufridora en el caso concreto

En todas las parejas reales hay una víctima, no siempre del mismo sexo. Sería cruel especificar públicamente quién ha sido la sufridora en el caso concreto de Juan Carlos de Borbón y Sofía de Grecia. De hecho, la Reina aprovechaba su abultada experiencia para consolar en Mallorca a Lady Di, con un relato pormenorizado de las esclavitudes sentimentales que comportaba el matrimonio con un monarca. La pedagogía de Marivent no surtió demasiado efecto, a la vista de los acontecimientos. En cambio, el dimitido Alberto de Bélgica ha sido un distinguido espectador de las infidelidades de Paola de Lieja, y tiene más mérito por haber mantenido la unidad de su matrimonio que del disoluto Reino de Bélgica, el país sin belgas. Iba a añadir que la pareja disfrutó en Mallorca de su luna de miel y de sus bodas de plata, pero eso ya se lo imaginaban ustedes.

La tesis de este documentado artículo es que las idas y venidas de Felipe de Borbón y Letizia Ortiz se encaminan a definir quién será la víctima de la pareja, un interrogante de dimensión estatal cuando no histórico. Nos basamos para ello en el extraño vodevil que se ha vivido en Mallorca, aunque nuestros lectores más avezados se limitarán a felicitarnos por nuestro aclamado titular “El Príncipe está triste, ¿qué tendrá el Príncipe?”, premonitorio y publicado una semana atrás. La Princesa de Asturias ha utilizado su olímpico desprecio por Mallorca para reforzar la cuota de poder en su matrimonio y en el conjunto de la Familia Real.

Fue en Mallorca donde, unos años atrás, quedó establecido para la eternidad el concepto sindicalista que Letizia tiene de su labor. Para cebar las declaraciones anodinas que prodigan los miembros de la Familia Real, una periodista le planteó inocentemente:

¿Quién ha sido el ganador del pulso estival entre Felipe y Letizia? La respuesta la teníamos ayer, cuando se anunciaba que Felipe de Borbón adelantaba su regreso de Mallorca a Madrid ante la polvareda desatada

-¿Qué tal las vacaciones, Alteza?

La aludida respondió con la brusquedad que la caracteriza:

-¿Te parece que esto son unas vacaciones?

Letizia es la única entre diez millones de turistas que odia su lugar de veraneo mallorquín, pese a que las disfruta en un palacete privado y todo incluido, sin gastarse un euro. Durante sus breves jornadas en la isla sólo ha efectuado dos apariciones protocolarias. La primera consistió en el tradicional posado junto al Príncipe y a sus hijas en el que no articuló palabra y limitó su expresión a un leve cabeceo. Ni ‘¡Hola!’ pudo camuflar el principesco desdén en su exhaustivo reportaje. La segunda comparecencia tuvo lugar en la cena de despedida a las autoridades locales que el Rey programó al día siguiente de su llegada. El despectivo atuendo que lucía en la segunda ocasión simboliza su malestar vacacional, y también refuerza su interés por demostrarle al Príncipe quién manda aquí.

Letizia se negó a acompañar a su marido a la entrega de trofeos de la Copa del Rey, los Príncipes tampoco asistieron al tradicional concierto veraniego de su amigo Jaime Anglada. Los matrimonios suelen reservarse el verano para consolidar la convivencia que se resiente durante el resto del año, por lo menos en la ortodoxia familiar que en principio propugna la monarquía. En cambio, los Príncipes de Asturias han hecho lo posible por no coincidir durante el verano, tal vez porque trabajan juntos el resto del año. No es exagerado afirmar que han librado una versión privada de ‘Guerra mundial Z’, entre otras cosas porque una de sus únicas actividades conjuntas en la isla fue asistir a una proyección de esta película en versión original. En la Sala Augusta de “la isla de Palma”, como diría Rajoy fin de la cita.

La primera pregunta al saber que los Príncipes de Asturias han acudido al cine juntos plantea si han visto la misma película. Por fuerza había de afectarles la historia de un matrimonio rubio con dos hijas pequeñas, obligado a vivir en el exilio. La emocionante historia no modificó su voluntad de separarse unos días después. ¿Quién ha sido el ganador del pulso estival entre Felipe y Letizia? La respuesta la teníamos ayer, cuando se anunciaba que Felipe de Borbón adelantaba su regreso de Mallorca a Madrid ante la polvareda desatada. A fecha de hoy, la nueva Familia Real es un matriarcado.

placeholder Los Príncipes de Asturias con sus hijas, las infantas Leonor (2d) y Sofía (2i), en la Sierra de Tramuntana (Mallorca). (EFE)

En todas las parejas reales hay una víctima, no siempre del mismo sexo. Sería cruel especificar públicamente quién ha sido la sufridora en el caso concreto de Juan Carlos de Borbón y Sofía de Grecia. De hecho, la Reina aprovechaba su abultada experiencia para consolar en Mallorca a Lady Di, con un relato pormenorizado de las esclavitudes sentimentales que comportaba el matrimonio con un monarca. La pedagogía de Marivent no surtió demasiado efecto, a la vista de los acontecimientos. En cambio, el dimitido Alberto de Bélgica ha sido un distinguido espectador de las infidelidades de Paola de Lieja, y tiene más mérito por haber mantenido la unidad de su matrimonio que del disoluto Reino de Bélgica, el país sin belgas. Iba a añadir que la pareja disfrutó en Mallorca de su luna de miel y de sus bodas de plata, pero eso ya se lo imaginaban ustedes.

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