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Del linchamiento, algo más que moral, de Aznar (y Garzón como verdugo)
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Federico Quevedo

Dos Palabras

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Del linchamiento, algo más que moral, de Aznar (y Garzón como verdugo)

Si ya de por sí el diario El País es un ejemplo continuo de manipulación informativa y de cómo se utiliza la información para transmitir opinión,

Si ya de por sí el diario El País es un ejemplo continuo de manipulación informativa y de cómo se utiliza la información para transmitir opinión, con esto del sumario abierto por Garzón como causa general contra el Partido Popular, el buque insignia del Grupo Prisa está rompiendo moldes. Solo espero que algún día los alumnos de Periodismo lo utilicen en sus prácticas como ejemplo de lo que nunca debe ser y lo que nunca debe hacerse. Pero lo cierto es que una vez que los herederos de Polanco han conseguido del Gobierno lo que querían y necesitaban -es decir, pasta gansa-, se han dedicado a lo que mejor saben hacer, que no es otra cosa que servir de garrote vil del socialismo contra la derecha. Y contra Aznar, en particular. Alguna que otra vez he escrito que Aznar ha sido, y sigue siendo, una especie de bestia negra para la progresía… No hay más que ver como echan algunos de ellos -María Antonia, Enric y compañía- espumarajos por la boca cada vez que sale su nombre a la palestra. Le odian, es un odio africano, casi -bueno, sin casi- enfermizo, de psiquiatra. Pero al mismo tiempo le necesitan para poder descargar en él todas sus contradicciones y sentimientos de mala conciencia, convirtiéndolo en blanco de sus peores deseos y motivo de sus más horribles pesadillas. ¿La razón? Qué les ganó dos veces, la segunda por mayoría absoluta, y encima gobernó de coj… aunque en la segunda mitad de su segunda legislatura el propio Aznar se subiera a lomos del jamelgo de la soberbia y tirara por la borda toda su obra. Pero da igual, fue el mejor presidente que ha tenido hasta ahora este país, y a ellos eso les jode porque lo saben.

Por eso toda su obsesión es acabar con él, no físicamente -aunque no falta quien estaría dispuesto a hacerlo, de hecho algunos lo intentaron-, sino políticamente, y si fuera posible meterlo en la cárcel, ni les cuento. No pueden soportar que Felipe González pasara a la Historia como el presidente de la corrupción y los GAL, y que Rodríguez lo haga como el campeón de la incompetencia, y que Aznar sea recordado en los libros como el presidente que enriqueció a este país y lo metió, de verdad, en la champions league de las naciones que cuentan. No son conscientes de que el propio Aznar se está cavando él solito, sin necesidad de ayuda, su propia tumba haciendo lo posible por abrir en canal al PP y entregando su honorabilidad a los devaneos erótico-mercantiles de Briatore y el propio yerno de Aznar, Alejandro Agag, así que han decidido que esta causa general contra el PP que se han sacado de la manga Prisa y Garzón pase por cuestionar de principio a fin a todo el Gobierno de Aznar. Por eso Ana Botella pedía el otro día a sus compañeros de partido que defendieran la historia del PP, principalmente la que le ocupa a su marido, que -todo hay que decirlo- en su conjunto es notable por lo que ha significado de reforzamiento del centro-derecha democrático frente al compromiso totalitario de una parte importante de la izquierda. “El Gobierno de Aznar otorgó contratos a la trama corrupta a través de Aena”, decía ayer el diario no independiente de la mañana en su portada. Tomen nota: acusaba directamente a Aznar de financiar a estos chorizos. Si este país fuera serio, esa portada debería estar ahora en manos de juez que actuara de oficio contra semejante ejercicio de manipulación y falseamiento de la verdad.

Hace unos días, en alguna de las muchas informaciones que en El Confidencial hemos publicado sobre todo este asunto, se decía que era más que probable que la escopeta de Garzón -no con estas palabras, que utilizo ahora por razones obvias- apuntara a una pieza mayor, un ministro del Gobierno de Aznar, primer paso para intentar el trofeo de la pieza más codiciada, el ex presidente del Gobierno, a quien desde hace tiempo el propio Juez en uno de sus muchos actos de desprestigio de la Justicia quiere encausar por lo que sea, sin importarle que el simple hecho de su obsesión aniquilatoria envilezca aquello a lo que se supone que representa. El primer objetivo ya tiene nombre y dos apellidos, Francisco Álvarez Cascos, ex ministro de Fomento y ex secretario general del PP. El País pone en marcha la cacería, y Garzón y Bermejo, mano a mano, codo con codo, se lanzan a por la pieza. Tenía razón Bermejo cuando afirmaba que el magistrado y él solo hablaron durante ese fin de semana del “hecho cinegético”. Es que éste es, de verdad, el “hecho cinegético”. Los venados, simplemente pasaban por ahí. Por cierto, muy progre lo de matar animales y luego mostrarlos como trofeos. Estoy esperando que el diario del Grupo Prisa nos cuente quién pagó la cacería y cuanto costó este cohecho, pero me temo que nos quedaremos con las ganas. Mientras tanto, las mirillas de sus escopetas continúan apuntando a FAES, aunque estemos fuera de temporada de caza y sea ilegal -y brutal- todo lo que están haciendo.

Si ya de por sí el diario El País es un ejemplo continuo de manipulación informativa y de cómo se utiliza la información para transmitir opinión, con esto del sumario abierto por Garzón como causa general contra el Partido Popular, el buque insignia del Grupo Prisa está rompiendo moldes. Solo espero que algún día los alumnos de Periodismo lo utilicen en sus prácticas como ejemplo de lo que nunca debe ser y lo que nunca debe hacerse. Pero lo cierto es que una vez que los herederos de Polanco han conseguido del Gobierno lo que querían y necesitaban -es decir, pasta gansa-, se han dedicado a lo que mejor saben hacer, que no es otra cosa que servir de garrote vil del socialismo contra la derecha. Y contra Aznar, en particular. Alguna que otra vez he escrito que Aznar ha sido, y sigue siendo, una especie de bestia negra para la progresía… No hay más que ver como echan algunos de ellos -María Antonia, Enric y compañía- espumarajos por la boca cada vez que sale su nombre a la palestra. Le odian, es un odio africano, casi -bueno, sin casi- enfermizo, de psiquiatra. Pero al mismo tiempo le necesitan para poder descargar en él todas sus contradicciones y sentimientos de mala conciencia, convirtiéndolo en blanco de sus peores deseos y motivo de sus más horribles pesadillas. ¿La razón? Qué les ganó dos veces, la segunda por mayoría absoluta, y encima gobernó de coj… aunque en la segunda mitad de su segunda legislatura el propio Aznar se subiera a lomos del jamelgo de la soberbia y tirara por la borda toda su obra. Pero da igual, fue el mejor presidente que ha tenido hasta ahora este país, y a ellos eso les jode porque lo saben.

José María Aznar Botella Baltasar Garzón