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Un Rajoy sincero frente a un Rubalcaba lastrado por el pasado
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Federico Quevedo

Dos Palabras

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Un Rajoy sincero frente a un Rubalcaba lastrado por el pasado

Cinco millones de parados, una economía maltrecha y un déficit desbocado son unas cartas de presentación muy poco venturosas para el nuevo secretario general del PSOE.

Cinco millones de parados, una economía maltrecha y un déficit desbocado son unas cartas de presentación muy poco venturosas para el nuevo secretario general del PSOE. Si, para colmo, lo que tiene enfrente es un presidente del Gobierno que donde antes Zapatero veía brotes verdes nos presenta la cruda realidad de un año 2012 que va a ser mucho peor de lo que nadie podía haber previsto, entonces apaga y vámonos. Verán, el resumen se engloba en una frase que la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, le soltó al todavía portavoz del PSE –la semana que viene ya se estrena la ‘otra’ Soraya-, José Antonio Alonso: “Hemos hecho más nosotros en siete semanas, que ustedes en siete años”. Impecable. Será verdad, o no, pero la afirmación es demoledora, entre otras cosas porque en el imaginario de la mayoría de la sociedad española lo que ha quedado después de estos siete años de Gobierno del PSOE es que no han hecho nada, y que lo poco que han hecho, les ha salido mal, y encima han ocultado evidencias, han falseado realidades…

No digo que siempre haya sido así, pero eso es lo que piensa una gran mayoría de los ciudadanos, y de ahí que el pasado 20 de noviembre las urnas castigaran al PSOE como lo hicieron. Había, por tanto, expectación ante la primera sesión de las Cortes en la que se esperaba un enfrentamiento entre socialistas y ‘populares’, y la verdad es que en estos primeros compases de la legislatura parece que quien más difícil lo tiene es la oposición, a pesar de que al Gobierno no le acompañan los números en este momento. Pero ese es el quid de la cuestión: ayer Rajoy subió a la tribuna del Congreso e hizo lo que hasta ahora no habían sabido hacer los anteriores: reconocer la realidad, cruda y limpia, sin tapujos, sin engaños, sin medias tintas, sin brotes verdes… Este año lo vamos a pasar fatal, y en el fondo la gente, que lo sabe porque lo está viviendo en sus propias carnes, agradece que sus políticos también sean conscientes de la situación y la reconozcan. Ese fue el motivo, principalmente, por el que se ha producido el castigo tan duro al PSOE, y lo peor de todo es que ellos siguen pensando que es la crisis internacional…

Ese es su sino, esa es su cruz, si se me permite decirlo así: siempre se le va a recordar que formó parte del Gobierno de Zapatero y que la herencia que ha dejado es la más desastrosa que haya legado jamás Gobierno alguno en la democracia No señor, no es la crisis –que también-, sino el hecho de haberla negado, de habernos querido convencer que las cosas no estaban tan mal, que se estaban arreglando, que se estaban haciendo los deberes, que había signos de recuperación, que este mes no pero el que viene el paro irá a mejor… Es que ha sido así durante mucho tiempo, y eso es lo que principalmente lastra la labor de oposición que puede hacer Pérez Rubalcaba y ese es, en definitiva, el gran error del PSOE eligiéndolo como líder este fin de semana pasado… Pero ellos sabrán. Miren, cuando el nuevo Gobierno tomó posesión, el ministro Montoro reunió a los altos cargos de su Departamento, los sentó en una mesa de reuniones y les dijo:

-“A ver, los papeles…”.

-“¿Qué papeles”?, respondieron estos…

-“Lo sabéis muy bien, que yo ya he estado aquí antes… El déficit y el presupuesto de guerra”.

Al principio lo siguieron negando, pero al final reconocieron que existían esos papeles y se los entregaron al nuevo Gobierno: uno con la estimación del déficit de 2011, en el 8% frente al 6% que hasta una semana antes mantenía como oficial la ministra Salgado, y otro con un recorte de 9.000 millones de euros, el famoso ‘decreto de no disponibilidad’, obligado por las circunstancias. Para que sirva de ejemplo, en ese recorte estaban incluidos los 200 millones de euros que el Gobierno ha obligado a recortar a RTVE, y que si hubiera seguido gobernando el PSOE habría hecho exactamente igual. Esto es lo que, en definitiva, tiene atrapado a Rubalcaba en una especie de tela de araña de la que no puede escapar.

Ahora el PSOE pretende escabullirse del acuerdo que firmaron Zapatero y Rajoy para desarrollar el pacto de reforma de la Constitución en la Ley de Estabilidad, pero está obligado por ese pacto por mucho que se empeñe en lo contrario. Ese es su sino, esa es su cruz, si se me permite decirlo así: siempre se le va a recordar que formó parte del Gobierno de Zapatero y que la herencia que ha dejado es la más desastrosa que haya legado jamás Gobierno alguno en la democracia.

Cinco millones de parados, una economía maltrecha y un déficit desbocado son unas cartas de presentación muy poco venturosas para el nuevo secretario general del PSOE. Si, para colmo, lo que tiene enfrente es un presidente del Gobierno que donde antes Zapatero veía brotes verdes nos presenta la cruda realidad de un año 2012 que va a ser mucho peor de lo que nadie podía haber previsto, entonces apaga y vámonos. Verán, el resumen se engloba en una frase que la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, le soltó al todavía portavoz del PSE –la semana que viene ya se estrena la ‘otra’ Soraya-, José Antonio Alonso: “Hemos hecho más nosotros en siete semanas, que ustedes en siete años”. Impecable. Será verdad, o no, pero la afirmación es demoledora, entre otras cosas porque en el imaginario de la mayoría de la sociedad española lo que ha quedado después de estos siete años de Gobierno del PSOE es que no han hecho nada, y que lo poco que han hecho, les ha salido mal, y encima han ocultado evidencias, han falseado realidades…

Mariano Rajoy Alfredo Pérez Rubalcaba