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Los líderes de PP y PSOE “no están a la altura de las circunstancias”
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Federico Quevedo

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Los líderes de PP y PSOE “no están a la altura de las circunstancias”

El pasado jueves, el ministro del Hacienda, Cristóbal Montoro, fue asaltado cuando llegaba a su Ministerio para participar en la reunión del Consejo de Política Fiscal

El pasado jueves, el ministro del Hacienda, Cristóbal Montoro, fue asaltado cuando llegaba a su Ministerio para participar en la reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera por una mujer que tenía sus ahorros en Bankia. La ciudadana llegó a decirle al titular de Hacienda que, si se quedaba sin el dinero, “mataría a alguien”. Literalmente. Montoro aguantó el tipo estoicamente, con mucha dignidad, e intentó tranquilizar a la mujer. No es el único caso que se está viviendo de ciudadanos indignados que protestan ante sus políticos: le ha ocurrido dos días seguidos al presidente de Baleares, José Ramón Bauzá, y también al presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo.

“Es lógico que ocurra, es lógico que los ciudadanos estén muy preocupados con todo lo que está pasando”, dice un alto cargo del Gobierno. Y añade: “Quizás deberíamos de estar enviando alguna clase de mensaje de tranquilidad a la población, y no lo estamos haciendo”. Ese análisis lo hace un alto cargo del PP en el Gobierno. Lo hacen también diputados populares y del Partido Socialista, que coinciden en señalar que, en las actuales circunstancias, sería muy positivo “que los dos principales líderes políticos de este país -Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba- dejaran a un lado sus diferencias políticas e, incuso, sus desavenencias personales, e hicieran un gesto conjunto que transmitiera tranquilidad y sosegara los ánimos de los ciudadanos españoles, que han pasado de estar muy preocupados por la crisis a encontrarse al borde del pánico”.

Cada vez son más los parlamentarios -diputados y senadores- de ambos grupos que consideran que, en las actuales circunstancias, ninguno de los dos dirigentes de los dos grandes partidos “está a la altura”

El jueves por la tarde, después de que Rubalcaba reiterara en el Congreso de los Diputados su enésima oferta de diálogo al Gobierno, el Partido Popular hacía circular un documento en el que destacaba todas las medidas llevadas al Parlamento por el Ejecutivo y rechazadas por el Partido Socialista: los Presupuestos Generales del Estado, la Ley de Estabilidad Presupuestaria, la Ley de regularización fiscal para que el dinero procedente de la economía sumergida aflore y pague impuestos, el Real Decreto de creación del fondo para la financiación de pago a proveedores, el Real Decreto que recoge medidas contra los desahucios, el Real Decreto de reforma del mercado laboral, el Real Decreto sobre energías renovables, el Real Decreto de medidas urgentes en materia presupuestaria, tributaria y financiera para la corrección del déficit público y el Real decreto que traspone las directivas comunitarias en materia  de mercados interiores de electricidad y gas. Ese mismo jueves el PSOE votaba en contra de la reforma del Sistema Nacional de Salud, de las medidas de ajuste en Educación, de la reforma del la ley de RTVE y de las medidas urgentes en materia de Medio Ambiente.

Es verdad -señala un diputado socialista-, no hemos puesto nada de nuestra parte, nos hemos comportado igual que se comportó el PP en la pasada legislatura”. Otro diputado del PP añade: “Ahora le pedimos al PSOE lo mismo que ellos nos pidieron a nosotros y no hicimos”. Ese ejercicio de autocrítica por ambas partes, siempre bajo anonimato, “porque si digo esto dando la cara me salto la disciplina de partido y me tendría que atener a las consecuencias”, dice el diputado popular, tiene cada vez más adeptos en ambas formaciones políticas. Cada vez son más los parlamentarios -diputados y senadores- de ambos grupos que consideran que, en las actuales circunstancias, ninguno de los dos dirigentes de los dos grandes partidos “está a la altura”.

“No se trata de reeditar los Pactos de la Moncloa, nadie pide que se reúnan a pactar las medidas, sino que se trata de tener altura de miras, de dejar a un lado los intereses partidarios y pensar por una vez, de verdad, en el interés general y transmitir de puertas para adentro, pero también de puertas para afuera, una imagen de unidad que tranquilizaría mucho a la gente y nos daría más crédito en el exterior”, señalan en el bando socialista diputados de la ‘vieja guardia’.

No por casualidad hace unas semanas el propio Felipe González, cuando todavía no se había disparado la prima de riesgo por encima de los 500 puntos ni se había vivido la crisis de Bankia, reclamaba apoyo al Gobierno de Rajoy, “aunque no nos guste todo lo que está haciendo”. En el PP son plenamente conscientes de que las cosas no están saliendo como esperaban: “Creímos que bastaba con ganar las elecciones y empezar a meter en cintura algunas cosas, tomar medidas impopulares pero necesarias, para que la presión sobre España se relajara y tener la sensación de que la mejoría estaba cerca, pero lejos de ello los acontecimientos nos han superado, hemos dado la sensación de improvisación que tanto criticamos a Zapatero, y hoy la percepción de los ciudadanos no puede ser más negativa. Hemos hecho lo que teníamos que hacer, pero nos hemos dado cuenta de que no depende solo de nosotros, cuando hace un año le estábamos diciendo a Zapatero que lo de la prima de riesgo era culpa suya. Deberíamos aprender de esta lección, y también la debería aprender el Partido Socialista”.

En el otro lado del arco parlamentario también hacen un ejercicio de reflexión: “No podemos cometer los mismos errores que cometió el PP en la oposición, porque el país no nos lo va a perdonar. Ahora la ciudadanía necesita ver como sus representantes trabajan juntos para sacar al país de la crisis, y no es eso lo que está viendo, sino todo lo contrario… Creo que Rubalcaba y Rajoy deberían sentarse, dejar a un lado sus diferencia, tener altura de miras, pensar en el interés general y enviar un mensaje muy claro y muy firme de unidad y de tranquilidad a los ciudadanos”, afirma un veterano senador socialista. El reto está sobre las mesas de Ferraz y de Moncloa.

El pasado jueves, el ministro del Hacienda, Cristóbal Montoro, fue asaltado cuando llegaba a su Ministerio para participar en la reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera por una mujer que tenía sus ahorros en Bankia. La ciudadana llegó a decirle al titular de Hacienda que, si se quedaba sin el dinero, “mataría a alguien”. Literalmente. Montoro aguantó el tipo estoicamente, con mucha dignidad, e intentó tranquilizar a la mujer. No es el único caso que se está viviendo de ciudadanos indignados que protestan ante sus políticos: le ha ocurrido dos días seguidos al presidente de Baleares, José Ramón Bauzá, y también al presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo.