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De vencedores (Cospedal) y vencidos (Arenas)
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Federico Quevedo

Dos Palabras

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De vencedores (Cospedal) y vencidos (Arenas)

Nada de lo ocurrido el fin de semana y en las horas siguientes es ajeno a una lucha de poder que se viene produciendo desde hace

Nada de lo ocurrido el fin de semana y en las horas siguientes es ajeno a una lucha de poder que se viene produciendo desde hace varias semanas en el seno del Partido Popular, y que después de que este sábado se acordara la concesión por parte del Eurogrupo de una línea de crédito específica para la recapitalización de nuestro sistema financiero sin condiciones macroeconómicas (es decir, un rescate) podemos decir que tiene de momento vencedores y vencidos. No es ninguna casualidad, por ejemplo, que el todavía presidente del PP andaluz, el hombre que ha conseguido sacar a ese partido de la marginación en Andalucía y conducirlo a ser la primera fuerza política andaluza, pero que sin embargo se ha quedado a las puertas del Gobierno de la Junta por cuarta vez, haya anunciado su adiós un día después de que todo esto haya ocurrido en Bruselas.

Javier Arenas buscaba con ahínco un lugar a la derecha del padre en el Partido Popular como Coordinador General, una figura que lo situaría al mismo nivel de interlocución y poder político que María Dolores de Cospedal, con la ventaja de que él tendría todo el tiempo del mundo para mandar desde Madrid mientras que la Secretaria General se ve obligada a compatibilizar su cargo con la Presidencia de Castilla-La Mancha.

Pero no va a ser así. Arenas mantendrá su cargo de vicesecretario, pero la número dos del partido seguirá siendo la presidenta castellano-manchega. Cospedal, además, ha ganado poder e influencia sobre el presidente del Gobierno y tiene mucho que ver en la estrategia política que está siguiendo estos días el PP. De hecho, cabría decir que los dos personajes políticos que han salido más reforzados de esta crisis provocada por la situación de nuestro sistema financiero han sido el ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, que se comporta ya como el único interlocutor válido para Mariano Rajoy en todo lo que a las cuestiones económicas se refiere.

Tiene el apoyo en la sombra de los “ojos y los oídos económicos de Mariano Rajoy en Moncloa”, según definen en el PP al jefe de la Oficina Económica, Álvaro Nadal, y la Secretaria General, María Dolores de Cospedal, que se ha hecho fuerte en el partido y desde allí maneja también los hilos de los grupos parlamentarios del Congreso y del Senado, tomando decisiones que afectan directamente a la autonomía de éstos, como el que el Grupo Popular en el Congreso votara a favor de la comparecencia de Carlos Dívar para dar explicaciones de sus gastos privados.

Comisión de investigación

De hecho, lo que pueda pasar después del verano en las Cortes tiene mucho que ver con la definición de la estrategia política que está llevando a cabo la número dos del PP. Es más que probable que, en un momento de mayor debilidad política por culpa de la situación económica, sea cuando el Partido Popular ponga en marcha esa Comisión de Investigación, no solo de lo ocurrido en Bankia, sino de lo sucedido en todo el conjunto de las Cajas de Ahorros.

Cospedal ha ganado poder e influencia sobre el presidente del Gobierno y tiene mucho que ver en la estrategia política que está siguiendo estos días el PP

No hay, de hecho, pacto alguno con el PSOE para tapar el escándalo de la crisis de nuestros sistema financiero: “No solo no hemos pactado nada, sino que vamos a manejar los tiempos a nuestro antojo y esa comisión se hará cuando nos convenga a nosotros, no cuando le convenga al Partido Socialista”, aseguran fuentes muy próximas a María Dolores de Cospedal. Una comisión por la que pasarán responsables de cajas tanto del PP como del PSOE, pero también algunos de los dirigentes políticos que en los últimos años han tenido mucho que ver con el proceso de degradación de nuestro sistema financiero y de su principal organismo de control, el Banco de España. La decisión de Cospedal es clara: hay que hacerlo “caiga quien caiga”, para enviar un mensaje de firmeza al electorado.

Eso significa que el PP llamará a Pedro Solbes, a Elena Salgado, a Miguel Ángel Fernández Ordóñez, a Julio Segura (presidente de la CNMV), todos ellos cargos nombrados por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, sobre quien el PP recuerda insistentemente que “a esta situación no habríamos llegado si se hubieran hecho antes los deberes, en lugar de ir por ahí presumiendo de tener el mejor sistema financiero del mundo”. En la estrategia del PP está llegar, en este caso, hasta la mismísima X de la responsabilidad política, porque eso implicaría un castigo importante a quien ahora mismo lidera el PSOE y entonces actuaba como parte de ese Gobierno e, incluso, como vicepresidente del mismo: Alfredo Pérez Rubalcaba.

El hecho de que Mariano Rajoy no quiera comparecer ahora en el Parlamento tiene bastante que ver con todo esto. De entrada, está a la espera de que el Eurogrupo defina los ‘detalles’ de la operación y las condiciones que va a poner a las entidades intervenidas, y ahí juega un papel importante el propio ministro De Guindos, que va a ser quien ‘asesore’ a la UE sobre algunas de estas condiciones, como las que se refieren a la desaparición de políticos y otros cargos no financieros de los consejos de las cajas y la exigencia de responsabilidades allí donde las haya.

Cumbre del crecimiento

Rajoy podría aprovechar la concreción de esas ‘condiciones’ impuestas por los prestamistas para anunciar en sede parlamentaria, en el Debate del Estado de la Nación, la convocatoria de una Comisión de Investigación para después del verano sobre lo ocurrido en el sistema financiero desde que se perciben los primeros problemas, allá por el año 2008 -intervención de la Caja de Castilla-La Mancha-, hasta ahora, lo que afecta principalmente a la gestión del Partido Socialista. Mientras tanto, a Rajoy-Nadal-De Guindos les toca ahora preparar la mini-cumbre de Roma previa a la Cumbre de la UE de final de junio en la que se va a hablar de políticas de crecimiento. El Gobierno quiere llevar a esa cita un programa detallado de nuevas reformas para que la Unión perciba que se están haciendo los deberes y que “una vez que ya se ha despejado la incógnita del rescate, ahora lo que necesitamos es que se pongan en marcha políticas que favorezcan el crecimiento económico, o en caso contrario nos hundiremos con todo el equipo”, aseguran en Presidencia del Gobierno.

Pero, siendo cierto que aparentemente la ‘jugada’ le ha salido bien al Gobierno, hay en el mismo seno del Consejo de Ministros quienes creen que se ha ido demasiado lejos: “Hemos jugado con fuego -aseguran fuentes del Ejecutivo vinculadas al área económica-, y hemos estado a punto de quemarnos. Hemos forzado demasiado la maquinaria ante la Unión Europea, y ya veremos si esto nos puede pasar factura en el futuro. Y encima los mercados han reaccionado mal, como si fuera insuficiente… ¿Cuánto tiempo más vamos a aguantar una prima de riesgo por encima de los 500 puntos? El presidente no debería esperar un mes y comparecer ya en el Parlamento para dar una explicación de lo que ha pasado, de qué se ha hecho y por qué se ha hecho, y de qué se va a hacer en el futuro”. Una opinión que también se comparte en el Grupo Parlamentario en el Congreso. Y es que, a pesar de la mayoría absoluta, el PP cada vez se siente más solo en los escaños de la Carrera de San Jerónimo.

Nada de lo ocurrido el fin de semana y en las horas siguientes es ajeno a una lucha de poder que se viene produciendo desde hace varias semanas en el seno del Partido Popular, y que después de que este sábado se acordara la concesión por parte del Eurogrupo de una línea de crédito específica para la recapitalización de nuestro sistema financiero sin condiciones macroeconómicas (es decir, un rescate) podemos decir que tiene de momento vencedores y vencidos. No es ninguna casualidad, por ejemplo, que el todavía presidente del PP andaluz, el hombre que ha conseguido sacar a ese partido de la marginación en Andalucía y conducirlo a ser la primera fuerza política andaluza, pero que sin embargo se ha quedado a las puertas del Gobierno de la Junta por cuarta vez, haya anunciado su adiós un día después de que todo esto haya ocurrido en Bruselas.

María Dolores de Cospedal Javier Arenas