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Desempolvando al Che Guevara
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Federico Quevedo

Dos Palabras

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Desempolvando al Che Guevara

Estamos en pleno agosto y a falta de desastres naturales, guerras y otros clásicos de apertura de los informativos en las tórridas tardes veraniegas la izquierda

Estamos en pleno agosto y a falta de desastres naturales, guerras y otros clásicos de apertura de los informativos en las tórridas tardes veraniegas la izquierda española, tan moderna siempre, tan renovada por dentro y por fuera, tan adaptada a los tiempos que corren, ha decidido desempolvar su espíritu revolucionario más casposo y faltón y sacar a pasear al Che Guevara como si fuera la mismísima Virgen del Rocío. Con el alcalde de Marinaleda, Juan Manuel Sánchez Gordillo, al frente de las tropas revolucionarias, los del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT) se han echado la manta a la cabeza y calzado la chaqueta verde olivo en plan lucha armada contra el capital y han asaltado dos supermercados de Mercadona y Carrefour, y ocupado una finca militar en una gesta heroica sin precedentes.

En el asalto a los supermercados no encontraron resistencia, más allá del susto en el cuerpo que les metieron a las pobres cajeras y empleadas de las superficies que en este caso, las pobres, simbolizaban a los ricos y poderosos que le quitan el pan al pueblo para alimentar a sus ganaderías... ¡Flipante! ¿Verdad? Seguramente la mayoría de ellas tiene más problemas para llegar a fin de mes que los capullos que tomaron el supermercado al asalto, pero a la hora de hacer demagogia barata para acaparar titulares de prensa todo vale, incluso desempolvar al Che Guevara aunque no venga a cuento hacerlo porque ni esto es Cuba, ni vivimos en una dictadura, y del hambre del pueblo ya se ocupa, con mucha más organización y sentido de la solidaridad, Cáritas.

Si de verdad el señor Sánchez Gordillo quiere ayudar a los que más lo necesitan, no tiene por qué robar, basta con que renuncie a su sueldo de alcalde o de diputado andaluz

Si de verdad el señor Sánchez Gordillo quiere ayudar a los que más lo necesitan, no tiene por qué robar, basta con que renuncie a su sueldo de alcalde o de diputado andaluz, que no sé cuál de los dos cobra si no es que cobra los dos, y se lo dé a los pobres. ¡Ah!, pero eso no, porque estos comunistas de pacotilla, estos progresistas de mierda, son de los que piensan que lo de los demás es de todos, pero lo suyo no, ¡no te fastidia! Aquí lo fácil, en un momento en el que el país lo que necesita son, de verdad, ejercicios de solidaridad, y mucha voluntad de trabajar juntos para salir de la crisis, es asaltar supermercados para repartir harina... ¡Pero, hace falta ser sinvergüenzas y mala gente! Eso lo hacemos la mayoría de los ciudadanos de bien sin necesidad de infringir la ley, cada vez que en las iglesias o en los colegios de nuestros hijos nos reclaman esa ayuda para dar alimento a los pobres.

Y estos tíos, ¿de qué van? Que los encierren a todos, que los lleven a prisión por delincuentes comunes, que los enchironen a ser posible de por vida por reírse de la gente que de verdad lo está pasando mal... ¿Tan difícil era hacer una colecta entre ellos, o es que de su bolsillo no son capaces de dar ni para pipas? Claro, que eso hubiera tenido muy poca repercusión mediática y aquí se trataba de hacer de Robin de los Bosques del siglo XXI... Quitárselo a los ricos para dárselo a los pobres... Pero de qué nos está hablando esta gente, de qué ricos, ¿de los que crean esos puestos de trabajo que el señor Sánchez Gordillo desprecia?

Y ellos, con una actitud absolutamente totalitaria, propia del peor de los fascismos, se atreven encima a sepultar las siglas del PP bajo una cruz gamada, ellos que representan lo peor del bolchevismo, lo más salvaje del cheguevarismo y lo más antidemocrático del leninismo, ellos que son fiel reflejo de la peor de las represiones, de la más atroz de las torturas, del genocidio estalinista por el que nunca ha respondido la  izquierda, se atreven a insultar a millones de demócratas que creen en la Justicia, en la Libertad y en la Democracia...

¡Qué fuerte! Y lo peor de todo no es que esta pandilla de delincuentes del SAT a los que habría que aplicar la legislación antiterrorista sean así, lo peor, señores míos, es que la izquierda supuestamente moderada española, la izquierda supuestamente moderna del PSOE, mira para otro lado, se muestra complaciente con los excesos de sus socios de Gobierno en Andalucía y en Asturias. Y sí, como sé lo que me van a decir, me anticipo: José Antonio Monago debería romper su pacto de Gobierno con IU, aunque eso le cueste su Gobierno, pero nadie del PP debería de mantener acuerdo alguno con esta pandilla de impresentables. He dicho.

Estamos en pleno agosto y a falta de desastres naturales, guerras y otros clásicos de apertura de los informativos en las tórridas tardes veraniegas la izquierda española, tan moderna siempre, tan renovada por dentro y por fuera, tan adaptada a los tiempos que corren, ha decidido desempolvar su espíritu revolucionario más casposo y faltón y sacar a pasear al Che Guevara como si fuera la mismísima Virgen del Rocío. Con el alcalde de Marinaleda, Juan Manuel Sánchez Gordillo, al frente de las tropas revolucionarias, los del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT) se han echado la manta a la cabeza y calzado la chaqueta verde olivo en plan lucha armada contra el capital y han asaltado dos supermercados de Mercadona y Carrefour, y ocupado una finca militar en una gesta heroica sin precedentes.