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Feijóo deshoja la margarita: ¿octubre o marzo?
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Federico Quevedo

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Feijóo deshoja la margarita: ¿octubre o marzo?

El lehendakari Patxi López ha convocado elecciones autonómicas para el próximo 21 de octubre, adelantándolas casi cinco meses sobre el calendario oficialmente previsto. Hace cuatro años,

El lehendakari Patxi López ha convocado elecciones autonómicas para el próximo 21 de octubre, adelantándolas casi cinco meses sobre el calendario oficialmente previsto. Hace cuatro años, las autonómicas vascas se celebraron al mismo tiempo que las autonómicas gallegas en las que el PP, de la mano de Alberto Núñez Feijóo, recuperó el poder en la Xunta de Galicia que durante cuatro años había caído en manos del bipartito PSdeG-BNG. Qué va a pasar ahora es la gran pregunta que se hace todo el mundo en tierras gallegas, sobre todo después del anuncio de López, que era una de las incógnitas que había que despejar para saber qué puede hacer ahora Feijoo.

Durante este verano el presidente gallego se ha visto en al menos un par de ocasiones con el presidente del Gobierno y líder de su partido, Mariano Rajoy, y ambos han hablado de este asunto. Pero Rajoy, muy en su línea, le ha dicho a Feijóo que esa es una decisión que debe tomar él y que no quiere influirle, aunque le ha dejado claro también que le ayudará en lo que pueda pero que no va a caer en el mismo error que cometió con las elecciones andaluzas y, por lo tanto, sean en octubre o sean en marzo, las elecciones gallegas no van a condicionar las acciones del Gobierno central.

La gestión de Gobierno de Feijóo tiene una buena valoración entre la opinión pública y las encuestas no son contundentes respecto de los resultados: en ambos casos, tanto en octubre como en marzo, la mayoría está en el alero, pero no está perdida, y una buena campaña le podría asegurar revalidarla

Las dos opciones tienen sus pros y sus contras, al igual que partidarios y detractores. Quienes apuestan por respetar los tiempos y celebrarlas en marzo sostienen que eso transmitiría un mensaje de tranquilidad por parte de Feijóo, de 'autonomía' respecto de las decisiones que pueda tomar el Gobierno de Rajoy, y de confianza. Al mismo tiempo, la espera hasta marzo le podría dar a Feijóo algo más de margen para empezar a ver algún resultado positivo de la gestión del Gobierno central y evitar así el desgaste que para el PP están suponiendo las medidas de Rajoy, tal y como reflejan las encuestas.

Por el contrario, los partidarios de adelantar las elecciones creen que la espera solo contribuirá a acentuar aún más ese desgaste, entre otras razones porque el Gobierno va a tener que seguir haciendo ajustes en los Presupuestos de 2013. Las elecciones en octubre le permitirían al PP, además, asestar un 'golpe' estratégico a la oposición que cuenta con un mal candidato, Patxi Vázquez, y que busca un recambio de aquí a marzo que podría ser Elena Espinosa o Francisco Caamaño, dos ex ministros de Zapatero que, al menos, tienen a su favor el factor sorpresa. El adelanto impediría también que fructificara a tiempo la opción de Mario Conde que, aunque en el PP se duda de que pudiera obtener algún escaño porque con la Ley D´Hont en la mano es casi imposible, sí podría restarle alguno al PP de modo que eso le impidiera sacar de nuevo la mayoría absoluta. Además, de todas las autonomías, Galicia es de las que presentan mejores resultados económicos y donde la crisis parece notarse menos que en otras.

La gestión de Gobierno de Feijóo tiene una buena valoración entre la opinión pública y las encuestas no son contundentes respecto de los resultados: en ambos casos, tanto en octubre como en marzo, la mayoría está en el alero, pero no está perdida, y una buena campaña le podría asegurar revalidarla. El problema son las sorpresas, y en los últimos meses España vive en un permanente sobresalto. Nadie sabe qué impacto podrá tener un hipotético rescate y si eso servirá para apaciguar tensiones o para revitalizarlas aún más. En el PP gallego la opinión más extendida es la de que, una vez convocadas las elecciones vascas en octubre, Feijóo se va a decantar por volverlas a juntar de nuevo y adelantarlas al mismo día, pero al final esa es una decisión personal que nadie conoce, salvo el propio Feijóo que estos días deshoja la margarita con una única obsesión en su cabeza: no perder la Xunta.

El lehendakari Patxi López ha convocado elecciones autonómicas para el próximo 21 de octubre, adelantándolas casi cinco meses sobre el calendario oficialmente previsto. Hace cuatro años, las autonómicas vascas se celebraron al mismo tiempo que las autonómicas gallegas en las que el PP, de la mano de Alberto Núñez Feijóo, recuperó el poder en la Xunta de Galicia que durante cuatro años había caído en manos del bipartito PSdeG-BNG. Qué va a pasar ahora es la gran pregunta que se hace todo el mundo en tierras gallegas, sobre todo después del anuncio de López, que era una de las incógnitas que había que despejar para saber qué puede hacer ahora Feijoo.