Es noticia
Lo mejor que puede hacer Rajoy es resistir
  1. España
  2. Dos Palabras
Federico Quevedo

Dos Palabras

Por

Lo mejor que puede hacer Rajoy es resistir

-“Mira, Luis, los de tu partido te han dejado solo, te han utilizado durante 20 años y ahora te tiran como una colilla… Tienes que darles

-“Mira, Luis, los de tu partido te han dejado solo, te han utilizado durante 20 años y ahora te tiran como una colilla… Tienes que darles un escarmiento, no puedes seguir callando, y la única opción que te queda es El Mundo… Yo puedo ayudarte si tu me ayudas a mí”.

-“Tienes razón, Pedro, pero ¿cómo vamos a hacerlo?”

-“Hasta ahora lo has negado todo, ya es hora de que muestres tus cartas, y las primeras las que afecten a Mariano Rajoy. Si vas a la cárcel será porque él quiere que vayas”.

Las frases, obviamente, no son textuales, pero más o menos ese fue el tenor de la conversación entre Pedro José y Luis Bárcenas unos días antes de que el segundo entrara en la prisión de Soto del Real e hiciera entrega al primero de un documento -una hoja de papel original escrita de su puño y letra- que pretendía convertir en un misil en la línea de flotación de la estabilidad del Gobierno y de su presidente. Pedro José vive obsesionado con Rajoy desde que algunos desmontáramos su conspiración del año 2008 contra el hoy presidente del Gobierno, utilizando a todo aquel que entonces se dejó seducir por los cantos de sirena del director de El Mundo.

Siempre apelando a la moral -de la que carece- y a la ética periodística -que pisotea sin piedad-, Pedro José se ha caracterizado por sus obsesiones y por la utilización de terceros para el logro de sus intereses, y, curiosamente, casi siempre que lo ha hecho quienes le han ayudado han sido personajes que han sucumbido al rencor y al resentimiento, y a los que luego el propio Pedro José ha traicionado; ocurrió con Garzón y los GAL contra Felipe González… Y el PSOE no debería olvidar eso, ni cómo en 2004 volvió a la carga con la Teoría de la Conspiración del 11-M de la mano de Federico Jiménez Losantos contra Zapatero y Rubalcaba.

A Pedro José el país le da igual. Como le da igual la verdad, sobre todo si la verdad estropea un buen titular y la venta de periódicos en un momento en el que la crisis del medio amenaza con su cierre

En 2008 se aprovechó de una serie de dirigentes del PP, que veían en Rajoy a un perdedor que, sin embargo, amenazaba con volar por sí mismo y apartarles de la primera línea, para disparar toda su artillería contra el hoy presidente del Gobierno. No lo consiguió, pese a que contaba con una ayuda muy considerable dentro y fuera del PP, y desde entonces se la tiene jurada al gallego. El último capítulo de su ofensiva contra Rajoy es especialmente grave, porque parte de la base de la utilización vil de informaciones manipuladas, medias verdades y mentiras basadas en el relato de un presunto delincuente cuyo único objetivo es librarse de la cárcel como sea.

Pero hasta el momento nada de lo que ha contado El Mundo ni nada de lo que ha trascendido de la nosecualgésima versión de los hechos ofrecida por Bárcenas al juez, es suficiente para poner contra las cuerdas a un Gobierno legítimo salido de las urnas y cuyo presidente y sus ministros -casi todos- están dejándose la piel por sacar a este país adelante, con sus aciertos y sus errores, que los tienen. A Pedro José el país le da igual. Como le da igual la verdad, sobre todo si la verdad estropea un buen titular y la venta de periódicos en un momento en el que la crisis del medio amenaza con su cierre.

Porque esto, señores, tiene también mucho que ver con lo que está pasando, no les quepa a ustedes ninguna duda. Por eso frente a quienes piden que comparezca, y con mayor motivo frente a quienes le piden que dimita o convoque elecciones, lo mejor que puede hacer Mariano Rajoy es resistir. Y no dudo de que en algún momento el presidente del Gobierno deberá comparecer y explicar algunas, muchas, dudas que podemos tener sobre lo que ha pasado, pero ese momento no puede estar condicionado por las mentiras de un delincuente ni por la obsesión enfermiza de quien hace mucho tiempo dejo a un lado el fin del conocimiento de la verdad por el de la acumulación de poder.

Yo no sé si Rubalcaba ha medido las consecuencias de su decisión de presentar una moción de censura, si es consciente de que está empezando a cavar su propia tumba antes de lo previsto -puede ser que ni siquiera le conteste Rajoy y lo haga Alfonso Alonso, con lo que la iniciativa no habrá servido para nada-, ni sé si el resto de grupos de la oposición lo son del patético espectáculo que están ofreciendo haciendo seguidismo de las mentiras de un presunto delincuente y el chantaje de un medio de comunicación y ofreciendo además el rostro oportunista de quienes quieren pescar en río revuelto.

No lo sé. Lo que sí sé es que este país necesita estabilidad política para consolidar la salida de la crisis, y que para que eso sea así es necesario dejar que actúe la Justicia y que quien la haya hecho la pague, y que el Gobierno se dedique a gobernar y tomar las decisiones que considere oportunas. Yo no quiero un país de cloacas y escupideros, en el que triunfen las mentiras y los chantajes… Yo quiero un país en el que triunfe el Estado de derecho, también en la lucha contra la corrupción, incluida la periodística, que hasta ahora se ha mantenido impune.

-“Mira, Luis, los de tu partido te han dejado solo, te han utilizado durante 20 años y ahora te tiran como una colilla… Tienes que darles un escarmiento, no puedes seguir callando, y la única opción que te queda es El Mundo… Yo puedo ayudarte si tu me ayudas a mí”.

Luis Bárcenas Alfredo Pérez Rubalcaba