Es noticia
Un nuevo Rey para un nuevo tiempo
  1. España
  2. Dos Palabras
Federico Quevedo

Dos Palabras

Por

Un nuevo Rey para un nuevo tiempo

Se cumplió el guion de lo que esperábamos del discurso del nuevo Rey, Felipe VI. El Monarca, recién estrenado el trono, ha hecho lo que tenía

Se cumplió el guion de lo que esperábamos del discurso del nuevo Rey, Felipe VI. El Monarca, recién estrenado el trono, ha hecho lo que tenía que hacer, es decir, decirle al pueblo que las cosas van a cambiar, que él se somete a la voluntad de la soberanía nacional que reside en el pueblo español, que es un Rey constitucional, que entiende y participa de los problemas de los españoles, que sabe que las cosas van a ser distintas a partir de ahora porque los ciudadanos son más exigentes, y que no entiende una España en la que no estemos todos juntos pero, eso sí, con mucho esfuerzo por el diálogo y reconociendo la diversidad y las señas de identidad de todos y cada uno de nosotros.

No podía ser de otra manera. Felipe es la cabeza de "un nuevo reinado para un tiempo nuevo", como él mismo ha dicho en su discurso, y ahora le toca la tarea de aplicar esos cambios a la forma de reinar con gestos claros y precisos que trasladen al pueblo español la idea de que ha entendido los muchos mensajes que los ciudadanos han hecho llegar a su clase dirigente. La ciudadanía es lista, los españoles son listos y, salvo una minoría que busca la ruptura con el consenso constitucional, la mayoría sabe que para que España salga adelante necesita estabilidad y una clase dirigente que rija sus destinos. Pero pide que no vuelvan a repetirse muchas de las cosas que ocurrieron en el pasado.

Cuando escribo estas líneas, los Reyes Felipe y Letizia abandonan la Carrera de San Jerónimo subidos en un coche descapotable en medio del saludo emocionado de una multitud que los recibe en las calles con esperanza. En sus manos está no traicionar ese nuevo caudal de confianza que la sociedad española ha depositado en ellos. Yo creo que no lo va a hacer, creo sinceramente que va a ser un buen Rey, que va a saber escuchar y que va a liderar los cambios necesarios que debe acometer el Parlamento para hacer de nuestra Monarquía Parlamentaria un ejemplo de servicio al pueblo.

Y en esa tarea va a ser fundamental el papel que juegue a su lado la reina doña Letizia. Criticada por muchos, defendida por pocos, ha ido consiguiendo ganarse el favor de la gente, pero muy lentamente. La Reina va a tener que hacer verdaderos esfuerzos por mostrarse más próxima a los ciudadanos. Ella es el ejemplo de que una monarquía moderna ya no lo es sólo por vínculos de sangre, pero el hecho de haber llegado a ser Reina partiendo de la mesa de locución de un telediario no puede ni hacerle olvidar de dónde viene, ni creer que por eso tiene que demostrar ser más que los demás. La Reina tiene que aprender otra vez a ser ella misma, y sólo de esa manera se acercará más al sentir de la gente y ayudará a su marido a ser un buen Rey.

Se cumplió el guion de lo que esperábamos del discurso del nuevo Rey, Felipe VI. El Monarca, recién estrenado el trono, ha hecho lo que tenía que hacer, es decir, decirle al pueblo que las cosas van a cambiar, que él se somete a la voluntad de la soberanía nacional que reside en el pueblo español, que es un Rey constitucional, que entiende y participa de los problemas de los españoles, que sabe que las cosas van a ser distintas a partir de ahora porque los ciudadanos son más exigentes, y que no entiende una España en la que no estemos todos juntos pero, eso sí, con mucho esfuerzo por el diálogo y reconociendo la diversidad y las señas de identidad de todos y cada uno de nosotros.

Rey Felipe VI