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El día que ardió Troya en la Extremadura de Monago
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Federico Quevedo

Dos Palabras

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El día que ardió Troya en la Extremadura de Monago

Corría el mes de junio del año 2011 y el Gobierno socialista de Fernández Vara se aprestaba a dejar el poder, pero antes había que dejar

Corría el mes de junio del año 2011 y el Gobierno socialista de Fernández Vara se aprestaba a dejar el poder, pero antes había que dejar resuelto el asunto de las cajas y se decide acelerar la transferencia de activos y pasivos en la Caja de Badajoz y en la de Extremadura, por lo que pueda pasar después. En un principio la intención era fusionarlas y por eso Fernández Vara colocó al frete de cada una de ellas a un amigo (Víctor Bravo, actual vicepresidente de Liberbank, y Francisco García Peña). Pero el intento de fusión entre ellas fracasa y acaban siendo absorbidas por terceras.

Con el tiempo se ha demostrado que la gestión de las cajas ha sido un desastre y hoy Caja Extremadura está en manos de un grupo inversor mejicano que se ha quedado con Liberbank por 400 millones, mientras que la Caja de Badajoz llegó a ser objeto de una investigación parlamentaria debido a una negociación ruinosa en el grupo Caja Tres en el que originalmente se incorporó yque finalmente fue absorbido por IberCaja. El caso es que la Comunidad sequeda sin cajas y sin la función social y económica que desempeñaban.

El nuevo gobierno del PP, presidido por José Antonio Monago, mueve entonces ficha con las rurales. En un primer momento la Caja Rural de Extremadura fue absorbida por la Caja Rural del Sur (San Fernando y El Monte de Sevilla y Huelva). Se llega a hacer la fusión y el traspaso de activos y pasivos, pero en 2012 la Junta lo frena porque “necesitamos una caja extremeña”, según decían en el propio Gobierno. La primera decisión es poner al frente de la entidad a Román Prieto, un hombre próximo a IU proveniente del mundo sindical agrario, pero bien visto por la Junta -de hecho cuenta con el aval de la Vicepresidenta Cristina Teniente y del diputado de IU Alejandro Nogales-.

Prieto consigue desmontar la fusión y que lo suscriba el Banco de España, pero el BE le dice al Gobierno que la Rural se puede quedar sola si cambia al presidente y al Director General porque tenia un índice muy alto de morosidad y el BE quiere una gestión profesional. Prieto dice que se va, pero no termina de irse. La Junta entonces le presiona para que eche al Director General y después dimita, pero el Gobierno de Monago no tiene en cuenta que en la Rural mandan los empleados, y el Director General consigue que los empleados se pongan de su parte y rompe la unidad.

Dos no negocian si uno no quiere

Se abre un periodo de negociación por una doble vía, por un lado Cristina Teniente y Nogales que negocian lo que quiere IU y pretenden imponer a su candidato que no es otro que el propio Román Prieto, y por otro lado el ex consejero de economía, Antonio Fernández, que intenta llegar a un acuerdo con los empleados para cambiar al equipo directivo. La Junta tercia en el conflicto aprobando dos decretos que limitan la representación de voto en la asamblea, el primero de ellos en el mes de mayo. Pero llega junio y el enfrentamiento entre Prieto y el Director General es absoluto y el Gobierno envía a las Cortes un nuevo decreto -con el apoyo inicial de IU- para limitar aún más la representación en la asamblea de la Caja y favorecer la posición de Nogales y Teniente.

Con este mar de fondo, los socialistas se dan cuenta de que ha perdido la opción del Consejero -que era la que ellos apoyaban porque en Extremadura PSOE e IU no pueden verse ni en pintura- y que gana la de Teniente y Nogales y tiran de dossier de Nogales, y es entonces cuando aparece un préstamo de la Rural al diputado de IU por importe de 20.000 euros que lleva sin pagar desde el año 97 sin que nadie se lo reclame, préstamo vinculado a una sociedad que tiene conjunta con el presidente Román Prieto. La propia IU, que tiene una facción que nunca quiso pactar con el PP, exige que al igual que ha dimitido Willy Meyer por la Sicav de Bruselas, haga lo mismo Nogales y reclama al Comité de Garantías de Madrid que se le abra un expediente.

Una Asamblea movidita

Al mismo tiempo se convoca la Asamblea en la Rural para el domingo 29 de junio pero en la Asamblea de Extremadura IU vota en contra de la aplicación del segundo decreto que limitaba la representación en la Asamblea de la Caja, el mismo decreto que había presentado quince días antes el propio Alejandro Nogales, y eso implica que el decreto no entre en vigor antes de la Asamblea del 29 de junio. Aún así, Monago seguía engañado creyendo que el Gobierno de Extremadura iba a ganar esa asamblea, pero la derrota es brutal. Nunca había ido tanta gente a la Asamblea, -en la que por cierto aparecen el hijo de Román Prieto y Luis Cortés (un activista rural muy cercano al PP que estuvo en la cárcel por el ‘caso del lino’) para reventar la reunión y hubo que sacarlos a la fuerza-.

Se vota y sale ratificada la Junta Rectora y el director general con más del 90% de los votos, y llevándose por delante toda la estrategia de la Junta de Extremadura. Dicen las malas lenguas que todo lo de Nogales es una estrategia socialista porque es el que ha sostenido al Gobierno del PP, y lo cierto es que sin Alejandro Nogales IU va a dar un paso atrás y va a dejar a Monago muy debilitado, y eso le conviene al PSOE.

El declive de Iván Redondo

¿Qué ha pasado? Pues todo apunta a que desde que el pasado mes de mayo en una mala jugada de estrategia Iván Redondo aconsejara a Monago adelantar el debate de la Región, todo han sido malas noticias para un Gobierno que se desinfla en el momento en el que debería estar sacando pecho. Redondo ha quedado muy tocado y ni siquiera en este asunto de la Caja Rural ha sabido asesorar a Monago y se ha dejado involucrar por la estrategia de la Vicepresienta y de Nogales. El Gobierno de Monago está cuestionado dentro y fuera del partido, y a río revuelto, ganancia de pescadores: la que crece inexplicablemente es la figura de la vicepresidenta Cristina Teniente que acumula a su cargo los de portavoz y Consejera de Economía, y que ya se ve en el futuro como la Susana Díaz extremeña, amenazando incluso el poder que hasta ahora tenía Ivan Redondo.

Pero no lo va a tener fácil, porque a Cristina Teniente tiene enfrente a los principales barones ‘cacereños’ del PP en la región, que están esperando un resbalón de Monago y de Teniente para hacerse con el poder en el PP. El presidente Monago parece perdido, no sabe por donde le vienen los golpes. Durante tres años él ha conseguido mantener firme al partido y lo ha liderado bien en lo peor, pero cuando deberían empezar a cambiar las cosas, da la sensación de que a Monago se le han acabado las ideas. La bajada de impuestos es un último intento por recuperar al electorado perdido del PP… ¿Suficiente? Ya veremos.

Mientras tanto otro negro nubarrón asoma en el horizonte: un nuevo dossier sobre Nogales tiene muy nerviosos a los diputados de su partido y a los del PP, porque está vez hay más gente implicada, la cuantía es mayor -300.000 euros-, y también podría tratarse de otro préstamo concedido por el propio presidente de la Rural sin garantías y que se encuentra en situación de morosidad. No son buena noticias para un Monago que o se desprende de todo lo que empieza a oler mal a su alrededor, o no le va a quedar tiempo para recuperarse y volver a ganar las elecciones como él -no Iván Redondo- sabe hacerlo.

Corría el mes de junio del año 2011 y el Gobierno socialista de Fernández Vara se aprestaba a dejar el poder, pero antes había que dejar resuelto el asunto de las cajas y se decide acelerar la transferencia de activos y pasivos en la Caja de Badajoz y en la de Extremadura, por lo que pueda pasar después. En un principio la intención era fusionarlas y por eso Fernández Vara colocó al frete de cada una de ellas a un amigo (Víctor Bravo, actual vicepresidente de Liberbank, y Francisco García Peña). Pero el intento de fusión entre ellas fracasa y acaban siendo absorbidas por terceras.