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Dime de qué presumes… (sobre Wagner II)
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Federico Quevedo

Dos Palabras

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Dime de qué presumes… (sobre Wagner II)

Alguien me dijo una vez que UPyD era “una buena idea llevada a cabo por una mala cabeza” en referencia clara a Rosa Díez. Ayer, la

Foto: La líder de UPyD, Rosa Díez, y el eurodiputado Francisco Sosa Wagner (EFE)
La líder de UPyD, Rosa Díez, y el eurodiputado Francisco Sosa Wagner (EFE)

Alguien me dijo una vez que UPyD era “una buena idea llevada a cabo por una mala cabeza” en referencia clara a Rosa Díez. Ayer, la líder de este partido no tuvo más remedio que aceptar la apertura de un debate interno sobre el asunto que hace unos días puso el eurodiputado Francisco Sosa Wagner sobre la mesa, la alianza electoral con C’s, y que ha causado un enorme revuelo en las filas de la formación magenta.

En mi último post me atreví a comparar el autoritarismo de UPyD con el de VOX porque, en mi opinión, ambas formaciones pecan de lo mismo aunque ideológicamente no se compadezcan: se trata de partidos que nacen con un afán de revancha hacia las siglas en las que sus impulsores militaron antaño, el PSOE en el caso de Rosa Díez y el PP en el de Abascal y Vidal-Quadras (este último ya retirado), y por lo tanto fuertemente personalistas.

Yo no soy el único que ha criticado el autoritarismo de UPyD: ya hace tiempo lo hizo uno de sus fundadores, Mikel Buesa, y después han sido muchos los militantes expulsados de esa formación que han insistido también en esa idea, luego no parece que cuando Sosa Wagner hace esa referencia en su escrito esté diciendo nada nuevo. ¿Debe por ello dimitir? En mi opinión, no.

En el punto 28 de la resolución política de su I Congreso se afirmaba en referencia a los partidos tradicionales que “si los miembros del partido se convierten en profesionales del desempeño de cargos políticos o en meros funcionarios del partido, la preservación de ese su único modo de vida acaba siendo el objetivo fundamental de la acción política. Añadamos a esta profesionalización espuria la selección negativa, el proceso en virtud del cual los mecanismos habituales de cooptación de miembros del aparato dirigente del partido seleccionan y promueven a los sujetos más conformistas o más hábiles en el manejo de esas reglas de juego, en detrimento de los más críticos, independientes o innovadores”.

Según esa crítica, el comportamiento de Sosa Wagner encajaría justo en lo contrario al aparecer como un dirigente crítico, independiente e innovador y, por lo tanto, apto para formar parte de lo mejor de UPyD. Pero en lugar de eso se le ha calificad de “mezquino” para arriba. Cada vez es más evidente que UPyD es un partido fabricado para encajar a la perfección en la talla política de Rosa Díez, y el problema es que la talla política de Rosa Díez es muy pequeña.

UPyD vende democracia pero no la aplica, vende debate interno pero lo cercena, vende trasparencia pero se comporta de manera opaca, vende apertura y debate pero se muestra implacable con los críticos como se ha demostrado en más de una ocasión y pueden atestiguarlo cientos de militantes expulsados de sus filas precisamente por intentarlo.

Si lo que de verdad quiere UPyD es diferenciarse de los partidos grandes, demostrar que es más abierto, transparente y democrático, lo que debe hacer es evidenciarlo con hechos, aunque eso implique poner en cuestión determinados liderazgos. Verán, lejos de lo que ustedes puedan pensar, yo creo –como Sosa Wagner– que España necesita un gran partido moderador que se convierta en fiel de la balanza bipartidista, y en mi opinión Ciudadanos camina en esa dirección pero le falta complemento en el resto de España.

Ese complemento podría ser UPyD si este partido vuelve a sus orígenes fundacionales y da respuesta a una demanda social cada vez más creciente que quiere algo distinto, pero descarta los planteamientos rupturistas de la izquierda radical. Ahora bien, con Rosa Díez eso parece imposible.

Alguien me dijo una vez que UPyD era “una buena idea llevada a cabo por una mala cabeza” en referencia clara a Rosa Díez. Ayer, la líder de este partido no tuvo más remedio que aceptar la apertura de un debate interno sobre el asunto que hace unos días puso el eurodiputado Francisco Sosa Wagner sobre la mesa, la alianza electoral con C’s, y que ha causado un enorme revuelo en las filas de la formación magenta.

UPyD Rosa Díez