Si el futuro de España está en manos de Pedro Sánchez, apaga y vámonos

El martes, el secretario general del PSPV, Patxi López, se lamentaba públicamente del espectáculo que estos días está dando el Partido Socialista. Y con razón. No deja de ser bastante triste que un partido que ha sido fundamental para la reciente historia de España, que ha gobernado casi medio cuarto de siglo y ha sido responsable de algunos de los hechos más importantes de este país, como la entrada en la UE o en la OTAN -pese a su oposición inicial-, situándolo en la esfera de las naciones más importantes del mundo, y que tuvo el acierto de subirse al carro de la Transición, se encuentre ahora sumido en un proceso de cuestionamiento interno que puede abocarle a su propia desaparición.

Ya elresultado electoral del 20-Ddebería de haber pasado alguna factura y, sobre todo, haber obligado a la reflexión sobre las causas del hundimiento -y sí, para los tocapelotas de siempre: el PP debería hacer lo mismo, pero hoy hablo del PSOE- hasta los 90 escaños. Nunca tuvo el PSOE un resultado electoral tan malo, y sin embargo por pérdidas no peores que esta dimitieron Almunia y Rubalcaba. Ni siquiera el PP en el año 2011 tenía un escenario tan favorable para ganar las elecciones como el que tenía el PSOE en 2015, pero su líder, Pedro Sánchez, no ha sabido aprovechar la coyuntura y presentarse ante los ciudadanos como la única alternativa al PP.

Por la izquierda y por el centro, al PSOE le han robado el discurso, y los votos. Y ha dejado que los partidos emergentes asumieran el protagonismo

Por la izquierda y por el centro, le han robado el discurso, y los votos. Y ha dejado que los partidos emergentes asumieran el protagonismo de la oposición sin ni siquiera estar presentes en el Parlamento. Pero, con todo, lo peor no es eso. Lo peor es que en este escenario de absoluta incertidumbre que ha dejado el resultado electoral, en lugar de contribuir a ofrecer un espacio de consenso y de diálogo necesarios para superar el trance, Pedro Sánchez parece dispuesto a cualquier cosa con tal de llegar a La Moncloa subido a lomos de sus 90 escaños. Y los 42 de Podemos más sus satélites.

Aparentemente, a tenor de los hechos que se han ido sucediendo en las últimas horas, parece que es bastante probable que los barones del partido impongan su tesis de congreso ya, y que si ese congreso lo gana otro/a que no sea Pedro Sánchez nos veamos irremediablemente conducidos a unas nuevas elecciones, porque al ‘no’ rotundo del PSOE al PP se uniría otro igual o mayor a Podemos, con lo cual al no haber posibilidad de formar una mayoría estable las urnas serían el único camino para despejar la incertidumbre.

Pero si los barones fracasan en su intento de ‘liquidar’ a quien debía de haber dimitido la misma noche del 20-D por pura vergüenza torera, es más que probable que Pedro Sánchez avance en su intento de lograr un pacto de izquierdas y nacionalistas que le lleve al poder. Con 90 escaños. Una bromade mal gusto. No se puede gobernar un país con 90 escaños, por muchos apoyos que sume a su alrededor. Y, sin embargo, es lo que quiere. Sabe que es su única oportunidad, y va a intentarlo como sea y, si me apuran, al precio que sea.

Un pacto con Podemos es la sentencia de muerte de un Partido Socialista que allá donde ha pactado con la extrema izquierda, ha sido superado por ésta

Y me dirán ustedes: “Los barones no le van a dejar”. Y contesto: si se sale con la suya y retrasa el congreso a mayo, no habrá barón que le tosa. Ni baronesa. Increíblemente, Sánchez se alzará como el secretario general con casi más poder que ha tenido el PSOE después de haberlo hundido en la miseria. Aun a sabiendas de que ese pacto con Podemos es la sentencia de muerte para un Partido Socialista que allá donde ha pactado con la extrema izquierda, ha sido superado por esta. Porque, además, esa es la ambición de Pablo Iglesias, consciente de que su única posibilidad de llegar a ser presidente del Gobierno pasa por merendarse al PSOE.

Y se pueden imaginar lo que puede ser un Gobierno de coalición PSOE-Podemos… Harán cosas, sí, que agradarán a mucha gente, como ese contrato social que viene anunciando Pablo Iglesias y que tiene aspectos que incluso a míme gustan… Pero sus políticas -y no duden de que Podemos impondrá sus votos para llevar adelante sus políticas- no traerán más que ruina a este país, y Pedro Sánchez no será más que una marioneta en manos de un partido dispuesto incluso a cuestionar todo lo que el Partido Socialista dice defender desde que se sumóa la Transición.

Y dicho todo esto, les deseo a ustedes un Feliz Año Nuevo.

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