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Carta bomba (no es literal) en la sede del PP
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Federico Quevedo

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Carta bomba (no es literal) en la sede del PP

Las bases del PP reclaman cambios necesarios para poder afrontar los retos del futuro. Pero la dirección del PP se ha encerrado en una especie de caparazón en el que chocan las críticas

Foto: El presidente del PP, Mariano Rajoy, durante su intervención ante el plenario del XVII Congreso Nacional del partido en 2012. (EFE)
El presidente del PP, Mariano Rajoy, durante su intervención ante el plenario del XVII Congreso Nacional del partido en 2012. (EFE)

Podía parecer, después del debate de investidura fallido de Pedro Sánchez y la ‘resurrección’ de Rajoy como contaba en un 'post' la pasada semana, que en el PP se habían calmado las aguas y que se habían templado los ánimos. Nada más lejos de la realidad. Hace unos días contaba cómo desde Baleares había surgido un movimiento entre la militancia del PP llamado 'Hablan las bases' y que ya se había extendido a otras regiones.

Pues bien, no ha sido el único movimiento en el sentido de buscar un proceso de regeneración que se está dando en el PP. Esta misma semana ha llegado a Génova 13, en concreto a la atención del presidente del Comité de Derechos y Garantías, Alfonso Fernández Mañueco, un burofax enviado por el Foro de Pensamiento y Desarrollo, una corriente dentro de la joven militancia del PP, reclamando la convocatoria inmediata del congreso ordinario del partido, cumpliendo los plazos que establecen los estatutos o, en caso contrario, pondrán el incumplimiento de las leyes en manos de los tribunales.

Hay mucha gente en el PP que quiere ese congreso, a la vista de cómo se han venido sucediendo algunos acontecimientos en las últimas semanas. “Somos gente que queremos mucho al Partido Popular, porque hemos trabajo durante mucho tiempo en él, y queremos que se regenere y se adapte para volver a ganar las elecciones y gobernar en España”, me dice Joaquín Vázquez Villanueva, firmante junto a María Fuster de la carta.

La ley establece que los partidos deben tener formas democráticas de participación de los militantes recogidas en sus estatutos y estos deben cumplirse

Es el segundo burofax enviado a Mañueco. Antes se habían dirigido por carta a la secretaria general, María Dolores de Cospedal, y a la presidenta del Comité Electoral, Alicia Sánchez Camacho. El foro, que nació así como consecuencia de la prohibición estatutaria a la creación de movimientos asociativos, une a muchos militantes y simpatizantes del PP que reclaman cambios y que han elaborado un documento interno sobre cómo les gustaría que fuera el partido en el futuro.

Pero antes debe pasar el PP por ese Congreso, cuya obligatoriedad está recogida incluso en la Ley de Partidos Políticos, que establece que todos los partidos deben tener formas democráticas de participación de los militantes recogidas en sus estatutos y que estos deben cumplirse. Y como los estatutos del PP establecen que el Congreso ordinario del partido debe celebrarse cada tres años, los firmantes entienden que se han incumplido las leyes y, por esa razón, se sienten en la obligación de recurrir al “amparo de los Tribunales de Justicia, para que nuestro sistema no dependa de personas que a su antojo, por no convenirles, no cumplan con aquello que les rige”.

Haría bien la dirección nacional en escuchar lo que, de verdad, empieza a ser un clamor entre las bases del PP. Y se trata de gente que quiere a su partido, y precisamente por ello, porque no les gusta ver cómo están las cosas, reclaman cambios que son absolutamente necesarios para poder afrontar los retos del futuro. Pero la dirección del PP se ha encerrado en una especie de caparazón en que, creen ellos, chocan todas las críticas. Y no es así como se afronta un proceso de regeneración, sino con audacia y abriéndose a una sociedad que les ha dicho muy clara y contundentemente que si no cambian, se quedarán muchos años en la oposición.

Podía parecer, después del debate de investidura fallido de Pedro Sánchez y la ‘resurrección’ de Rajoy como contaba en un 'post' la pasada semana, que en el PP se habían calmado las aguas y que se habían templado los ánimos. Nada más lejos de la realidad. Hace unos días contaba cómo desde Baleares había surgido un movimiento entre la militancia del PP llamado 'Hablan las bases' y que ya se había extendido a otras regiones.

Mariano Rajoy