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Rajoy: tres verdades y una mentira… y gorda
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Federico Quevedo

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Rajoy: tres verdades y una mentira… y gorda

Rajoy no ha hecho nada por evitar que el país tenga que volver a las urnas, más allá de ofrecer al PSOE una gran coalición que desde el minuto uno se sabía imposible

Foto: El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy. (EFE)
El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy. (EFE)

Ya nos hemos metido en precampaña electoral y este martes no hubo un dirigente político, de los mismos cuatro candidatos que van a volver a presentarse a las urnas seis meses después, que no hiciera su aparición de alguna manera en los medios de comunicación. El presidente del Gobierno, al que se le ve más entusiasta que nunca porque los demás se lo han puesto a huevo, resumió desde Valencia -donde de lo único que no habló fue del verdadero problema que tienen los populares en aquella comunidad: corrupción- en tres verdades lo que nos ha llevado hasta esta situación tan extraordinaria.

"Por fortuna, estos cuatro meses han servido para que los españoles les conozcan más”, dijo Rajoy refiriéndose a los otros tres partidos en liza con opciones a gobernar o a formar parte de alguna clase de Gobierno. Empezando por Ciudadanos, Rajoy dijo del partido de Albert Rivera que había intentado “hacer presidente al secretario general del PSOE asumiendo su programa electoral", lo cual es una verdad a medias porque lo segundo no es cierto, o no al cien por cien. De Podemos advirtió que había pretendido “hacer una coalición de izquierdas que liquidaba la soberanía nacional al aceptar el referéndum", lo cual es rigurosamente cierto. Y a los socialistas los acusó de haber intentado "una coalición con todos los que pudieran sumarse al espectáculo de una reunión a 18", y, sin duda, ha sido así.

Es un hecho que Ciudadanos pactó con el PSOE y que ese acuerdo condujo a una sesión fallida de investidura en la que ambos socios buscaron con ahínco la abstención de otros que les permitiera gobernar con 130 escaños. No pudo ser, pero en lugar de matar el pacto tras el fracaso, ambos socios decidieron mantenerlo vivo, y eso que hay que agradecerle a Ciudadanos porque, de lo contrario, hubiera dejado al PSOE las manos libres para pactar cualquier cosa con Podemos.

Las cosas han cambiado y los intereses partidarios son bien distintos. Conclusión: vamos a elecciones y el único partido que parece salir beneficiado es el PP

Un Podemos que en este tiempo nos ha mostrado dos caras, la más amable de Íñigo Errejón, dispuesto a dejar que el PSOE se embarcara en un Gobierno imposible con 130 escaños porque, en su análisis, eso ponía a su partido en condiciones de disputarle la supremacía de la izquierda, y el rostro duro y frío de Pablo Iglesias, que no ha estado dispuesto a concederle al PSOE ni la más mínima posibilidad de encontrar un punto de acuerdo porque su plan pasa por dar el 'sorpasso' ya, en estas nuevas elecciones. Es cierto, sin embargo, que si el PSOE hubiera aceptado un pacto de izquierdas o a la valenciana, Podemos lo habría rubricado porque eso implicaba asumir cuotas de poder muy importantes.

Y el PSOE intentó lo imposible: que todos le permitieran gobernar junto a Ciudadanos con una sola excusa para hacerlo, o sea, echar al PP. El Pacto del Tinell dicho de otro modo, lo que ocurre es que las cosas han cambiado mucho y los intereses partidarios son otros bien distintos. Conclusión: vamos a elecciones y el único partido que parece salir beneficiado de todo esto -digo parece, porque de aquí al 26 de junio todavía queda mucho tiempo- es el PP de Mariano Rajoy.

El PP se ha cruzado de brazos, tanto para buscar soluciones al bloqueo político como para resolver sus propios problemas internos, que han sido muchos

Un Rajoy que a estas tres verdades, añadió ayer una enorme mentira: “Hicimos lo que teníamos que hacer. Y no es bueno que haya que repetir elecciones. Yo he intentado evitarlo, pero es mejor repetir elecciones que un Gobierno a la valenciana”. No es verdad. No ha intentado evitarlo. Es más, el PP se ha estado frotando las manos todo este tiempo sabiendo que el fracaso de Sánchez suponía una nueva oportunidad para mejorar sus resultados electorales.

La realidad es que Rajoy no ha hecho nada por evitar que el país tenga que volver a las urnas, más allá de ofrecer al PSOE una gran coalición que desde el minuto uno se sabía imposible. Pero lo cierto es que el PP se ha cruzado de brazos todo este tiempo, tanto para buscar soluciones al bloqueo político como para resolver sus propios problemas internos, que han sido muchos y muy importantes. Pero no le ha salido mal la jugada a Rajoy, que sigue manejando los tiempo como él sabe hacer mejor que nadie: esperando.

Ya nos hemos metido en precampaña electoral y este martes no hubo un dirigente político, de los mismos cuatro candidatos que van a volver a presentarse a las urnas seis meses después, que no hiciera su aparición de alguna manera en los medios de comunicación. El presidente del Gobierno, al que se le ve más entusiasta que nunca porque los demás se lo han puesto a huevo, resumió desde Valencia -donde de lo único que no habló fue del verdadero problema que tienen los populares en aquella comunidad: corrupción- en tres verdades lo que nos ha llevado hasta esta situación tan extraordinaria.

Ciudadanos Mariano Rajoy