Es para sentirse orgullosos del pueblo español

Por encima de si el Brexit ha influido o no en la recuperación del voto del PP y el PSOE, lo cierto es que es bastante probable que con Brexit o sin él, el resultado de las urnas en España hubiese sido muy parecido, si no calcado, al que ha sido. En contra de lo que podía parecer, de lo que yo mismo -incluso- creí que iba a pasar, ha triunfado el sentido común y los ciudadanos han preferido alejarse de extrañas aventuras y agarrarse a lo seguro: nadie se esperaba que el PP subiera como lo ha hecho en esta jornada electoral.

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Bueno, realmente nada de lo ocurrido era esperable, porque las encuestas nos estaban ofreciendo un escenario muy diferente, tan diferente que la sorpresa es mayúscula: el PP y el PSOE le han dado la vuelta a las encuestas, lo cual solo puede explicarse como el triunfo del voto de la moderación, del sentido común y de lo razonable. Obviamente me equivoqué cuando el pasado miércoles me atreví a prever el triunfo de Podemos. El que no arriesga… También empecé diciendo que me alegraría de equivocarme, como no puede ser de otra manera porque yo no creo que esa alternativa fuera lo mejor para el país.

Lo cierto es que la mayor expectativa que se había generado, hasta el extremo de que se daba por hecha y del todo punto inevitable, era la del 'sorpasso', y sin embargo Podemos se ha quedado muy lejos de lo que tanto ambicionaba. Tienen un techo importante, sin duda, y van a ser decisivos para muchas cosas en esta nueva legislatura que comienza y que, esta vez sí, lo va a hacer para un periodo más largo que la anterior, sin duda alguna. Pero tendrán que reflexionar sobre lo que son y lo que quieren ser, o volverán a verse reducidos a lo que en sus mejores tiempos fue la IU de Julio Anguita.

En Podemos va a tener que reflexionar lo que son y quieren ser a riesgo de acabar como la IU de Anguita

A Pedro Sánchez le han vuelto a salvar, por segunda vez, las encuestas. Y el hecho de que en Andalucía el PP le haya ganado a Susana Díaz. El 'sorpasso' habría acabado, sin duda, con su carrera política esta misma noche, pero el haber dado la vuelta a todos los pronósticos le pone de nuevo en situación de seguir adelante, aunque con una diferencia sustancial respecto del 20D: a diferencia de entonces, esta noche no se estará viendo a sí mismo vestido de presidente del Gobierno. Sabe que eso es imposible, no hay manera de conseguirlo, porque tampoco se ha dado la otra gran apuesta de los sondeos, es decir, que la suma de la izquierda fuera mayor que la del centro-derecha.

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Es más, en comparación con el 20D, se han quedado bastante más atrás. Y es que del resultado de las urnas solo cabe una opción para el futuro: un pacto PP-C’s que se quedaría a siete escaños de la mayoría absoluta, seis más que el 20D y suficiente para que no vuelva a producirse una situación de bloqueo como la de entonces. El partido de Albert Rivera ha perdido menos de un punto de porcentaje de voto, pero eso se ha traducido por culpa de la Ley D’Hont en ocho escaños menos. Aun así, tiene una presencia lo suficientemente importante como para ser relevante en la formación del nuevo Gobierno.

El partido de Rivera, pese a todo, va a tener un papel relevante para la formación del nuevo Gobierno

Un nuevo Gobierno que, a pesar de lo dicho por Albert Rivera -ha sido, sin duda, el error de su campaña-, estará presidido por Mariano Rajoy. Al PP le ha salido muy bien la campaña del voto útil para frenar el radicalismo, y ha tenido un triunfo incuestionable. Los españoles, al final, han puesto las cosas en su sitio, donde tenían que haber estado después del 20D, es decir, en un gran acuerdo que permita la gobernabilidad y que incluya a los partido que respetan la Constitución. Pero eso no significa, ni mucho menos, que todo vaya a seguir igual.

Pedro Sánchez intentó formar Gobierno con 130 escaños y todos sabíamos que era muy difícil, por no decir imposible, gobernar así. El PP tiene 137, que no son muchos más, y no puede gobernar en solitario. Necesita apoyos, y a Mariano Rajoy no le queda más remedio que tender la mano, olvidar rencillas personales, y sumar. Y la suma implicará hacer concesiones, y en eso el papel de Ciudadanos va a ser importante, porque será de ahí de donde vengan las reformas y los cambios que este país necesita. Pero eso ya es cuestión de irlo analizando en las próximas semanas. Lo importante, hoy, es que los españoles han vuelto a dar una lección, y esta vez ha sido una lección de sentido común. Y eso es un orgullo.