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Los españoles le han dado otra oportunidad, Sr. Rajoy… No la desaproveche
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Federico Quevedo

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Los españoles le han dado otra oportunidad, Sr. Rajoy… No la desaproveche

No podemos ir a unas terceras elecciones porque no sabemos lo que podría pasar en ese caso. Esto hay que resolverlo ahora, y a ser posible, a finales de julio o principios de agosto

Foto: Mariano Rajoy, durante su comparecencia ante los simpatizantes en la sede del PP tras ganar las elecciones este domingo. (EFE)
Mariano Rajoy, durante su comparecencia ante los simpatizantes en la sede del PP tras ganar las elecciones este domingo. (EFE)

Ni lo inesperado de la contundente victoria -ninguna encuesta lo reflejaba, ni siquiera a pie de urna-, ni el hecho de que se haya debido más a los errores ajenos, y al voto útil para frenar al populismo, que a méritos propios, restan importancia al hecho de que en las elecciones del domingo el Partido Popular ha sido el único que ha subido en votos y escaños mientras todos los demás han bajado. Y con menos participación, lo cual tiene más mérito.

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Por si no nos habíamos enterado después del 20-D, los ciudadanos han vuelto a decir lo que ya dijeron entonces: que quieren que gobierne el PP, pero teniendo que pactar con terceros. Como entonces parece que la clase política miró para otro lado, ahora se lo han recordado con un poco más de contundencia, pero sin pasarse, porque el objetivo sigue siendo el mismo: que haya diálogo. Yo no creo que la gente vote pensando: “Voy a votar a este partido para que pacte con este otro…”. No… Puede que haya un pequeño porcentaje de votantes que acudan a las urnas con esa intención, pero no es la mayoría. Sin embargo, del resultado de la votación hay que extraer conclusiones, y la que algunos sacamos del 20-D fue que era necesario abrir un diálogo amplio.

Entonces los partidos se enrocaron, Sánchez dijo aquello del “no, nunca, jamás” que le ha conducido definitivamente a la oposición, Rivera se volcó en un pacto con Sánchez que por empeño del segundo excluía al PP, y Rajoy optó por no hacer nada. Los ciudadanos no es que hayan premiado ese inmovilismo, pero como fue el que menos se movió, también fue el que menos se equivocó, y en un momento en el que parece evidente que se necesita estabilidad para afrontar los retos que nos esperan en los próximos años, los votantes han señalado de nuevo al PP como el partido al que debe tocarle la responsabilidad de formar Gobierno.

Eso quiere decir que Rajoy no puede volver a esconderse en su despacho a la espera de ver si tiene suerte y le hacen presidente por agotamiento. No. Ahora le toca a él mover ficha. Y no basta con llamar a Sánchez y a Rivera y al resto para saber qué van a votar en la investidura. Tiene que tener iniciativa. Es decir, tiene que forzar una negociación. Independientemente de lo que todavía en las horas siguientes están diciendo los líderes de los principales partidos, todo eso hay que ponerlo en cuarentena, porque este es el momento de sentarse a negociar y de hacerlo con un cierto grado de generosidad por todas partes.

Rajoy no puede volver a esconderse en su despacho a la espera de ver si tiene suerte y le hacen presidente por agotamiento. No. Ahora le toca a él mover ficha

El cambio está ahí, sigue estando ahí, aunque algunos se empeñen en no verlo. Rajoy no podría ir a ninguna parte si PSOE y Ciudadanos deciden votar en contra en la investidura, y si eso fuera así la euforia inicial del PP se tornaría en nuevo desánimo. No puede ser. Los españoles no pueden ir a unas terceras elecciones porque no sabemos lo que podría pasar en ese caso. Esto hay que resolverlo ahora, y a ser posible, como dice el propio Rajoy, a finales de julio o principios de agosto, porque el país lleva demasiado tiempo con un Gobierno en funciones y hay que empezar a tomar decisiones importantes.

Los españoles le han dado una nueva oportunidad a Rajoy, y está obligado a no desaprovecharla. O sea, no vale con un documento en el que se diga que hay que pactar la política económica, Europa, la lucha contra el terrorismo… Eso también, por supuesto, pero España necesita mucho más que eso, necesita reformas que empiezan desde la Constitución y siguen por la ley electoral, por la lucha contra la corrupción, por la educación… No hay que descartar algunas propuestas de otros partidos que, bien intencionadas, tienen el problema de su financiación, como ocurre con esa ley de rescate ciudadano de Podemos. Debería de poderse negociar.

Porque se trata de eso, de que más allá de un Gobierno para los próximos cuatro años, lo que los españoles han elegido es un Parlamento en el que debería ser posible llegar a amplios acuerdos entre todas las fuerzas políticas. Eso es lo que debería estar ya ofreciendo Rajoy. Eso es tener sentido de Estado, y ser consciente de que, en estas circunstancias, cada escaño tiene una importancia vital y debe ser tenido en cuenta. Se llama amplitud de miras, audacia y mano tendida. Si Rajoy hace eso, habrá aprovechado la enorme oportunidad que los ciudadanos han puesto en sus manos. Si no, no soy capaz de prever lo que pasará en el futuro, pero no será nada bueno.

Ni lo inesperado de la contundente victoria -ninguna encuesta lo reflejaba, ni siquiera a pie de urna-, ni el hecho de que se haya debido más a los errores ajenos, y al voto útil para frenar al populismo, que a méritos propios, restan importancia al hecho de que en las elecciones del domingo el Partido Popular ha sido el único que ha subido en votos y escaños mientras todos los demás han bajado. Y con menos participación, lo cual tiene más mérito.

Mariano Rajoy Pedro Sánchez Ciudadanos