Rajoy no será presidente el 2 de septiembre, y lo sabe

Pero tampoco le preocupa... Tal y como lo he venido contando en anteriores entradas, Mariano Rajoy sabe que la primera sesión de investidura, la que se celebrará a partir del próximo 30 de agosto, será fallida. Es decir, no saldrá elegido presidente ni en primera ni en segunda votación, porque bajo ninguna circunstancia el PSOE va a cambiar el sentido de su voto del no a la abstención.

Lo que no quería Mariano Rajoy, y de ahí esa puerta que dejó abierta a no acudir a la investidura tras el encuentro con el rey Felipe VI, era enfrentarse al debate con el apoyo de solo sus 137 escaños... Ni siquiera la abstención de Ciudadanos le servía. Pero la cosa cambia cuando Ciudadanos hizo un movimiento importante para facilitar la investidura y se puso en marcha una negociación que supondrá para Rajoy acudir al Congreso con 170 escaños de apoyo: los 137 del PP, los 32 de Ciudadanos y el de Coalición Canaria...

Salir 'derrotado' con el apoyo de esos 170 escaños, a solo seis de la mayoría absoluta, le permite hacerlo con la cabeza alta y poniendo toda la presión mediática y de la opinión pública sobre el PSOE y, especialmente, sobre un Pedro Sánchez al que ya apodan como 'el Empecinado'. ¿Eso significa que no habrá Gobierno? No necesariamente. Con ese respaldo, Rajoy se puede permitir aguantar unas semanas, hasta después de las elecciones vascas y gallegas.

Rajoy no saldrá elegido presidente ni en primera ni en segunda votación porque bajo ninguna circunstancia el PSOE va a cambiar el sentido de su voto

Es decir, que habrá una segunda sesión de investidura después del 25 de septiembre. Si además las elecciones le han ido bien al PP, es decir, que Núñez Feijóo siga siendo presidente con mayoría absoluta en Galicia y que el PP vasco mejore algo sus resultado, hasta el punto de hacerse necesario para que el PNV pueda seguir gobernando, Rajoy verá revalidada su estrategia, y la presión sobre el PSOE será mayor. Es más, en el PP dan por hecho que, tras la investidura fallida de la semana que viene, las cosas empezarán a moverse en el Partido Socialista para darle el 'finiquito' a Sánchez y articular una alternativa que acabaría por facilitar la investidura de Rajoy.

Lo increíble de todo esto es que por una cuestión personal, el empeño de Pedro Sánchez por hacer morder el polvo a Rajoy en aras de su propia supervivencia política, España no tendrá Gobierno hasta el mes de octubre, lo cual significa que habrá que prorrogar los Presupuestos para el año que viene, y que la UE volverá a examinarnos y esta vez, probablemente, no sea tan condescendiente y acabe multándonos por déficit excesivo. Pero pídanle cuentas a Sánchez, porque todo eso podría evitarse con un poco de sentido común y sentido de Estado. Algo que ya ha demostrado que no tiene.