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La investidura de Rajoy, a salvo de Francisco Correa
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Federico Quevedo

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La investidura de Rajoy, a salvo de Francisco Correa

Todo lo que ahora se está juzgando corresponde a una etapa anterior como presidente del PP y bajo su mandato no solo no se repitieron estos hechos, sino que se cortaron de raíz

Foto: Mariano Rajoy, durante el acto de presentación del programa electoral del PP. (EFE)
Mariano Rajoy, durante el acto de presentación del programa electoral del PP. (EFE)

Cuando en el año 2008 la dirección nacional del PP encargó al partido en la Comunidad Valenciana la organización del congreso en el que Rajoy debía ser ratificado como presidente, esta vez sin el ‘dedazo’ de Aznar de por medio, el entonces secretario general, Ángel Acebes, se desplazó a la Capital del Turia con un mensaje muy claro para sus compañeros: bajo ninguna circunstancia debía contratarse a tal efecto a las empresas de Francisco Correa y el Bigotes.

Los valencianos protestaron, porque ya entonces los cabecillas de la que luego se llamó ‘trama Gürtel’ hacían allí su agosto, pero la decisión de Génova 13 era muy firme y, de hecho, aquel congreso lo organizó en buena parte la empresa de la exmujer de Juan Costa, si no recuerdo mal. Este hecho me lo contó, personalmente, el propio Acebes, como me contó –cuando ya había estallado el ‘caso Gürtel’– que nada más llegar Rajoy a la Presidencia del partido se cancelaron todos los contratos que unían a esta formación con las empresas de Correa.

placeholder Francisco Correa, en una foto de archivo. (EFE)
Francisco Correa, en una foto de archivo. (EFE)

Eso no tiene nada que ver con el hecho de que Correa contratara a Antonio Cámara –hasta entonces secretario personal de Aznar–, por más que la relación de Cámara y Rajoy no fuera buena. El problema, según me confesaba Acebes, es que Rajoy no se fiaba de Correa, y mucho menos de Pablo Crespo, a quién conocía de sobra por su labor como secretario general del PP gallego. Lo que no sabía entonces es que tenía otro enemigo metido en casa, llamado Luis Bárcenas, y fue después de ese congreso de 2008 cuando el extesorero empezó a caer en desgracia, caída provocada por la sucesora de Acebes, María Dolores de Cospedal, que poco a poco fue retirándole competencias y poder.

Todo lo que ahora se está juzgando no corresponde a la etapa de Rajoy como presidente del PP, sino a la anterior

La trama se veía alejada del poder central, y se dispersó por las sedes territoriales, principalmente las de Madrid y Valencia. Esta es la realidad, por mucho que a algunos les gustaría vestirla de otra manera. Yo le he reprochado a Rajoy la falta de contundencia a la hora de poner fin a las prácticas corruptas en su partido, pero lo cierto es que todo lo que ahora se está juzgando no corresponde a su etapa como presidente del PP, sino a la anterior, y que bajo su mandato no solo no se repitieron estos hechos, sino que se cortaron de raíz.

De ahí la importancia de la declaración de Correa esta semana y el reconocimiento que hizo ante el tribunal de que bajo el mandato de Rajoy se cortocircuitaron sus negocios con Genova 13, que dejó de ser su “casa”, en palabras textuales. Nadie puede negar que había expectación por la declaración de Correa ante el tribunal que juzga los hechos de la trama, sobre todo por lo que pudiera afectar a la más que probable investidura de Rajoy a finales de este mes… Pero quienes confiaban en que Correa acabara por tumbar a Rajoy y le diera el argumento al PSOE para sumarse al “no es no” de Pedro Sánchez, se equivocaron. Correa no se podía inventar lo que no había.

Foto: Francisco Correa en la quinta jornada del juicio por el caso Gürtel. (Efe)

El relato de los hechos se circunscribe a la presidencia de José María Aznar, y no a la de Rajoy, luego el actual presidente del PP queda a salvo de sospecha. Puede ser investido. Está limpio. Si hubiera habido un sobre, aunque fuera de tan solo cien euros, les aseguro que lo habríamos sabido, y quienes llevamos tiempo diciendo que son otros los que tenían que haber salido a la palestra a dar explicaciones de un marrón que se han comido los actuales, nos hemos cargado de razón. Yo todavía estoy esperando, y más después de lo sabido esta semana, una comparecencia de José María Aznar. Es él quien tiene que dar una explicación o, al menos, pedir una disculpa si todo esto ocurrió sin que él lo supiera.

Pero ya sabemos de quién era amigo Correa, y a que bodas acudía. Y sabemos dónde vivía cuando el casero era Aznar. Yo no digo que sea responsable por acción, porque no tengo elementos de juicio para hacerlo, pero es responsable por omisión, y su actitud arrogante y autoexculpatoria ha hecho mucho daño a otros que han tenido que asumir una responsabilidad que no era suya, comenzando por la actual secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, que ha sido víctima de críticas, crueles en muchos casos, por un asunto del que no era responsable bajo ningún concepto.

Cuando en el año 2008 la dirección nacional del PP encargó al partido en la Comunidad Valenciana la organización del congreso en el que Rajoy debía ser ratificado como presidente, esta vez sin el ‘dedazo’ de Aznar de por medio, el entonces secretario general, Ángel Acebes, se desplazó a la Capital del Turia con un mensaje muy claro para sus compañeros: bajo ninguna circunstancia debía contratarse a tal efecto a las empresas de Francisco Correa y el Bigotes.

José María Aznar Ángel Acebes Francisco Correa Mariano Rajoy Caso Gürtel Luis Bárcenas