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La Navidad obró el milagro: Iberia aparcó los retrasos porque los pilotos "querían cenar en casa"
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La Navidad obró el milagro: Iberia aparcó los retrasos porque los pilotos "querían cenar en casa"

Había cierta sorna a media mañana del viernes en las oficinas de Iberia. “Ningún piloto se preocupó mucho de las horas de trabajo en Nochebuena y

Había cierta sorna a media mañana del viernes en las oficinas de Iberia. “Ningún piloto se preocupó mucho de las horas de trabajo en Nochebuena y Navidad… Y no hubo retrasos ni cancelaciones. Es un milagro navideño. O a lo mejor es que en esos días sí que tenían prisa por llegar a cenar”, se decía sotto voce en la compañía. Y es que después de más de 400 vuelos cancelados y 4.000 retrasos desde el puente de la Constitución supuestamente motivados por la huelga encubierta de los pilotos que éstos niegan, llamaba la atención en la aerolínea que los pasados días 24 y 25 no hubiera habido contratiempo alguno. 

Claro que, al final, cuando hay una guerra abierta como la que libran actualmente compañía y pilotos, todo tiende a leerse bajo la misma clave, cuando probablemente la calma chicha tenga que ver más con el escaso volumen de vuelos esos días. Aún así, Nochebuena se saldó con la cancelación de ocho vuelos y retrasos entre 15 minutos y dos horas. Eso un día después de que la aerolínea diera una vuelta de tuerca más a la guerra de nervios que mantiene con los pilotos al solicitar ante la Audiencia Nacional las actas de las Asambleas celebradas por el Sepla los pasados 4 y 12 de diciembre, con el fin de hallar en esos registros la “prueba fehaciente” de que el sindicato de pilotos instó a sus asociados a ponerse en huelga tras la falta de acuerdo en las negociaciones para la renovación del convenio colectivo.

¿Cuál es la evolución que seguirán ahora los acontecimientos? ¿La casi normalidad de estos últimos días o un recrudecimiento de las cancelaciones? Fuentes próximas a las conversaciones son contundentes. “La hoja de ruta está marcada por las cartas que se dirigieron Donaire y Peral”, aseguran. En su misiva, el director general de Iberia, Enrique Donaire, ya reclamaba al representante del Sepla, Justo Peral, las actas que ahora pide por vía judicial.

El Sepla lo tomó como un atentado a la libertad sindical y una intromisión ilegítima en el sindicato”. A nivel particular, la indignación de los pilotos es todavía mayor de la que muestra la carta: “Es como si nosotros les pedimos las actas de los Consejos de Administración. ¿Por qué no podemos hacerlo?”.

El siguiente paso que planteaba Donaire era “la exigencia, tanto a la Sección Sindical como a sus componentes, de reparación del perjuicio económico ilícitamente ocasionado a la empresa”. La aerolínea publicaba recientemente que el alquiler de aviones para salvar la situación le había supuesto casi un millón de euros. Un órdago que soliviantó a los pilotos pero del que la empresa no se apea. Fuentes de la compañía confirmaban que la aerolínea, con su demanda a la Audiencia, lo único que está haciendo es buscar pruebas para poder acometer las reclamaciones oportunas. ¿Incluidas esas reparaciones económicas? “Que cada cual saque sus propias conclusiones”, se limitan a apuntar desde la compañía con calculada ambigüedad.

Todo a expensas de próximos encuentros, todavía sin fijar después de que la última reunión prevista entre la dirección de la compañía y el Sepla no se celebrara. Según los pilotos, la empresa ya sabía “desde la semana pasada que los jefes sindicales tenían vuelo programado”. Desde Iberia se asegura que, “cuando se decidió que las negociaciones continuaran en un día concreto, ya se sabía que uno de sus representantes tenía que volar”. Desde el Sepla, la situación está clara: “Nosotros les hemos dado un abanico de fechas. Ahora que decidan ellos”. Un remedo del juego del gato y el ratón, como tantos años y como tantas vacaciones de colas y retrasos interminables. No está claro quién ganara, pero el usuario ya ha perdido. 

Había cierta sorna a media mañana del viernes en las oficinas de Iberia. “Ningún piloto se preocupó mucho de las horas de trabajo en Nochebuena y Navidad… Y no hubo retrasos ni cancelaciones. Es un milagro navideño. O a lo mejor es que en esos días sí que tenían prisa por llegar a cenar”, se decía sotto voce en la compañía. Y es que después de más de 400 vuelos cancelados y 4.000 retrasos desde el puente de la Constitución supuestamente motivados por la huelga encubierta de los pilotos que éstos niegan, llamaba la atención en la aerolínea que los pasados días 24 y 25 no hubiera habido contratiempo alguno.