Caixa de Catalunya obliga a su consejo a recibir clases antes de cada reunión

Renovarse o morir. La antigua máxima trasladada al mundo económico actual, con la abominable crisis azotando las nalgas del sistema, podría traducirse a algo así como “renovarse o hundirse”. La adaptación del aforismo es obra de Caixa de Catalunya, la segunda institución de ahorro de esta comunidad, que quiere tener un consejo de administración avezado en los vaivenes del mercado.

 

El consejo, formado por 20 miembros, acoge a representantes de los empleados, de los impositores, de la corporación fundadora y de las corporaciones locales. Tal diversidad y procedencia no garantiza un órgano de expertos en cuestiones complejas y en los cambios meteóricos que diariamente se producen en la economía mundial. “Por eso, los órganos de gobierno han creído necesario formar a los miembros del consejo con el objeto de que conozcan los temas de actualidad y sepan qué decisiones tomar ante determinadas situaciones. Esto es lo más innovador que se ha hecho hasta ahora, ya que ninguna institución había puesto en marcha antes un programa como éste. En definitiva, puede considerarse también que es un acto de responsabilidad por parte de los miembros del consejo”, afirman fuentes de Caixa de Catalunya.

Durante el 2009, pues, los consejeros recibirán diez sesiones de charlas de formación sobre la actualidad. “Son charlas formativas o sesiones técnicas, donde profesionales de la casa o expertos de fuera de ella hablarán sobre los impactos cotidianos que interfieren el mercado o sobre el entramado financiero actual”, añaden las mismas fuentes.

Los temas que tratarán las sesiones podrán ser de lo más variopinto. “Hemos de tener en cuenta que cada día hay elementos nuevos en un entorno en continua transformación. Por ejemplo, ¿cómo puede repercutir una crisis como la de las subprime en los mercados españoles? O ¿qué puede provocar un escándalo como el de Madoff en nuestro sistema?”, explican desde la entidad.

Pero también se tratarán otras cuestiones más técnicas, como la estrategia de las entidades europeas ante la bajada de tipos de interés en Estados Unidos, la repercusión de las decisiones del Departamento del Tesoro en España o en la zona euro, la política de subastas del Banco Central Europeo, las nuevas vías de financiación, las estrategias de compra de activos y avales de los Estados o las consecuencias de la aplicación del acuerdo de Basilea II.

Los consejeros no tendrán que realizar ningún examen de las sesiones que reciban, pero antes de cada reunión recibirán una clase donde se les explica en detalle los movimientos más importantes de la economía mundial. Las decisiones que tomen posteriormente en el órgano de gobierno no serán muy diferentes a las que hubieran tomado guiados por los expertos de la entidad. Pero no cabe duda de que serán más conscientes de porqué en un momento dado, por ejemplo, deciden bajar -o subir- los tipos de interés, porqué han de abrir el grifo para inyectar liquidez al mercado, porqué han de reforzar su área industrial o, incluso, porqué están abocados sin remedio a iniciar un proceso de fusiones.