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Vocento se ahorra el sueldo del presidente, para sorpresa y bronca del consejo de administración
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Vocento se ahorra el sueldo del presidente, para sorpresa y bronca del consejo de administración

2008 no pasará a la memoria de los grandes grupos de comunicación como el mejor de sus años. De hecho, algunos tienen que dar las gracias

2008 no pasará a la memoria de los grandes grupos de comunicación como el mejor de sus años. De hecho, algunos tienen que dar las gracias por continuar simplemente en el negocio. Entre los cuatro grandes de la industria de la información y el ocio, la semana pasada Vocento publicó sus resultados. El grupo de origen vasco salvó la cara con la presentación de unos beneficios de 30 millones de euros gracias a extraordinarios... y a un pequeño pero representativo recorte salarial.

Para sorpresa de consejeros y empleados, Vocento se ha ahorrado este último año el sueldo de su presidente, Diego del Alcázar, que ha decidido no cobrar la remuneración correspondiente a su cargo, situado en torno a 300.000 euros. Un gesto que ha dejado con el paso cambiado a sus compañero de consejo de administración, que califican la decisión como un acto de "soberbia y falsa solidaridad, propio de alguien como el Marqués de la Romana, que tiene las espaldas bien cubiertas”.

Si el sueldo de los ejecutivos y consejeros dependiera de los beneficios obtenidos, como ocurriera en los años de bonanza, algunos tendrían que pagar por las pérdidas presentadas en 2008 por las compañías que dirigen. En el caso de Vocento, sometido a un proceso de reconversión que contempla, como el resto de grandes grupos de medios, un programa de despidos, Diego del Alcázar, también presidente de la escuela de negocios Instituto de Empresa, ha optado por trabajar gratis.

¿Una decisión insólita? ¿Tal vez populista? ¿De obligada imitación por los consejeros? Quien no está para contestar a estas preguntas es el anterior consejero delegado, Belarmino García, que no renunció a su finiquito millonario por menos de un año de trabajo en Vocento. Entre los presentes, asombro por el gesto y enfado por las formas, al considerar que se trata de un brindis superficial para congraciarse con la plantilla por la situación de crisis actual.

Aunque hablando de gestos, algunos sí tienen aristas más criticables. Según fuentes sindicales, existe un fuerte malestar por la celebración, el próximo día 5, de la convención de directivos en Barcelona. Un acto que supondrá el desplazamiento y alojamiento de más de 60 directivos de la compañía, con su correspondiente gasto, en un momento en el que desde la dirección se mantiene un discurso de austeridad.

Para los representantes de la plantilla esta convención bien podría haberse celebrado en alguna de las sedes que el grupo tiene en Madrid o Bilbao, donde se concentran la mayoría de los directivos, y no en Barcelona, donde Vocento no tiene casi actividad. Aunque el destino puede no ser casual, ya que emplazando la cita en esta ciudad los que mandan se garantizan poder evitar posibles manifestaciones sindicales en contra de la compañía.

2008 no pasará a la memoria de los grandes grupos de comunicación como el mejor de sus años. De hecho, algunos tienen que dar las gracias por continuar simplemente en el negocio. Entre los cuatro grandes de la industria de la información y el ocio, la semana pasada Vocento publicó sus resultados. El grupo de origen vasco salvó la cara con la presentación de unos beneficios de 30 millones de euros gracias a extraordinarios... y a un pequeño pero representativo recorte salarial.

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