El Gobierno oculta que pagó unos 100.000 euros a Krugman por su conferencia y desayuno con Zapatero

Paul Krugman es el gurú económico del momento, y contar con su presencia para que detalle en directo sus pesimistas predicciones no resulta gratis. Ni siquiera barato. Pero el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero no dudó en traerlo a España a golpe de talonario. El Ejecutivo se niega a ofrecer las cifras oficiales, pero fuentes solventes consultadas por este diario calculan que Krugman recibió entre 50.000 y 100.000 euros, además del vuelo en primera clase y los gastos de hotel.

Una cantidad que permitió a Zapatero hacerse la foto con el premio Nobel tomando un café en la Moncloa el pasado 17 de marzo. Krugman acudió como ponente al foro Innovae, organizado por el Ministerio de Ciencia e Innovación a través de su Fundación Española para la Ciencia y Tecnología (FECYT). Pese a tratarse de una partida de dinero público, la FECYT se negó ayer a proporcionar a este diario la cantidad con que se remuneró a Krugman por su participación en este foro.

De acuerdo con esta Fundación, el dinero para pagar a Krugman provino de la partida destinada por el Ministerio de Ciencia a conmemorar el Año Europeo de la Creatividad y la Innovación (AECINN). Según consta en su web, la FECYT pretende que Universidades, organismos públicos y empresas “produzcan el impacto económico que permitirá el cambio de modelo de crecimiento basado en la conocimiento y la innovación”. Para ello, tiene encomendado financiar proyectos de comunicación sobre ciencia y sobre el citado AECINN. Tal vez por ello, la apuesta por la innovación no faltó en los discursos de Krugman y Zapatero como medio para salir de la crisis.    

No obstante, la visita del prestigioso economista no se desarrolló como a Zapatero le hubiera gustado, ya que Krugman contradijo el optimismo presidencial y describió con crudeza la realidad económica española. Calificó de “especialmente difíciles” y “dolorosos” los próximos años para España y valoró como “aterradoras” las perspectivas económicas. Ante la interpretación que la mayoría de periodistas habían hecho de estos augurios de Krugman, desde la Moncloa se intentó matizar las palabras del economista precisando que se trataba de previsiones para toda Europa, y no sólo para España.

El impacto del costoso paso por España de Krugman se diluyó rápidamente, mientras el economista sigue acaparando la atención de los medios de comunicación con sus oscuros análisis. En un artículo publicado ayer en The New York Times, el premio Nobel asegura sobre el ‘plan Geithner’ que “el verdadero problema es que no va a funcionar”.  Krugman critica a Barack Obama por haber buscado, al igual que Bush, “una salida fácil” a la crisis bancaria, como usar fondos públicos para impulsar al alza el precio de los activos incobrables hasta que alcancen niveles “justos”. Sin duda, leer las opiniones de Krugman en el periódico sale más barato a los españoles que sus conferencias con Zapatero.