Es noticia
Hallan la ‘caja negra’ del polémico partido Cataluña-Euskadi
  1. España
  2. El Confidente
El Confidencial

El Confidente

Por

Hallan la ‘caja negra’ del polémico partido Cataluña-Euskadi

Andrés Manzano era, hasta hace poco, un directivo más de la Federación Catalana de Fútbol. Un directivo con un cierto peso dentro de la estructura federativa

Andrés Manzano era, hasta hace poco, un directivo más de la Federación Catalana de Fútbol. Un directivo con un cierto peso dentro de la estructura federativa y que sigue siendo el director deportivo de la UE Cornellà. Pero ha demostrado que algo siniestro oculta bajo la alfombra. Manzano fue el responsable de marketing del anterior presidente, Ricardo Campoy, que cedió el testigo a Jesús Farga, en cuyas listas incorporó a Manzano.

 

Pero, a pesar de que Farga estaba apoyado por los dos grandes clubs catalanes, FC Barcelona y RCD Espanyol, perdió las elecciones frente a Jordi Casals, actual presidente del Santboià y ex candidato a la presidencia del Barça en 1997. Fue una goleada en toda regla, ya que éste fue apoyado por 478 clubs frente a los 341 de su rival. Total: el pasado lunes día 22 se había de producir el relevo en la Federación y ahí es donde se destapó la sorpresa. En la sede de la federación se habían citado todos los prohombres que tienen algo que ver con el deporte, entre ellos el vicepresidente catalán, Josep Lluís Carod-Rovira; su segundo, Josep Niubó; la secretaria general de Deportes de la Generalitat, Anna Pruna; y el ex secretario de Deportes y diputado de CiU en el Congreso, Josep Maldonado.

 

En la reunión, sin embargo, aparecieron también los fantasmas de Manzano, que no estaban invitados a la reunión. Nada más llegar a la sala Mario Ruiz, ex jefe de prensa de la Federación y actual director adjunto del semanario El Triangle, Manzano se dirigió a él con malos modos. “Te has buscado un mal enemigo”, le espetó al periodista. Y la cosa pareció acabar allí. De repente, sin embargo, se acercó de nuevo a su “enemigo” y la emprendió a golpes contra él hasta acabar dándole un cabezazo en plena cara. “A partir de ahora, me vas a tener miedo”, remató. Con los sopapos pasando cerca de las narices de los presentes, poco faltó para que todos se escondiesen bajo la mesa, aunque el único damnificado fue Ruiz, que necesitó 11 puntos de sutura en la cara. A los demás, se les quedó la cara de sorpresa y un regusto amargo en la boca.

 

¿Por qué una reacción tan desmedida y ante tantos y tan ilustres testigos? Muy sencillo: Manzano había sido el encargado de organizar el famoso partido entre las selecciones de Cataluña y Euskadi el 8 de octubre del 2006. Como responsable de marketing, él fue quien adjudicó todas las tareas de la intendencia para que el partido pudiera llevarse a cabo. Pero Ruiz descubrió que todas las empresas que se encargaban de las distintas tareas tenían un denominador común: aunque con diferentes nombres, su sede era la misma, en el céntrico Paseo de Gracia de Barcelona. Y giraban en torno a Manzano. En otras palabras, la Federación había encontrado la auténtica caja negra del partido entre selecciones nacionales que, a tenor de lo que se ha sabido ahora, era más bien un negociete entre amigos para llevarse la pasta que una cuestión de orgullo patrio.

 

“Yo hice lo que tenía que hacer, que fue poner los hechos en conocimiento de mi presidente”, dijo Mario Ruiz a El Confidencial sobre su actuación. Además, Manzano acusaba a Ruiz de haber sido el único autor de la filtración de las irregularidades detectadas, como responsable de comunicación de la Federación. Y le culpa de que, a la postre, esas filtraciones fueron las que arruinaron su carrera, ya que, después de descubrirse los pasteleos que se traía entre manos, el entonces presidente, Jordi Roche, lo apartó de todas sus responsabilidades federativas (marketing, escuela de entrenadores y selecciones inferiores). Por si fuera poco, le pidió la dimisión (no podía cesarlo al haber sido un cargo electo directamente), cosa a la que Manzano no accedió, aunque estuvo un año y medio sin aparecer por las dependencias de la Federación. Lo cierto es que el chivatazo sentó demasiado mal a Manzano, que guardó las cenizas del resquemor durante dos años y medio hasta que tuvo ocasión de vengarse del que consideraba su mayor enemigo y el factotum de su caída en desgracia.

Andrés Manzano era, hasta hace poco, un directivo más de la Federación Catalana de Fútbol. Un directivo con un cierto peso dentro de la estructura federativa y que sigue siendo el director deportivo de la UE Cornellà. Pero ha demostrado que algo siniestro oculta bajo la alfombra. Manzano fue el responsable de marketing del anterior presidente, Ricardo Campoy, que cedió el testigo a Jesús Farga, en cuyas listas incorporó a Manzano.