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Derriban la piscina de Álvaro Marañón en la Costa de los Pinos, pero no se atreven con la de Pedro J. Ramírez
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Derriban la piscina de Álvaro Marañón en la Costa de los Pinos, pero no se atreven con la de Pedro J. Ramírez

En plena fiebre del dinitrotolueno, el director de El Mundo, Pedro José Ramírez, acaba de hacer pública demostración del poder que se le supone y, en

En plena fiebre del dinitrotolueno, el director de El Mundo, Pedro José Ramírez, acaba de hacer pública demostración del poder que se le supone y, en efecto, tiene. Baño de  autoestima. Resulta que Demarcación de Costas procedió hace un par de semanas al derribo de la piscina de Álvaro Marañón y Bertrán de Lis, nieto del ilustre médico, científico e historiador del mismo apellido, sita en la Costa de los Pinos, Ayuntamiento de Son Servera, Mallorca. A escasos metros de la piscina de Alvarito se encuentra la de Pedro José, violando en la misma proporción la Ley de Costas. Pero las excavadoras no se han atrevido con la pileta del escriba.

En efecto, la demolición de la piscina de Álvaro Marañón,  construida, junto a un chalet de su propiedad, en zona de dominio público marítimo-terrestre, se inició en la primera semana de febrero con tanto ímpetu que al día siguiente ya no quedaba rastro de la misma, como tampoco de una zona de descanso cubierta con una pérgola. La actuación forma parte del Plan piloto anunciado por el Ministerio de Medio Ambiente hace ya tiempo para hacer posible el acceso público a la costa serverina, garantizando su uso para todos los ciudadanos.

El jefe de la Demarcación de Costas de Baleares, Celestí Alomar, aseguró en la prensa local sin pestañear que “esta es una actuación diferente a la delimitación del dominio público marítimo terrestre y responde al acondicionamiento del acceso público a la Costa, algo que no tiene nada que ver con la piscina propiedad del periodista Pedro J. Ramírez”, ubicada tan solo a unos pocos metros del charco (de agua salada, extraída del mar a través de unos tubos ubicados entre las rocas) de Alvarito, e igualmente en zona de dominio público marítimo terrestre. ¡Átenme esa mosca por el rabo!

Se entiende el enfado y la perplejidad que estos días invade al nieto del ilustre Doctor Marañón. El Ministerio de Medio Ambiente anunció ya en septiembre de 2007 su intención de defender el dominio público marítimo terrestre con una serie de actuaciones que, en el caso de la urbanización Costa de los Pinos, contemplaba la creación de un camino peatonal en la primera línea, que garantizara el acceso público de visitantes y residentes sin ningún tipo de dificultad ni impedimento.

Con privilegios, pero libre paso al público

Pero según contó días atrás el citado Alomar, el Plan para esa Costa “mantendrá el veto de paso a dos piscinas en primera línea (una de ellas la del periodista Ramírez), así como las concesiones de uso de distintos amarres, terrazas y solariuns, hasta la defunción de sus poseedores”. Como suena. Conviene aclarar, sin embargo, que los amarres y escalinatas de acceso a embarcaciones privadas (caso de la familia Obregón o del piloto Carlos Sainz) deberán admitir el libre paso del público. No estará permitida, en cambio, la entrada a la piscina del periodista, volcada sobre el mar, que continuará manteniendo los privilegios adquiridos por el artículo treinta y tres. 

En junio de 2009, la Audiencia Nacional reconoció el uso público de la piscina construida junto al chalé propiedad del director de El Mundo en la urbanización de la Costa de los Pinos. En dos sentencias que estiman parcialmente los recursos presentados por el líder del Lobby per la Indepedència, Jaume Sastre, el tribunal consideró que el terreno que ocupa la piscina en el borde del mar “se sitúa claramente dentro del dominio público”, razón por la cual el periodista “no tiene ningún derecho sobre la citada instalación”.

En plena fiebre del dinitrotolueno, el director de El Mundo, Pedro José Ramírez, acaba de hacer pública demostración del poder que se le supone y, en efecto, tiene. Baño de  autoestima. Resulta que Demarcación de Costas procedió hace un par de semanas al derribo de la piscina de Álvaro Marañón y Bertrán de Lis, nieto del ilustre médico, científico e historiador del mismo apellido, sita en la Costa de los Pinos, Ayuntamiento de Son Servera, Mallorca. A escasos metros de la piscina de Alvarito se encuentra la de Pedro José, violando en la misma proporción la Ley de Costas. Pero las excavadoras no se han atrevido con la pileta del escriba.

Pedro J. Ramírez