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De ministra de Exteriores a embajadora en Londres: los destinos ‘chiripitifláuticos’ de Esperanza Aguirre
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De ministra de Exteriores a embajadora en Londres: los destinos ‘chiripitifláuticos’ de Esperanza Aguirre

Esperanza Aguirre empezó a cogerle el gusto a eso de ser noticia cuando José María Aznar, su líder de toda la vida, decidió en 1996 nombrarla

Esperanza Aguirre empezó a cogerle el gusto a eso de ser noticia cuando José María Aznar, su líder de toda la vida, decidió en 1996 nombrarla ministra de Educación. En algo ayudaría ser compañera de Ana Botella en la facultad de Derecho de la Universidad Complutense. Luego, ha sido ella la que se ha encargado de colocar gente aznarista en la Comunidad de Madrid, incluida la manirrota Telemadrid.

Pues bien, Aguirre, que llegó a amenazar el liderazgo de Mariano Rajoy cuando perdió las elecciones de marzo del 2008, pero nunca dio ni presentó oficialmente su candidatura por mor de los consejos que le dieron sus deudos, Rodrigo Rato y Francisco Álvarez Cascos, cree que su periplo en la CAM está llegando a su estación término.

En este sentido, los rumores madrileños le apuntan como beneficiaria de un sinfín de puestos en la Administración del Estado si finalmente, como parece, Mariano Rajoy es capaz de formar gobierno y hacerse con las riendas del país. A Aguirre se la rifan, aunque ella no se cansa de asegurar que su puesto está en la Comunidad y que de ahí no se mueve. Estos son los puestos que le asignan a la fogosa lideresa madrileña.

-Ministra de Asuntos Exteriores: cargo que realmente le gusta y por el que sería capaz de vestirse de “marianista”, pero Rajoy quiere una persona de su entera confianza y Aguirre no lo es. Presenta como argumento a favor el hecho de que habla inglés y enlaza directa y personalmente con David Cameron y el partido republicano USA.

-Embajadora en Londres o Washington. Por los motivos antes descritos desde sus propias posiciones.

-Embajadora en París. También habla francés. Si Sarkozy continúa instalado en el palacio del Elíseo, resultaría una interlocutora excepcional.

También se apuntan algunos destinos más para la lideresa madrileña, pero son tan extravagantes que ni siquiera merecen la pena que aparezcan aquí escritos. “¿Y qué es lo probable?”, pregunta un sagaz periodista off the record a un alto dirigente popular instalado en Génova 13, muy cerca del despacho del presidente nacional. “Pues lo más probable”, subraya, “es que Esperanza siga ocupando el despacho en el que lleva doce años, la Puerta del Sol”.

Esperanza Aguirre empezó a cogerle el gusto a eso de ser noticia cuando José María Aznar, su líder de toda la vida, decidió en 1996 nombrarla ministra de Educación. En algo ayudaría ser compañera de Ana Botella en la facultad de Derecho de la Universidad Complutense. Luego, ha sido ella la que se ha encargado de colocar gente aznarista en la Comunidad de Madrid, incluida la manirrota Telemadrid.